Hijo de la mafia

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"El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos."

WILLIAM SHAKESPEARE

Miércoles, 10 de enero de 2024

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Miércoles, 10 de enero de 2024

Las traiciones duelen porque vienen de personas en las que se confiaba. Y en un ambiente en el que no se podía confiar en nadie, Ethan solo tenía a sus dos amigos y quería aferrarse al ápice de confianza que aún le quedaba en Elías, después de todo, había sido educado por él y su tío había sido un buen padre antes de los acontecimientos ocurridos en el año antes de que se mudaran al palacio. Casi toda su vida Ethan había creído que lo único que tenía era Elías, su única familia y quien estaría de su lado siempre. Pero el hombre que lo había educado ya no era el mismo, Ethan lo sabía: Elías no era su aliado, era un enfermo de poder y un narcisista que no aceptaba perder el control que tenía sobre su sobrino. Pero saberlo era distinto a sentirlo. En el fondo deseaba que las cosas fueran como antes y poder apoyarse en aquel padre que lo consolaba cuando estaba triste, que lo comprendía, con el que reía y charlaba por horas, quien lo protegía de todo.

«¿Acaso era mentira aquella vida feliz que tuve a su lado por años?», se preguntaba luego de escuchar lo que Sergei le comunicaba. Su amigo había puesto espías en el personal que servía a Elías, uno de los escoltas había logrado escuchar los planes que había armado el antiguo jefe con su fiel guarda, Kenny.

—Me apena decir que mi padre ha apoyado a Elías Orlov en este acto tan bajo y traicionero en tu contra. Me disculpo y pido que lo exculpes aun cuando no lo merece, por favor —suplicó Sergei, apelando a la buena conciencia de Ethan, temía por su padre.

—Kenny esparció el rumor, ¿cómo podríamos pasarlo por alto? —debatió Yarine pues estaba indignada con el padre de su amigo.

—Solo seguía órdenes de su jefe inmediato y mi padre siempre ha tenido un gran afecto por Elías.

—Sé muy bien que tu padre no es más que un perro fiel a su dueño —intervino Ethan con rudeza—, hará todo para complacer a mi tío, no me importa él. Lo que no pudo creer es que Elías haya revelado el hecho de que no puedo tener hijos. Me puso entre la espada y la pared. Sabe muy bien que, de esta manera, mi única salvación sería el hijo que dejé atrás...

—Está presionándote —dijo Yarine—. No sé de qué te sorprendes... ¿Sigues sin querer mirar la realidad? A tu tío no le importa lo que sientas ni lo que te pueda pasar, al contrario, creo que disfruta al verte débil.

—Y ahora que te has fortalecido y te va muy bien como líder... siente que pierde el control sobre ti —aportó Sergei—. Esta es su forma de recuperarlo.

—O de reemplazarme si me salgo de sus manos. Sabe que yo jamás podría educar y entrenar a ese niño, no puedo ni verlo, él sería el que se ocuparía de esa tarea. Pasaría de manipularme a mí a manejar a su antojo a mi hijo.

Querido SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora