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¿Qué podía decir en ese momento? Había quedado como una ridícula, sin contar lo morbosa.

-Yo... Lo siento. - Agaché la cabeza.

-¿En que estabas pensando? - Repitió mi mamá.

Yo la miré apenada y negué con la cabeza.

-Señora Topaz, la pasta le quedó deliciosa. - Dijo Cheryl.

Mi madre desvió la mirada hacia ella y le sonrió de lado.

-Gracias, es mi especialidad. - Se acomodó mejor en la silla.

Yo solamente me dispuse a comer de la pasta que había hecho mi madre.

En realidad si estaba deliciosa, mi mamá era una gran cocinera. Siempre nos deleitaba con sus deliciosos platos.

Durante la comida no pude evitar sentirme avergonzada más de una vez por todas las cosas que habían pasado.

Terminamos de comer y mi mamá se levantó para llevar los platos a la cocina. Normalmente yo siempre la ayudaba, así que me sentí obligada a hacerlo en ese momento.

-Mamá te ayudaré con los platos. - Me levanté de la silla.

-Claro, Toni. - Dijo mi mamá.

-¿Puedo acompañarte? - Preguntó Cheryl.

Miré a mi mamá rápidamente y ella asintió.

-Claro. - Sonreí.

Ella se levantó de la mesa, tomó su plato y caminamos hacia la cocina.

Me imagino que mamá fue a ver el televisor mientras terminamos de lavar los platos.

-¿Es mi impresión o le pediste permiso a tu mamá para que pudiera acompañarte a lavar los platos? - Preguntó ella.

-¿Qué? - La miré nerviosa. - No. ¿Por qué lo dices?

-Porque me dio la impresión. - Susurró.

Caminé hacia el lavaplatos y tomé el jabón para comenzar a lavarlos.

-¿Todavía tienes que pedirle permiso a tu mami para ir al baño? - Preguntó burlona.

-No. - Respondí cortante.

Me hizo sentir mal, tampoco era para tanto.

-Bueno, no te enojes. - Se río.

La sentí acercarse, se subió arriba de la barra de la cocina apoyando sus piernas en un taburete de madera. Me dejaba ver sus piernas ya que su vestido no era muy largo. Eso era una gran distracción para mí.

Su cuerpo, su voz, sus besos, sus caricias... Ella se estaba convirtiendo en mi perdición.

-¿Dónde está tu papá? - Preguntó.

-Trabajando. Muchas veces se queda hasta tarde. - Dije sin dejar de lavar.

-Mi mamá me dijo que tenías hermanos, no los he podido conocer.

-Sí, tengo dos, Fangs y Sweet Pea. Justo ahora están en la finca con mis abuelos, mis padres quieren ir este fin de semana.

-¿Viven allá?

-No, solo están de visita por unas semanas, ya sabes para salir de la rutina.

-Me parece bien. ¿Los extrañas?

-Un poco. - Reí. - ¿Y tu tienes más hermanas aparte de Sofía?

-No, y no quisiera tener más.

-¿Te llevas bien con ella?

-Mas que bien.

Le di una mirada rápida.

Enamorada de mi vecina // Choni Donde viven las historias. Descúbrelo ahora