19°

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Narra Toni:

-¿Hola?

-Toni... ¿Qué te dijo tu papá? - Preguntó ella através del teléfono.

-Se puso furioso por un buen tiempo, dijo que iba a ir a hablar al colegio. Creo que Josie, Heather y... - Tragué saliva.

-Sofía... Dilo, Sofía. Mi hermana. - Suspiró.

-Nadie sabe que fue Sofía, solo Josie, Heather y esa chica.

-¿Qué tratas de decirme? - Preguntó.

-No quiero que estés triste porque tu hermana tenga problemas. Sé que te duele, y ustedes acaban de llegar aquí, muy probablemente Sofía tendrá muchos problemas.

-Lo sé, Toni. Lo sé.

-No diré que fue tu hermana, solo hay que contar con el silencio de Heather y Josie.

-¿Serías capaz de hacer eso por mí? - Preguntó.

-Eso y mucho más. - Respondí sin dudar.

-Pero... Ella colaboró a dañar el auto de tu padre.

Suspiré.

-Lo sé, pero... Eso no importa, no quiero que estés triste por tu hermana.

-Eres... Toni, eres la mejor, no sabes cómo te lo agradezco. Te adoro por esto, es mucho para mí, no pensé que harías algo así.

Sonreí, parecía una tonta sonriéndole al teléfono.

-No tienes que agradecerlo. Solo... solo dile a tu hermana que no vuelva a  dañar el auto de mi padre.

-No lo volverá hacer, Toni. Lo prometo, Te quiero.

-Yo también, no sabes todo lo que siento por ti. - Me acosté en la cama. - ¿Qué haces ahora? - Pregunté.

-Nada, solo veo televisión. ¿Y tú?

-Nada, estoy acostada y hablo contigo.

-No estás estudiando. - Río. - Toni...

-¿Sí?

-No terminamos los besos de la tarde. - Susurró.

Cerré mis ojos al recordarlo.

-Lo sé. - Suspiré.

-¿Sabes algo? Quisiera estar a tu lado, quisiera que me estuvieras besando. Me encanta la forma en que me besas.

-¿De verdad? - Pregunté nerviosa.

-Sí, y ya te pusiste nerviosa. - Río.

-Bueno es que... Estas cosas me ponen nerviosa.

-Creo que te vas a poner más nerviosa con lo que te voy a proponer.

Tragué saliva.

-¿Qué es?

-¿Alguna vez has tenido sexo telefónico?

¿Qué?

Mis ojos se abrieron como platos.

-N-No... Y... ¿Y tú?

-Tampoco. - Susurró.

-Ah... - Tragué saliva.

-Pero, no me molestaría intentarlo.

-¿I-Intentarlo?

-Sí, contigo. - Dijo sensualmente.

-¿Conmigo?

-Sí, creo que sería genial.

-No sé cómo hacerlo.

No sabía como hacerlo, pero eso no quiere decir que no quisiera intentarlo con ella.

-Sólo déjate llevar, solo tienes que hacer eso. - Susurró sensualmente.

-Bueno, lo intentaré.

-¡Genial! - Exclamó.

Reí nerviosa.

-¿Cómo empezamos? - Pregunté.

-¡Qué ansiosa! - Río. - ¿Estás vestida?

Oh dios, estaba nerviosa.

-S-Si. ¿Quieres que me desvista? - Pregunté.

Imaginé que había que hacerlo.

-¡Sí! Quítate la blusa y tus jeans. - Sugirió.

-Espera.

Me levanté de la cama y quité mis pantalones seguidos de mi blusa quedando en ropa interior.

No podía creer que estaba haciendo esto. Nunca me imaginé haciendo algo así. Pero ella me hacía hacer cosas que nunca imaginé que haría.

-Listo. - Avisé y me senté en la cama.

Comencé a jugar con mis dedos mientras sostenía el teléfono entre el oído y el hombro.

-¿Cómo es tu ropa? - Preguntó divertida.

Miré hacia abajo. Mi sostén y mis bragas blancas con pequeños puntos de colores rojo, amarillo, azul y verde. Que ridícula. Seguro se reiría de mi.

-Es negra. - Dije rápidamente.

-Que sexy. - Susurró. - ¿Quieres saber cómo es la mía? - Dijo sensualmente.

-Me encantaría.

-Estoy usando una tanga de encaja chiquita, y un brasier rojo. - Dijo.

Tragué saliva y sentí como mi cuerpo comenzaba a calentarse.

-Oh... Seguro se te ve genial.

-¿Quieres ver? - Preguntó.

-¿Cómo? - Fruncí el ceño.

-Asómate por la ventana. - Dijo.

¡Mierda! Las bolitas de colores.

-Dame un segundo.

Me quité el brasier y las bragas y fui hasta el closet. Busque entre mi ropa, no estaba el único sostén negro que tenía. ¡Maldita sea! ¿Por qué mamá me compra ropa tan ridícula?

-¿Sigues ahí? - Pregunté apurada.

-Sí, ¿pasa algo? - Preguntó.

-No, nada. Solo dame unos segundos más.

No podía salir con eso. Claro que no.

Tomé uno amarillo, ajustado, me incomodaba un poco pero levantaba mis pechos. Aún así decidí usarlo, con unas pequeñas bragas blancas. Volví a tomar el teléfono.

-Hola. - Me llevé la mano a la cabeza para peinar mi cabello.

-¿Lista?

-S-Si.

-Bueno, entonces asómate. - Pidió.

Caminé hacia la ventana y abrí la cortina. Lo primero que mis ojos vieron fue a ella. Dios, estaba hermosa, sensual, excitante... Su ropa interior roja. Su cabello estaba suelto y ella me miraba con una sonrisa coqueta. Ya estaba más que mojada. Odiaba que tuviera ese efecto en mí.

-¿Y? ¿Qué tal? - Preguntó.

-Creo que no hace falta decir lo... Lo hermosa que estás.

-¿Te parece? - Dio la vuelta lentamente dejándome ver su cuerpo.

Me estaba matando.

Ella cerró la cortina de repente. Me asusté por sus actos.

-Creo que ya viste suficiente. - Dijo. - ¿Todavía quieres intentarlo? - Preguntó.

Como decirle que no después de lo que había visto. Ella era perfecta, me gustaba mucho, causaba sensaciones en mí, y aunque me diera mucha vergüenza intentar este tipo de cosas, no podía negarme.

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En el próximo hay smut🧐

Enamorada de mi vecina // Choni Donde viven las historias. Descúbrelo ahora