19

2K 250 53
                                    

—No llores, no llores, no llores

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No llores, no llores, no llores...— se repetía a sí misma una y otra vez mientras intentaba olvidarse de que efectivamente, había estado más de una hora debajo del agua.

Y es que solo pensarlo le daban escalofríos.
—Estas bien?

Brooke miró con desconfianza a Herbert quien se encontraba apoyado en una de las paredes del castillo, observándola con curiosidad.
—¿Ahora puedes hablar? Que novedad...— anunció ella con intención de irse.

—Así que a la valiente de Brooke West le da miedo el agua... vaya, que sorpresa, ¿no crees? ¿quién lo diría?— empezó a hablar este ahora con aires de superioridad.

—¿Y ahora que te estás inventando? No le tengo miedo al agua.— se excusó ella.

El chico de Hufflepuff rió. La observó unos momentos antes de chasquear los dedos, como si se le hubiera ocurrido alguna idea innovadora.
—Entonces, si no te da miedo el agua... te da miedo el amor.— dijo finalmente este.— ¿No es así?

La chica frunció el ceño muy confundida y con ganas de pelea, ¿porque le daba tanta impotencia ese chico?
—No se de que me hablas... pero viniendo de ti, seguro que es inventado. O dime, ¿es porque te he roto el corazón?

Herbert sonrió, pero de una manera algo diabólica a gusto de Brooke.
—Tienes miedo del amor, por eso te alejas cuando alguien que no son los gemelos o la familia Weasley te lo da. Eres una cobarde y lo sabes.— mencionó este.

Ella se cruzó de brazos.
—¿Y tú como sabes eso?— preguntó con una sonrisa sarcástica ahora.— ¿Acaso me acosas?

—No. Pero te he visto... cuando una gran persona como Cedric te dice que te quiere porque créeme, se le ve en la mirada, tú vas y te apartas, lo dejas tirado como una cucaracha y la aplastas. Haces daño a los demás y no te importa en absoluto.— explicó este haciendo reír a la Gryffindor.

—El tema de Cedric es diferente. No sabes nada.— trató de decirle ella.— De todos modos, Cedric no me quiere, y no creo que lo haga.

—Ingenua...— murmuró este.— Cedric se muere por ti, yo me moría por ti, muchos chicos a los que les has roto el corazón se mueren por ti y no te das cuenta.

—Ese, no es mi problema. Ahora vete, no quiero ni verte.— le dijo muy cortante, ahora empezando a irse hacia su sala común.

Herbert sin embargo la seguía, y no pensaba dejarla en paz. De alguna manera... era su forma de vengarse ante todo su dolor que ella le había causado al rechazarlo.

—¿Sabes lo que se siente al dar todo de ti y que se rían en tu cara? ¿No verdad? Claro, eres Brooke West, no te hace falta, ¿cierto?

—¡¿Puedes parar de una vez?! No sabes nada de mi ni sabes lo que siento como para juzgarme. Ahora déjame.— gritó ella perdiendo la paciencia.

my game, my rules (Cedric Diggory)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora