Luego de los peores meses de su vida, Ethan Orlov huye de todo aquello que le hizo daño, pero también de todo lo que una vez le había hecho feliz. Empieza una nueva vida en un mundo que se opone a todo lo que una vez soñó. Un mundo en las sombras, l...
"A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en el mismo ataúd."
Alphonse de Lamartine
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En ocasiones el ser humano se convierte en mártir, se sacrifica por alguien o por algo, casi todos lo han hecho de una u otra manera, algunos incluso dan su vida por aquello que aman. Grande o pequeño, es un sacrificio, se renuncia a algo y se sufre las consecuencias, pero casi siempre la alegría que trae un sacrificio supera al dolor.
Casi siempre.
Alek Orlov no tenía idea de lo que los omegas debían sufrir al tomar el veneno llamado supresores, ahora lo estaba viviendo; era un ditya luny, nunca se había sentido tan cansado y débil sin una buena razón. Los cambios de humor eran impredecibles y el dolor de cabeza no lo había dejado desde que había tomado el primer supresor, el día de ayer.
Los efectos secundarios estaban pegándole muy fuerte y los interrogatorios de su familia no ayudaban. Por la mañana temprano, cuando habían llegado su padre y hermanos, excepto Andrey porque este temía dejar a su hijo solo, estos habían visto a Alek prácticamente dando órdenes como si él fuese el boss bossov, a pesar de que solo se estaba encargando de que la fiesta en honor a Adrik Orlov saliese bien, además de recibir a los invitados, ya que Ethan se estaba recuperando de su "incidente", a la vez que pasaba tiempo con Yura. Aun así, Luka y Dmitry se indignaron acusando a su hermano menor de haberse pasado al bando de Ethan, pues también se estaban dejando llevar por los rumores que corrían por toda la organización. Arman, no se veía tan molesto, aunque tampoco estaba feliz, lo único que le había dicho al respecto era:
«No es malo que te involucres en la organización. Pero, Alek, yo te eduqué para ser el boss bossov de los Orlov, no el amante de este». A lo que Alek contestó que no tenía la intención de ser ni una cosa ni la otra.
Solo Baran intentó comprenderlo, claro que estaba preocupado por los rumores y más le preocupó cuando Alek le pidió que dejase de planear su escape, pues ya no tenía la intención de irse hasta que el problema en la organización se resolviese. También le contó que había puesto en pausa su relación con Evelyn, lo que Baran lamentó mucho pues la chica le agradaba como cuñada, a diferencia de Ethan Orlov; no se imaginaba a su hermano junto al príncipe de la mafia. Sin embargo, Baran nunca había intervenido en los asuntos de sus hermanos y siempre respetaba las decisiones de Alek y esta vez no sería la excepción, solo se prometió rezar a la Luna para que su hermano no lo convirtiese en familia directa de aquel joven prepotente que se hacía llamar boss bossov y una vez casi lo había matado a golpes y humillado en una pelea.
Esa noche se celebró en grande los 55 años de Adrik Orlov, boss de los Topaz. Asistieron muchas personas, no tantas como en los cumpleaños de Ethan, pero más de las que solían asistir a los cumpleaños de los otros boss del consejo. Pues Adrik era muy querido por su rama y por los lazurit también. En aquella fiesta se anunció por todo lo alto que Yura tendría un hijo. Ethan proclamó que el bebé sería el sello de la alianza con los kkangpae, además de llenar de honores y regalos a Yura, solo faltaba que nombrara al bebé que venía en camino como su sucesor en frente de todos, cosa que haría feliz a varios ya que el niño sería un topaz, un lazurit y un día se convertiría en líder de la mafia coreana, pero hacer eso iniciaría una guerra, más bien, la adelantaría.
