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—¿Brooke? Vamos, diespierta

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—¿Brooke? Vamos, diespierta... tenemos que ir a desayunar para no llegar tarde...

—Hermione... ¿sabes acaso que hora es?

—Son exactamente las cinco de la mañana, con diez minutos y once segundos, doce... trece...

En ese momento se escuchó como alguien se tapaba la cara con un cojín y gritaba en él. Ginny mientras bostezaba y se levantaba, miraba a Brooke intentando no reír mientras que Hermione las miraba juzgándolas por tardar tanto en levantarse.

En el cuarto de los chicos por otra parte, dormían como troncos hasta que la misma castaña los despertó de la misma manera, abriendo cortinas dejando pasar la luz que empezaba a asomarse.

Y en el caso de Ron... un caso de agua en la cara no le venía mal.

Aquel era su último día de vacaciones, pues ya empezaban las clases por lo tanto Brooke no podría disfrutar más de libertad. Aunque tampoco era eso lo que le preocupaba y la tenía triste.
—¿Y esa cara? Se te cae la baba.— murmuró Ron molestándola con una sonrisa.

La chica apoyada en la barandilla de la escalera, miraba hacia abajo con ojos soñadores mientras que el pelirrojo intentaba secarse el pelo como cual perro.

—Como puede verse tan... bien.— dijo ella mirando como el mismo Sirius Black pasaba con su bata de dormir.— Gracias Godric... por estas vistas. Bendecido sea el señor.

Los gemelos por otra parte solo rodaron los ojos mientras pasaban para ir a desayunar junto con Harry quien a penas conseguía ponerse bien las gafas.

El verano había pasado de lo más rápido para la chica y es que a pesar de que su madre no apareciera mucho por casa, los Weasley se habían ofrecido a acógela para que no se sintiera sola.

Y es que todos sabían que Brooke no podía estar sola. Necesitaba la compañía de alguien siempre.
—Buenos días chicos.— empezó a decir Tonks sentándose al lado de Remus el cual leía un periódico.

—¿Que son estas horas de levantarse?— le interrumpió el mismo Sirius bebiendo una taza de café.

Todos miraron a Hermione la cual tosió disimuladamente algo avergonzada.
—No quiero llegar tarde, además... como prefectos, Ron y yo tenemos que dar el ejemplo, ¿no es así?— preguntó ella ahora mirando al pelirrojo el cual se encontraba apoyado el en brazo de Brooke.

—Creo que está dormido.— murmuró la chica viendo como había usado su brazo de cojín.

—Nuevo año, nuevas bromas.— recordó Fred mientras comía una galleta.
—Y que lo digas, he hablado con Angie, dice que este año hay una nueva profesora... nueva víctima.— le siguió George intentando no reír.

—Diréis, nuevo año para ganar la copa de quidditch.— los interrumpió Ginny.— Tenéis suerte de que Brooke no s eh aha ido del equipo porque estaríais muertos de no se por ella.
—Tienes razón, pero ya me conoces.— dijo esta guiñándole el ojo a la pelirroja.— Me encanta aplastar traseros.

—Harry... ¿estas bien?— le preguntó ahora Ron medio dormido mientras se acomodaba en el brazo de la chica.— Tienes mala cara.

—No hay tiempo. Tenemos que irnos ya.— le interrumpió Hermione levantándose muy estresada.— Llegaremos tarde si no salimos ahora.

—¡Cedric! Relájate, ¿si? De todas las maneras la verás en clase o en el comedor... o en Hogwarts. No tienes que ir tan rápido.— le decía Anthony muy estresado siguiendo al chico.

Se encontraban en la estación esperando el tren y el Hufflepuff se movía nervioso por volver a ver a la chica.
—Está bien, tienes razón... tengo que relajarme y parecer calmado. No puedo parecer un desesperado por su atención, ¿o si?

Anthony lo pensó.
—Lo que tengo claro es que Brooke es como una reina. Me encanta que la adoren... no se si ser pasota con ella vaya a funcionar.— murmuró ella.

—¿Cual es su prototipo?— le preguntó Cedric a lo que su mejor amigo frunció el ceño.
—No lo sé... nadie sabe los gustos de esa chica. ¿Por qué no le preguntas a los gemelos? En todo caso... te dijo que le gustabas tú.— explicó este mientras entraban al tren.

—Técnicamente no me lo dijo... pero me has dado una idea. Seguro que si soy como los gemelos, puedo tenerla.— dijo este muy convencido.

—¿Tenerla? ¿Acaso la has visto? Si le dices eso probablemente pase de ti. Y lo de los gemelos... no lo sé. Es decir, Fred y George son totalmente diferentes.— intentó aconsejarle este.

En ese instante, la puerta de su vagón se abrió dejando ver a un vuelo de chicas Ravenclaw y Hufflepuff que se encontraban ahí.
—Perdonar, ¿podemos sentarnos con vosotros? Todo está lleno por ahí.— habló una con un tonto amigable.

Anthony miró a Cedric el cual asintió algo incómodo viendo como estas se sentaban a su lado.
—No te quejes cuando te diga te lo dije.— murmuró el mismo ahora mirando por la ventana.

¿Que podía pasar?

—Brooke, cálmate por favor.— le pedía George mientras la seguían de camino al gran comedor.
—Estoy calmada.— decía ella mientras se sentaba en su mesa para empezar un nuevo año.

—Brookie... es verdad que hemos visto como Cedric estaba con esas chicas en el tren... pero no puedes ponerte modo tóxica. No seas la loca desesperada por él.— dijo Fred restándole importancia al asunto.— Hay más peces en el mar.

—Os he dicho que estoy bien.— repitió ella rodando los ojos.— Os lo digo en serio.

Los tres Gryffindor suspiraron a la vez de cansancio mientras veían a la gente sentarse en la mesa de sus casas.
—Voy a destrozar a todos y me voy a llevar la copa de quidditch de este año.— dijo ella de repente poniéndose más tensa.

—Miedo nos das señorita.— hablaron los dos a la vez viendo como Cedric entraba en el comedor.
—¿Te encuentras bien?— preguntó Angelina sentándose delante de ellos.

¿Como iba a sentirse bien? Cedric ni la había mirado, no la había saludado y estaba con otras divirtiéndose en su mesa, como si no existiera. Como si solo hubiera sido un... juego.

Irónico.

Brooke se crujió los nudillos seguido del cuello alertando a los pelirrojos y a los que se encontraban a su alrededor.
—Me siento mejor que nunca.

—¿Segura?

La Gryffindor sonrió de manera sarcástica y asintió con gran orgullo.
—El curso acaba de empezar así que agarraros fuerte, que vienen turbulencias.

my game, my rules (Cedric Diggory)Where stories live. Discover now