Suicidio

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"Uno se puede suicidar de mil formas distintas sin morirse de verdad."

CHUCK PALAHNIUK

Viernes, 10 de diciembre de 2021

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Viernes, 10 de diciembre de 2021

Ethan Orlov era una realidad ahora, su antigua vida, su antiguo camino y el apellido que había usado... ya no tenían sentido, solo importaba quién era ahora y quién sería en el futuro. Ethan Orlov ya no era un chico que había crecido en Evimeria, era ruso ahora; ya no era el omega que escondía su casta, ahora escondía el no ser omega; no tenía el corazón roto, ahora solo tenía poder y odio.

Ethan Orlov ya no sería una víctima.

Cuando el juramento terminó y todos salieron de esa especie de sala de tronos, Ethan sintió que todo el cansancio lo golpeaba, su cuerpo había llegado a su límite, solo quería tirarse en el suelo porque casi no podía mantenerse en pie. Pero el amplio pasillo estaba repleto de gente, personas que no conocía, pero que lo felicitaban, habían hecho una calle de honor. En su mayoría eran Lazurit, porque eran los más interesados en ver al nuevo miembro juramentado de su rama, además de ser los más cercanos. El resto de la familia llegaría el día siguiente, solo a la gran celebración.

Yarine y Sergei escoltaban a su joven, cuidando que este no se desmayara. Afortunadamente lograron apartarse de todos, o casi de todos.

—Felicidades, jefe Ethan —dijo Alek, quien lo había estado esperando en la entrada del ascensor.

—Creí que ya te habías ido —alegó Ethan, indiferente.

—Quería disculparme, he excedido mis limites —declaró Alek, bajando la cabeza con humildad.

—En definitiva —concordó Ethan—. Desde que llegué te has comportado de forma inapropiada, conoce tu lugar como desertor y no vuelvas a hablarme. Ya no estamos en igualdad de condiciones, ahora yo soy más importante que tú. Yo no fui un cobarde.

—Se ha convertido en un Orlov, ha jurado dar toda su vida a una causa que conoce solo hace unos meses... Yo la conozco desde que nací. Puede llamarme cobarde o desertor, solo no olvide que yo soy libre y usted vendió su libertad justo ahora.

—Nunca he sido libre de todas maneras —confesó por último y entró al ascensor que había estado deteniendo Sergei.

—No creo que volvamos a hablar —avisó Alek, antes de que las puertas se cerraran—. Buena suerte —deseó con sinceridad y luego la silueta de Ethan desapareció tras las puertas cerradas.

—Investígalo —ordenó Ethan a Yarine—. Quiero saber cómo es su vida como persona "libre". No me gusta el sentimiento que me provoca tenerlo cerca, es como un terrible mal presentimiento.

—A tus órdenes.

Minutos después llegaron a la habitación, la nueva, la que se había remodelado siguiendo el estilo de la anterior morada de Ethan. El joven heredero se sintió más cómodo en ella, era como volver a su habitación de toda la vida, moderna, monocromática y en calma. Los escoltas lo dejaron solo después de cuidar de la herida del juramento en su mano y las otras causadas por las pruebas físicas de todo el día. Debía descansar, pasaba de la media noche. Pero, antes de cerrar los ojos, examinó la daga que se le había otorgado. La desenvainó, su filo era tentador, como si le hablara pidiendo ser usada. Aunque era bien sabido que la daga de un Orlov solo se usaba en una sola persona: su propio dueño. Por primera vez cuando hacía el juramento, la segunda cuando declaraba lealtad al Boss bossov, si es que lo consideraba adecuado para hacerlo. Y la última era para acabar con su propia vida.

Querido SilencioOnde histórias criam vida. Descubra agora