Infierno

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«Que el cielo exista, aunque nuestro lugar sea el infierno»

JORGE LUIS BORGES

Domingo, 3 de marzo de 2024

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Domingo, 3 de marzo de 2024

La frase: «todos los alfas son iguales», Ethan sabía que en realidad no aplicaba para todos, aunque la había dicho más que nadie, sabía que existía uno que era la excepción, pero no quería aceptarlo, no quería someterse a los mismos sentimientos del pasado: confiar en alguien que no lo merecía.

«Una vez creí que un alfa era diferente a todos los demás, pero resultó peor».

Mas, Alek Orlov era como una brisa de aire fresco cuando el abrasador calor consumía todo, refrescante, alegre, la vida misma representada en un hombre de hermosa sonrisa y voluntad de hierro.

«Como el cielo», pensó Ethan mirando el techo de la habitación del modesto hotel. Había ido directo a la cama luego del altercado con ese alfa inmundo y la discusión con Alek. Estaba furioso con Alek, mucho más de lo que se había enfurecido por el alfa de la playa; esa ira se derivaba del miedo, miedo a descubrir que Alek no era ese oasis en medio de su seco desierto. También estaba enojado con él mismo por permitirse sentir eso por un alfa, había jurado mantenerlos alejados y solo verlos como objetos que podía usar para sus fines; sin embargo, a Alek lo admiraba, lo envidiaba y empezaba a apreciarlo, lo quería a su lado, como compañero y quizás como un amigo. ¿Pero cómo alguien con el pasado de Ethan podía confiar nuevamente en un alfa, si su propio soulmate le había arruinado la vida? ¿Por qué Alek Orlov sería la excepción?

«Mejor no arriesgarse a descubrir si eres el cielo o el mismo infierno», concluyó y cerró los ojos, el día siguiente no sería nada fácil.

Muy temprano por la mañana, fue despertado por Yarine, quien estaba pálida del susto que se le notaba en la cara. Ethan supo que nada bueno había pasado y lo confirmó cuando su asistente le mostró un video en el que se veía a Ethan y a Alek jugando en la playa el día anterior, pero aquello no era lo peor, sino que también se mostraba cómo Ethan atacaba y amenazaba de muerte al alfa que había intentado propasarse con él.

—Hice lo posible para bajarlo de todas las redes sociales, pero en la noche se hizo viral, toda Altharwa lo vio —avisó Yarine, muy preocupada.

—Mis enemigos no conocen mi rostro, no importa si todos lo vieron.

—No tememos por las mafias contrarias, ni por los muchos enemigos de Ethan Orlov —intervino Sergei, quien acababa de entrar a la habitación—. Lo que nos preocupa son los que una vez conocieron a Ethan Himura.

—Los que conocieron a Ethan Himura saben que ha muerto, saben lo que soy ahora, ninguno intentaría buscarme.

—¿Estás seguro? ¿Ni siquiera... él? —insistió haciendo que Ethan apretara los puños estrujando las sábanas.

Querido SilencioWhere stories live. Discover now