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⸙Bakugō⸙


Desde la última conversación que tuve con Yaoyorozu, no dejé de pensar en lo que implicaba meter a Ryoko en todo esto. Ya no podía echarme para atrás, no desde que la expuse haciéndola pasar por mi esposa la vez que me reuní con Todoroki. Quisiera echarle la culpa a ese suceso, pero ella ya estaba involucrada desde el día en que me vio y se acercó para ayudarme.

Maldecía ese día y no paraba de ser tan duro conmigo mismo por haber bajado la guardia en esa última misión y dejar que me hirieran; fue una suerte conservar el conocimiento y algo de fuerza para poder escapar y mantenerme consciente hasta estar en un sitio donde el enemigo no pudiera encontrarme, dándole la oportunidad a Deku y los demás de que lo hicieran. Mi gran error había sido ese... depender una vez más de alguien para que me ayudara. Aun no lograba entender que si permitía eso las cosas saldrían mal y el resultado de ello fue que Ryoko me encontrara, temía que La liga de espionaje oscura diera con ella y la torturaran para sacarle información que no tenía ni sabía que existía.

Supe que no me perdonaría si algo así le pasaba cuando la vi tener una vida tranquila al recostarse de una forma extraña sobre el sofá de su antiguo departamento; y por eso decidí traerla a Japón, al menos para asegurarme de que nuestros mayores enemigos no la encontraran. Yaoyorozu me ayudó a confirmar que no había nadie más cercano a ella que corriera peligro y me aliviaba saber que estaba sola, aunque no era lo correcto. Era egoísta.

Cuando tuvo el atrevimiento de responderme luego de querer burlarme de su necedad por hacer todo con lentitud, me vi acorralado en querer contraatacar, porque de esa forma regresaría a ese sitio que ya había abandonado hace más de cuatro años y tampoco dejaría que ella conociera más de mí que no fuera mi departamento y parte de mi trabajo. Solo la limitaría a tener esa información, era la necesaria para estar aquí y trabajar conmigo, después de la misión, podría decirle adiós sabiendo que ya no correría peligro porque acabaríamos con nuestros enemigos y ya no me vería en la necesidad de tenerla en mi departamento, a mi lado. Aunque era seguro que tendría que soportar las preguntas de Shoto llenas de una inocencia fingida sobre dónde estaría mi esposa, eso era seguro y podría imaginarme a más preguntando lo mismo si él decidía abrir la boca.

No quise saber los detalles sobre la conversación que Mirko tuvo con Ryoko luego de que me marchara, pero había tomado una buena decisión al decirme que ella se encargaría de todo. Sabía que en solo unos días no lograría formar a una profesional, pero confiaba en que al menos la chica supiera manejar un arma en caso de que fuera necesario y salvara su propia vida, mientras tanto, a mí me daría la oportunidad de ampliar mi investigación antes de viajar a Paris para no depender todo el tiempo de Todoroki y sus pistas, debía estar un paso adelante.

—Los chicos llegarán al siguiente día —Momo llamó mi atención cuando ingresó al departamento cargando con su teléfono inteligente—. Su vuelo se retrasó por el clima, así que se puede decir que tienes un día libre en Paris... la ciudad del amor.

—Cierra la boca —bramé fastidiado por su ultimo comentario.

—Vamos, quizá esto le venga bien a tu esposa luego de todo lo que ha pasado —sugirió serena, sin darse cuenta de la mirada asesina que le regalé después.

Odiaba saber de qué estaba hablando. Y quizá llegué a estar de acuerdo con ella..., pero no podía tomarme tan a la ligera la situación en la que nos encontrábamos. Aun debía encontrar aquel maletín que perdí el día en que encontré a Ryoko, más bien, que ella lo hizo, y descubrir la información que tenía. Llegué a diferentes conclusiones sobre su contenido, pero quería confirmarlo con mis propios ojos para saber lo que haría después con esa información, pues de lo que si estaba seguro es que de ello dependía la estabilidad mundial entre las naciones.

Agente 001: Dynamight [Katsuki Bakugō] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora