Capítulo 6

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Este es un capítulo especial, por muchos motivos. Es la primera vez que Lola hace acto de presencia para narrarnos su experiencia. Y contarnos algo más de ella. No mucho. Porque Lolita es algo tímida. Jajajaja

Deseo que os guste mucho.


Capítulo especial narrado por: LOLITA

Abro los ojos. La cabeza me da mil vueltas. No para ¡Joder! Intento incorporarme. Uff no puedo. He oído un ruido, me incorporo de golpe. Ufff voy a vomitar. No, parece que se me pasa. Me levanto despacio. Llevo una camiseta que debe ser de un tío. Me la acerco a la nariz. Huele super bien. Quiero este aroma todos los días. Me voy a quedar la camiseta para mí. Para dormir con este olor siempre. ¿De quién será? Me rasco la cabeza, no recuerdo donde estoy, ni como llegué aquí. Miro a mi alrededor, no reconozco nada de todo esto. Además, estoy totalmente sola. Me acerco a una ventana de madera. Descorro la cortina, ¡Mierda! La luz me ciega y cierro los ojos. Vale, ya es de día. Vuelvo a abrirlos despacio. Y veo por la ventana... verde. Todo es verde. Una parcela con piscina, todo verde y al fondo tras la reja que indica el final de la casa, monte, todo monte y bosque. ¡Menuda pasada! Pero... ¿Dónde carajo estoy? Esto no es Madrid. ¿o sí?

Llevo solo dos días en esta ciudad de mierda que es Madrid. Solo dos días lo juro. Yo soy de Sevilla, Sevilla capital, pero ritmo de Madrid, Ohú, que estrés de vida. Andalucía de miarma. Con su gentío, sus colores y sus comidas. He estado los últimos años viviendo en Málaga para poder sacarme el título de piloto de avión. Algo que a mi padre casi le cuesta una enfermedad al pobre. Le aterran los aviones. Y yo los amo. Y después de que mi padre se ha involucrado cero o nada en mí, pues me daba igual lo que pensara.

Este amor por los aviones me viene por Tom Cruise en esa película... Top Gun, donde sale para comérselo con papas y chuparse los dedos. Mmmmm. Que hambre. Pero eso en aquella época porque ahora lo ha perdido todo. El físico, la edad y sobre todo la cabeza. Total, que me enamoré de él y quise hacer de mi vida un lugar donde ver a muchos de ellos. Me saqué el título de azafata de vuelo con mi amiga Marta. Pero me gustaba más pilotar. Ni siquiera llegué a buscar un trabajo como azafata, después de terminar mis prácticas fui de cabeza a Málaga para pedir plaza en La Escuela Oficial de Pilotos. Me dieron plaza y he acabado la primera de mi promoción.

Hace unos meses fui a una convención de pilotos y me metí en el bolsillo a algunos peces gordos de una de las mayores aerolíneas del país. Vamos que me acosté con un jefazo. A ver, que, al principio no tenía ni idea. Le conocí en la fiesta de después de la convención, estaba algo perjudicada y él se me acercó, bailamos, el hombre era un bombón, una cosa llevo a la otra y acabamos bailando sevillanas en la habitación de su hotel. Al día siguiente volví a verle, me ofreció trabajo en Madrid y lo acepté.

Y ahora me arrepiento un montón, un montón. Hace dos días conocí a mi compañero de aventuras. Pensé que sería el típico piloto buenorro, simpático y que nos llevaríamos a las mil maravillas. Vamos lo que me pasa con todos los hombres. Cuando el jefazo me llamó para decirme quien era mi compañero y que siempre volaríamos juntos por petición de él, busqué información. Primero de su promoción en Salamanca, casi cuarenta años, por la foto, todo un bombón de praliné. Mis favoritos. Aunque es muy mayor. Pero pensé, Lolita, maduros son más interesantes, más serios y más máquinas en la cama. Porque la experiencia es un grado ¿No?

Llamé a mi mejor amiga Marta, la azafata y le pregunté por él ¡En que momento! Por lo visto es un tiquismiquis de la leche, mal genio, no se ha liado con ninguna de las azafatas y no acude a las fiestas. Vamos un aburrido. Y seguro que es gay. Eso es por mi mala suerte. Con los hombres y con la vida en general. Y me quise cortar las venas.

Enséñame a volarWhere stories live. Discover now