Luego de los peores meses de su vida, Ethan Orlov huye de todo aquello que le hizo daño, pero también de todo lo que una vez le había hecho feliz. Empieza una nueva vida en un mundo que se opone a todo lo que una vez soñó. Un mundo en las sombras, l...
"El miedo es ese compañero de viaje con el que no quieres hablar, y no sabes cómo hacer que se calle."
SARA VILLALÓN
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Sábado, 24 de febrero de 2024
Las emociones de los humanos son incomprensibles, muchas veces se oponen a la razón, las emociones buenas o malas pueden controlar a una persona, cegarla ante la realidad y provocar que haga cosas que en juicio no haría. Las emociones embriagan como el alcohol.
—Razona, Ethan —pidió Sergei—. Alek Orlov no te sirve para nada, todo lo contrario, casi te mata.
—¿Y qué quieres, Sergei?, ¿esperas que lo mate? —cuestionó Ethan. Todavía le dolía la cabeza y aún no recuperaba la fuerza como para ponerse de pie, por ello la conversación solo lo ponía de peor humor.
—No, pero deshazte de él, sácalo del palacio y destiérralo. No es bueno que siga cerca, ya viste lo peligroso que puede llegar a ser.
—Alek Orlov es mi seguro, mi escudo contra su padre —alegó luego de tomar una pastilla que el doctor le ofreció para la migraña—. Y se casará conmigo aunque tenga que drogarlo para que firme.
—Esta vez concuerdo con Sergei —intervino Yarine—: Alek Orlov es un riesgo. Puedes proponerle el mismo trato a otro safir, a uno de sus hermanos, incluso.
Por alguna razón la propuesta de la chica estremeció a Ethan. Se había acostumbrado a la idea de casarse con Alek, un alfa que no tenía ningún interés en él y tampoco ambiciones. Era la perfecta fachada, pero lo más importante era que Alek no le provocaba el repudio o el temor que los otros alfas le causaban con su mera presencia. En cambio, llegaba a sacarlo de quicio y a intrigarlo a la vez, podía estar a su lado y discutir como iguales. Lo consideraba su opuesto y también un semejante.
—Será él —ratificó sin dejar lugar a quejas—. Quiero mantenerlo cerca, es el único alfa del mundo que puede ejercer control sobre mí. Lo sentí y seguro él también, perdí toda voluntad y le fue muy fácil someterme. Es un peligro, pero al menos aquí puedo controlarlo. Debe estar de mi lado, si se pone en mi contra perderé la guerra.
—Él ya está en tu contra —insistió Sergei—. No me digas que confías en él...
—No se puede confiar en un alfa —debatió Ethan—, pero él es el alfa más sincero con el que me he topado en este lugar. No sabe ocultar sus sentimientos, eso me enfermaba, pero tiene su lado bueno.
—Él debe ser castigado por lo que te hizo y por haberse puesto de lado de su hermano —dijo Yarine, cambiando un poco de tema ya que Sergei se había quedado con la boca abierta por las declaraciones de Ethan.
—Yo mismo puedo encargarme de eso —propuso Sergei, como si estuviese ansioso por darle una lección al alfa.
—Sergei, espero que no hayas olvidado que no puedes tocarlo, sin mi permiso —advirtió Ethan—. Y el castigo de pasar su celo solo será suficiente.
