Capítulo 19

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Capítulo especial narrado por: LOLITA

— No voy a cortar tus alas Lola. Cuando vuelvas a tener 26 años en lugar de cinco hablamos. Porque a mí las crías no me van.

Veo el dolor en su mirada. Poco a poco veo más borroso. Las lágrimas se agolpan en mis ojos. Me escuecen, me escuecen mucho los ojos. Me acaba de hacer daño. Pero sé que tiene razón. Ahora mismo me estoy comportando como una niña estúpida. Llevo todo el día haciéndole daño. Pero odio mi cumpleaños. Y odio a mis padres y mi familia.

Nunca me han dado nada bueno. No me gusta hablar de ellos, ni con ellos. Claro ejemplo de la gran relación que tenemos es que ni siquiera me han escrito, porque llamado sabía que sería imposible, para felicitarme. Mi madre estará muy ocupada follándose alguno de los maromos que ha conocido en el gimnasio y mi padre, estará borracho en algún bar de mala muerte de Sevilla. Donde le fíen y le dejen dormitar en la barra hasta que cierren. Esa es mi realidad. Dos padres para los que jamás he sido una prioridad. Y Con el grandullón no quiero hablarlo, porque su familia es perfecta y me da una vergüenza horrible venir de dónde vengo.

Le veo alejarse y me separo del chico que me tiene sujeta. Le empujo y le suelto y en ese momento me caigo al suelo. Enzo se abalanza sobre mí y me recoge del suelo. Soy la persona más patética del mundo.

— ¿Lola? ¿Qué está pasando? — pero no respondo. ¿Qué le digo? ¿qué soy estúpida? A esa conclusión puede llegar él solito.

— ¿Chica, eres una calientapollas? ¿Ahora te vas con este? Antes me has dicho que me la ibas a comer en el baño.

— Eres un gilipollas — me suelto del agarre de Enzo — Y eso es... hip... mentira — Me da el hipo si hablo muy deprisa — Yo jamás tendría algo contigo. Y te he dicho que tenía pareja.

— ¿Este? — señala a Enzo.

— Déjala en paz, imbécil — Enzo le encara. Yo me arrimo a Marta y me apoyo en ella.

— Vámonos por favor — agarro a Enzo del brazo y él me mira. Está profundamente decepcionado. Imagino que conmigo. Y tiene toda la razón para estarlo.

Salimos los tres del local.

— ¡Dame las llaves! — Enzo me habla bastante alto y veo que está muy cabreado — ¡No sé qué cojones ha pasado! Pero... — se vuelve para mirarme a los ojos — ¡Más te vale tener un gran motivo para esto! Porque mi tío es una persona excepcional, que te trata como una puta reina. Y no se merece lo que le has hecho esta noche. Si fueses mi novia y te hubiese visto como estabas con ese gilipollas esta noche, te juro que me habrían llevado preso, pero a ese le habría reventado la geta. Y tú podrías estar olvidándote de mí. Tienes suerte de que mi tío, sea bastante más maduro que yo. Pero créeme que esta noche le has hecho mucho daño.

Se gira de nuevo y se dirige al coche. Subimos los tres, Marta de copiloto y yo detrás. Este es el coche de Javi. Vinimos hasta aquí los dos juntos. Huele a él. Le vi tan ilusionado cuando llegamos ayer, le he visto tan triste hoy con sus abuelos. Son tan buena gente. Y yo la he cagado tanto. Espero que tenga solución. Espero que Javi, me deje explicarme. No sé cómo lo voy a hacer. Pero debo aprender a confiarle mi vida a él. Necesito que sepa quién soy de verdad. Mis luces y mis sombras. Porque solo le muestro mis luces. Tengo miedo que si le muestro mi lado oscuro, me deje atrás. Eso me rompería en mil pedazos. No puedo dejar de llorar desconsolada. He hecho tanto daño aun hombre tan bueno. Y me duele tanto que pueda llegar a perderlo.

Llegamos a la casa rural. Están todo sentados en el salón cuando entramos. Todos me miran, sigo bastante borracha, tengo que tener una pinta horrible. Las miradas que recibo no son precisamente las más amables del mundo. Al fin y al cabo, son los amigos de Javi y su familia. De repente me doy cuenta que Lucía está llorosa y me mira con mucha rabia. Al verme se da la vuelta y tira hacia las habitaciones. Se oye el portazo de la puerta al entrar en un cuarto. Miro a mi alrededor, todo está llenos de globos de colores. Un 26 gigante dorado está al fondo. Hay canapés en la mesa y una tarta preciosa con dos aviones dibujados que con su estela dibujan un recorrido a lo largo del mundo. La tarta la ha encargado Javi porque debajo de los aviones hay una frase.

Enséñame a volarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora