Ocho

2.4K 325 1
                                    

Los días iban pasando y ambos comenzaron a ser más distantes con los pandilleros. Estos intentaron preguntar porque su repentino cambió, pero no obtenian respuesta.

Hasta que un día dos hermanitos se cansaron.

La joven se encontraba en la habitación de su amigo el cual tenía un suero, ya que se estuvo sintiendo mal desde hace unos dos días. La joven acariciaba suavemente su mejilla mientras el le sonreía intentando calmar o no preocupar a su amiga, pero era inevitable.

La joven tenía miedo de perderlo. Su estado se veía peor que el suyo y sus días estaban contados. Solo se despegaba de él para ir a hacer sus necesidades o darse una ducha. En eso, se escucha como alguien toca la puerta.

-adelante - susurró la joven mirado la puerta.

Esta se abrió y dejó ver a los hermanos kawata los cuales estaban algo molestos. Entraron y se pusieron enfrenté de ambos.

-¿Qué se les ofrece? - susurró la joven

A lo hermanos no les gustaba para nada como los estaba tratando. Los trataba como si fueran desconocidos, de esa forma los trataba cuando comenzaron a ir a la misma escuela.

-Hablar - Respondió Angry.

-No es un buen momento - dijo mirando a su amigo.

-¿Y cuándo lo es? - preguntó Smiley hirritado.

-Hoy no Nahoya - respondió mirándolo a los ojos.

-Tsuki, ve... - susurró débilmente su amigo.

-No me iré de tu lado.

-Tienes que ir a hablar con ellos y lo sabes. Yo estaré bien, no te preocupes...

-...

-Ve

-Volveré rapido, ¿Si? - susurró depositandole un beso en la frente mientras esté asintia.

La joven bajo de la cama y se fue con los hermanos kawata, salieron de la habitación y se quedaron en el pasillo, ya que la joven no quería alejarse de la habitación de su amigo.

-Díganme...

-Tsuki - murmuró angry acercándose a la joven. - ¿Por qué nos alejas?

-Entendemos que lo hagas con los demás, pero con nosotros también... - le siguió smiley.

- suspiró - Es lo mejor.

-¿Para quién? - pregunto Nahoya enojado. - ¿Para nosotros o para tí?

-Para todos.

-Tsuki, no estás tomando en cuenta los sentimientos de los demás. - dijo angry algo molesto.

-Se que fue repentino que me alejé de golpe, pero es mejor ahora y no cuando sea demasiado tarde.

-¿De qué estás hablando?

-Nos estamos muriendo. - respondió tranquila - No nos queda mucho tiempo y ya no respondemos a ningún tratamiento o medicamento.

Ambos hermanos se quedaron callados por unos segundos. Saber que su mejor amiga de la infancia se estaba muriendo y no respondía a ningún tratamiento los había dejado en shock, pero más el simple echo de que se lo tomaba con tranquilidad.

Estaba tranquila, su voz salí normal y sus ojos estaban igual que siempre, pero su rostro reflejaba cansancio.

-No me alejare

-Nahoya...

-¡No me alejare de tí de nuevo! - grito apretando los puños con fuerza. - Una vez me alejé por miedo, por cobarde de no saber cómo afrontarlo, pero ahora que pude tener el valor de venir a verte...no pienso alejarme de nuevo.

-No quiero que me vean morir... - susurró la joven con una leve sonrisa.

Ninguno de los dos chicos pudo aguantar las lágrimas comenzando a llorar en silencio mientras la joven acariciaba sus mejillas con total delicadeza.

-Quizás sea egoísta de mi parte, pero no quiero... - susurró la joven - No quiero que ese sea el último recuerdo que tengan de mí.

Las lágrimas salían a mares por parte de ambos hermanos, los cuales abrazaron con fuerza a su amiga. El simple echo de no poder hacer nada les dolía, pero también les molestaba.

Unos segundos después la joven les dio un beso en la mejilla a cada uno y se despidió con una sonrisa entrando a la habitación de su amigo intentado no mostrar tristeza, ya que su amigo lo que menos necesitaba era preocupaciones.

El joven miró a su amiga el cual estaba por dormir.

-Ven tonta... - susurró débil.

La joven se acercó rápidamente y se acostó al lado, el joven apoyó su cabeza en el pecho de su amiga la cual acariciaba suavemente su cabello haciéndo que se duerma.

La joven se acercó rápidamente y se acostó al lado, el joven apoyó su cabeza en el pecho de su amiga la cual acariciaba suavemente su cabello haciéndo que se duerma

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las horas pasaban y su amigo estaba ya despierto. Ambos comían unos bocadillos tranquilamente mientras miraban la televisión. Unos minutos después estro el padre de la joven para ver el estado del amigo de su hija.

Revisó su pulsaciones, temperatura, entre otras cosas. Le inyectó un medicamento para el dolor y luego de unas horas se lo llevó para hacerles algunas radiografías entre varias cosas más para ver si encontraban algo.

La joven lo acompañó, pero esta se quedaba afuera del lugar esperando a su amigo sentada en el pasillo. El miedo que sentía de perder a la persona que más cariño y amor le tenía le daba mucho miedo. Tanto que no sabría que hacer si él llegaba a morir.

Los minutos pasaban y se volvían horas. El miedo la estaba consumiendo, hasta que una voz la hace reaccionar.

-Tsuki~.

-¿Eh? - murmuró levantando la vista alfrente suyo.

-Hola~ - murmuró Mikey arrodillado enfrente suyo.

-¿Se te ofrece algo? - pregunto.

-Mooo~ - hizo puchero - No seas cortante~

La joven solo lo ignoro mirando hacia la puerta donde se encontraba su amigo.

-Smiley nos contó - murmuró poniéndose al lado suyo.

-...

-Debes dejar que vengan a verte.

-¿Te gustaría que te vean morir las personas a quienes quieres? - pregunto, pero no recibio respuesta.

- suspiró - Pero tampoco me gustaría que una amiga muera sola... - susurró mirándome -

-¿Amiga? - murmuró -

-Sip.

Es eso las puertas se abrieron dando paso al amigo de la joven, él cual estaba acostado en la camilla.

-Te dire lo mismo que le dije a Nahoya. - murmuró la joven levantandose seguida del joven - No quiero que el último recuerdo que tengan de mí sea mi muerte.

-Pero recordaremos los días felices, no sólo tu...

-¿Muerte? Se que aún sigues sin poder superar la muerte de tu hermano, por eso no quiero que cargues con otra.

El joven solo abrió los ojos. Quería decirle algo, pero las palabras no salían. Tenía un nudo en la garganta y la joven se dio cuenta.

Se le acercó y acarició suavemente su cabeza intentando consolarlo.

-Cuidate Manjiro. - dijo para después irse con su amigo.

Á𝔫𝔤𝔢𝔩 𝔡𝔢 𝔩𝔞 𝔤𝔲𝔞𝔯𝔡𝔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora