Uno

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La joven caminaba tranquilamente por el exterior del hospital, estaba había salido a escondidas para tomar un poco de aire fresco, ya que se sentía algo sofocada al estar 24/7 ahí dentro, aparté de qué estaba hacía tiempo hasta que su mejor amigo termine sus interminables chequeos, en los cuales la joven no podía acompañarlo.

Cuando dio su última vuelta se encontró con un joven el cual estaba apoyado en la pared mientras lloraba desconsoladamente. La chica notó qué intentaba no hacer mucho ruido con sus lágrimas, estaba ocultandolo.

Ella era muy buena leyendo a las personas y el joven mastraba muchos sentimientos, los cuales hacían que la joven se sintiera mal. Se acercó hacia el poco a poco y antes de acercarse este se dio cuenta de su presencia, se empezó a secar las lágrimas con rapidez y en un segundo al otro quizo levantarse e irse, pero la joven lo detuvo y lo abrazó de golpe.

-No es bueno ocultar tus sentimientos. -comento acariciándole la cabeza- Se nota que estás sufriendo, déjame hacerte compañía hasta que te sientas mejor...

El joven se sorprendió ante esas palabras, sus caricias eran tan suaves y su voz reflejaba sinceridad y paz. No lo hacía por lastima. El chico aceptó y se dejó abrazar, luego de unos segundos esté correspondió el abrazo empezó a llorar y desahogarse.

Pasaron unos minutos y la joven seguía acarciandolo con una mano, mientras que con la otra acariciaba su espalda. Este se estaba tranquilizando.

-¿Te sientes mejor? -comento con una suave voz

-asintio- Si, gracias...-comento levantando su vista y mirándo a la joven con una leve sonrisa.

Esta comenzó a secar los rastros de lágrimas que había en su rostro, el joven la seguía observando hasta que observo su bata, la cual estaba mojada por sus lágrimas.

-Lo siento..

-No te disculpes, no me molesta. Si lo hice es porque quería ayudarte. -comento con una sonrisa.

La joven lo observó a los ojos, estos reflejaban tristeza, soledad, enojo, irá, varias emociones, haciéndo que la joven lo miré triste.

-¿Qué sucede? -comento preocupado.

-Has estado sufriendo mucho, ¿Cierto?

-Él chico abrió los ojos -¿C-como...?

-Tus ojos muestran varias emociones y sentimientos, pero todos son tristes.-comento acariciando su rostro-

Estos estuvieron hablando tranquilamente por unos minutos, hasta que la joven mira su reloj y le dice que tiene que volver, el chico asiente y empiezan a dirigirse a la entrada del hospital.

-¡Mikey!-

El nombrado se detuvo y puso su mejor mirada de póker. A esté se le acercan algunas personas un joven con el cabello negro y largo, dos gemelos, un joven con el cabello blanco y un barbijo/mascarilla, otro con el pelo lila, un chico bastante alto y serio, una chica rubia y por último dos jóvenes rubios.

-¡Por fin te encontramos! -grito el pelinegro.

-Callate, haces mucho ruido. -comento el joven.

El pelinegro observó a la chica a los ojos y está igual sin despegar la vista de este, era como si la estuviera desafiando con la mirada. La pequeña solo lo miraba, no le daba miedo su precensia.

-Se están comiendo con la mirada- susurró el rubio con ojos verdes a sus compañeros.

-¡Ah! -grito- Pestañaste, gané -comento señalandola.

- Tramposo. -comento haciendo puchero.

-¿Kha? ¿Cómo que tramposo?

-En ningún momento dijiste que era una competencia, asique gané yo -comento mirando hacia otro lado mientras seguía haciendo puchero.

-¡Eso no se vale! -grito.

-Si que vale.

-¡No! Tú Pestañaste, asi que yo ganó.

La joven se echó a reír junto a los demás que había al rededor, su risa era bastante contagiosa. Desde qué aparecieron los jóvenes se sentía esa aura pesada, asique solo le siguió el juego al pelinegro. Entre las risas de estos la chica miró al joven rubio que estaba con ella hace unos minutos y le sonrio amablemente, este rápidamente entendió porque lo hizo.

-Gracias...- susurro para que solo la joven la escuché.

-Por cierto, ¿Quién es? -señalandola.

-¡Baji-san! Es de mala educación señalar con el dedo y más si es a una dama -comento el rubio de ojos verdes mientras golpeaba su mano. -Disculpalo...

-No te preocupes -comento con una cálida sonrisa.

-¿Tsuki?-comento el chico de cabello naranja con una gran sonrisa.

La joven dirigió su mirada hacia donde escucho la voz y vio una cara conocida, bueno dos.

-¿Nahoya? -miro al lado de este -¿Souya? -comento sorprendida.

-¡Si!- comentaron ambos.

La joven se puso muy feliz y se lanzó a abrazarlos, estos correspondieron al abrazo rápidamente mientras los demás los miraban con cara de "¿Se conocen?".

-¡Cuanto tiempo, chicos! -comento la joven feliz.

-Si, hace años que no nos vemos. -comento el de cabello naranja

-¡Estas enorme! -comento el de cabello azul.

-Jiji no soy la única.

-Me siento ignorado -comento el rubio haciendo puchero.

-Gomen, gomen- comento la joven.

Estos se pusieron a hablar tranquilente hasta que escucharon un grito.

TSUKI! ¿DÓNDE ESTÁS?- grito un doctor.

-Alguien está en problemas~- Comento burlón el de cabello naranja.

-¡Callate!

-¡Tsuki!-comento el doctor acercándose a esta-

El doctor se paró detrás de la joven bastante enojado- ¡Te estuvimos buscando por todos lados!

-En ese momento cell sintió el verdadero terror... -comento el rubio de ojos verdes mientras los hermanos se reían.

-Vamos, tienes que volver antes de que tu padre se enteré. -comento cargándola como un saco de papas.

-Nos vemos chicos-comento la joven saludando a los hermanos mientras le daba una cálida sonrisa al rubio de antes.

-Bye bye~- comentó el joven con una gran sonrisa.

-Vendremos a verte mañana tsuki~- grito el de cabello naranja.

-¡Los espero!

Los demás sólo la saludaban con la mano, mientras veían como se llevaban a la joven. Los chicos empezaron a dirigirse hacia sus motos lentamente.

-¿De dónde la conocen? -pregunto el joven rubio de ojos verdes mirando a los gemelos.

-Iba a nuestra escuela -comento el de cabello azul.

-Es muy linda- comento la rubia.

-¡Si! -comentaron todos.

-Le abra pasado algo para estar en el hospital, vi que tenía una bata..-comento la rubia mirando a los gemelos, estos solo pusieron una cara triste.

-¿Qué sucede?- comento el más bajito del grupo.

-Nada...-comentaron ambos.

Á𝔫𝔤𝔢𝔩 𝔡𝔢 𝔩𝔞 𝔤𝔲𝔞𝔯𝔡𝔞Where stories live. Discover now