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—Es un gusto conocer a la esposa de Katsuki —quien me saludó con un gran abrazo, fue una chica morena de cabellera rosada, tan llamativa y amigable que, tal vez, no necesitaba tanta convivencia para saber que ella podría ser una buena amiga, después de todo si Bakugo confiaba en ella, yo podría hacerlo ciegamente.

—Esperaba una invitación a la boda —comentó otro chico azabache fingiendo estar decepcionado. Recuerdo que se presentó como Hanta Sero.

Kacchan ¿De dónde sacaste a esta bella mujer? —la forma en que me saludó ese chico rubio, Kaminari Denki, podría describirlo como un caballero al besar mi mano cuando la tomó, aunque, por el gesto de Katsuki, supuse que a este hombre se le daba bien ser todo un Don Juan.

—Es bueno verte de nuevo, hermano —ese era Eijiro Kirishima.

Si me preguntan por qué mencioné su nombre sin decir cómo fue que nos conocimos... es porque este hombre apuesto, más dulce que la sangre de mi abuela con diabetes, se robó una pequeña parte de mi corazón con esa sonrisa suya. Lo vi como a uno de esos peluches gigantes a los que puedes acudir para abrazarlo y sentir que la vida irá mejor. Así podría describirlo.

—El gusto es mío —les saludé a todos a la vez, sonriendo tímidamente porque era la primera vez que los veía y conversaba con ellos.

—Como sea —habló Bakugo observando su teléfono—. Debemos encontrarnos con Todoroki.

—Claro, nos veremos allá entonces —habló Sero, dirigiéndose a la camioneta en la cual habían llegado todos juntos para reunirse como los amigos que eran, aunque no dudaba que eso fuera verdad.

—Te seguimos —dijo Kaminari despidiéndose, guiñándome un ojo, algo que me pareció gracioso y extraño a la vez ¿A caso su papel era coquetearle a la esposa de su amigo? Imagino que Katuki sentiría la decepción..., la traición.

La chica, Mina Ashido, luego de despedirse se vio un poco desanimada y no entendía el porqué, pero quien se ocupó de darle palabras de aliento y hacerla sentir mejor, fue Eijiro. No había entendido qué sucedía en esos escasos minutos en los que estuvimos todos juntos, la relación entre ellos y Bakugo era buena, demasiado diría yo al conocerlo de algún tiempo atrás, quizá ya podía confirmar que realmente tenía amigos. Pero había algo extraño en aquella reunión.

—Vamos —me dijo dirigiéndose a nuestro vehículo, donde, sorpresivamente, me abrió la puerta del copiloto. Ahí entendí que ya estábamos dentro de nuestros papeles como pareja recién comprometida, lo que significaba que debía hacer lo mismo y actuar como tal.

—Gracias...

No me atreví a llamarle cariño como el día anterior, creí que no debía llamarlo de esa forma, que sería muy cursi o empalagoso con él y no deseaba fastidiarlo adentrándome demasiado en mi rol. Ingresé al vehículo y esperé a que hiciera lo mismo para dar marcha a nuestro destino. Otro restaurante elegante si no mal recuero que escuché. Dio marcha y yo de curiosa miré hacia atrás observando cómo sus compañeros nos seguían.

—Son buenas personas —dije con una sonrisa aquella verdad.

—Lo son —me confirmó él—. Deberías verlos trabajar, son los mejores —lo miré, y él sonreía con orgullo centrando su vista al frente—. Kaminari es un experto en equipos tecnológicos junto a Mina, aunque no deja de ser un idiota mujeriego —se burló—. Sero se encarga del espionaje en las alturas, diría que es un profesional en el arnés cuando se trata de bajar por altos edificios. Y Kirishima es uno de los mejores en combates cuerpo a cuerpo, es tan duro como una roca que vence en segundos a su oponente.

—Y yo apenas sé moverme con un arma en manos sin dispararla por accidente. Que buen equipo —comenté con gracia, aunque creo que a él no le pareció de tal forma—. Quiero decir... ¿Qué hago aquí si los tienes a ellos?

Agente 001: Dynamight [Katsuki Bakugō] Where stories live. Discover now