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"Debes dejar de hablar de la persona tanto como lo hiciste alguna vez para reducir tus sentimientos por ella

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"Debes dejar de hablar de la persona tanto como lo hiciste alguna vez para reducir tus sentimientos por ella. No converses más acerca de lo grandiosa que es. Involucra a tus mejores amigos en esto para que te ayuden a controlarte."

—Pero... ya no tengo amigos. ¿Que voy a hacer?— preguntó Brooke al aire algo triste pues quisiera o no, extrañaba a mucho a los gemelos.

—¿Acabas de decir que no tienes amigos?— preguntó la voz destrozada de George mientras que Fred optó por ir corriendo hacia ella y abrazarla muy fuerte.

—¡No! ¡Fred! ¡Quítate! ¡Sigo muy enfadada con vosotros dos par de tontos!— decía ella ahora dejando caer el libro al suelo.

Suerte que se encontraban en las gradas del campo de quidditch y nadie escuchaba los gritos de la chica.

—Pégame todo lo que quieras pero por favor perdónanos Brookie boo.— intentaba decir el pelirrojo mayor mientras que George miraba el libro con curiosidad.

Es más difícil olvidar a alguien si estás rodeado de objetos que te recuerden lo que sientes por esa persona. Tómate una tarde para revisar tus cosas y eliminar cualquier artículo que se relacione con ella.
—¿Que es esto? Brooke...— empezó a decir este muy triste.

—¡George! ¡Ayúdame a quitarme la lapa de tu hermano! ¡Por favor!— pedía esta.
—¡No le hagas caso Georgie! ¡Ven a ayudarme!— decía por otro lado Fred.

El pelirrojo con el libro en la mano, tomó del cuello de la camisa a su hermano y lo separó de ella.
—¿Pero que? Georgie...— empezó a quejarse este no obstante su hermano le entregó el libro para que lo leyera él mismo.

—¿Por qué quieres olvidarte de nosotros?— le preguntó directamente a la chica la cual frunció el ceño.— Dinos la verdad.
—¡No puedo creerlo! Se que somos unos torpes y idiotas por no haberte apoyado cuando más lo necesitabas... pero por favor Brooke, no te olvides de nosotros.— suplicaba Fred.

—¿De que estáis hablando? No quiero olvidarme de vosotros... quiero olvidarme de... de, no os importa. Ahora dame el libro, necesito seguir leyendo.— balbuceó ella intentando quitarle el libro.

Claramente el pelirrojo era más alto y solo faltaba con alzar el brazo para que le fuera imposible a la chica conseguir lo que quería.
—Vamos, devolvérmelo.— seguía insistiendo esta.

—Pero, ¿quien es? ¿y por qué olvidarte?— preguntó ahora George apartándola con cuidado de su hermano.

—No lo entendéis. Necesito ese libro para olvidarme de tal belleza y hermosura... de esos labios y ojos cristalinos... ¡no! ¿Veis? ¡Necesito eso! Es urgente.— se quejó ella avergonzada de si misma.

Los gemelos se miraron entre sí y sonrieron disimuladamente al ver lo adorable que se volvía la chica cuando estaba confusa y estresada.
—Así que ojos cristalinos... más diría que cierto Hufflepuff te encanta.— añadió George viendo a lo lejos, como Cedric y Anthony hablaban.

Brooke se cruzó de brazos.
—¿Quien?— preguntó ella haciéndose la tonta.
—Señor pelo perfecto y sonrisa impecable. Quien te trae loquita, como a todas las ciegas de Hogwarts.— recalcó Fred con los ojos entrecerrados.

Brooke abrió la boca para soltarle algún insulto, no obstante suspiró y se sentó de mala gana en uno de los asientos de las gradas.
—Bien, pero no me gusta tanto.— dijo finalmente.

—¿Y que más?— preguntó George ahora con una sonrisa divertida.
—A parte de caballeroso, dedicado y amable... es muy tierno, y sensible, y honesto. Es humilde y siempre intenta ser justo con todos...— añadió ella mirándolo desde lo lejos.

—Oh cielos que vomito.— soltó Fred con cara asqueada.— Estas loca por Diggory, y lo peor es que a él le pasa lo mismo... iugh, es como estas películas que tanto os gustan a ti y a George.

—Es que es tan... dulce. Tan guapo y atractivo y bueno con todos...— siguió diciendo ella ahora estirándose por completo quedando boca arriba mirando hacia el cielo.

—Que Merlín la ayude porque yo no pienso colaborar en esto.— empezó a decir el mismo pelirrojo.

George por otro lado solo miraba como el Hufflepuff se acercaba igual de nervioso que Neville Longbottom presentando su trabajo delante de la clase.
—Freddie...— le dijo dándole un codazo.

Fred miró al castaño y se apartó de la chica solo para ver que tan ridiculo podrían hacer entre los dos.
—Bueno bueno bueno... ¿por qué no se lo dices en persona?— le dijo bromeando a esta la cual seguía estirada.

—Aha, como si lo tuviera delante...— respondió ella con la mayor tranquilidad.

Y de repente, como si lo hubiera invocado, Cedric apareció haciéndole sombra a la chica quien tuvo que abrir los ojos algo confusa. Cielo bendito... ¿estaba en la gloria máxima al tenerlo ahí?

—Brooke... necesito hablar contigo, es urgente y muy importante.— dijo este finalmente.

Eso le gustaba. A la chica le encantaba hacerse de rogar y que dijera que necesitara algo de ella era muy satisfactorio. Por una parte estaba claro que aceptaría hablar con el chico de manera civilizada, dejando sus desacuerdos en el pasado y volviendo a ser todo como antes.

Aburrido.

Después teníamos la opción de pasar de él e ignorarlo, y sería de persona mal educada y cobarde, en su opinión... ya que escaparse de sus problemas como bien que le había enseñado McGonagall no era una opción válida ni algo que un verdadero Gryffindor haría.

Suspiró y finalmente se dirigió a él, pero sin mostrarse desesperada. Por que por mucho que Cedric Diggory le gustara, no sería una excusa para arrastrarse como una perrita suplicándole que esté con ella.

Si, el castaño podía ser todo un galán con las chicas y probablemente nunca había tenido que mover un dedo por nadie... pero siempre había una primera vez para todo, ¿no?

—Um, ¿puedes apartarte? Me tapas el sol, gracias.

Fred y George se miraron entre si orgullosos de que la chica supiera recuperar su toque y no se desmoronara por un hombre ni sus sentimientos.

El castaño se apartó algo nervioso, no obstante no se fue de ahí.
—Quería arreglar todo, creo que hacíamos una buena pareja... ¡de amigos! Digo que éramos buenos amigos y no creo que por un mal entendido tengamos que distanciarnos... ¿verdad?

—Verás, no suelo dar oportunidades como si fuera algún tipo de juego. Tienes mi confianza, la pierdes y todo hace puff. Nada va a volver a ser igual... además, ya no te necesito, tengo tu recuerdo, que vale mas que tú. Que tengas un buen día de todos modos.

¿Había sido cruel? Si al Hufflepuff realmente le importaba la chica, intentaría arreglarlo.

Cedric miró últimamente a la chica para ir a los gemelos los cuáles se encontraban modo espectadores sin meterse porque sabían que la chica lo tenía todo bajo control.

—Bien, que tengáis un buen día también.

¿Acababa de rendirse? Eso decía mucho de él... pensó la chica al verlo marcharse con la cabeza baja y sin ningún ánimo en el cuerpo.

my game, my rules (Cedric Diggory)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora