Epílogo

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Para este capítulo tan especial, he querido contar con la colaboración de varios miembros de la "familia" González — Luján. Porque el amor de Lola y Javier no podría ser sin una "familia" como la que han creado. Gracias a todos por participar.

Carlos

Hoy se casa mi hermano Javi. Una puta locura. Eso es lo que es. Acaban de ser padres de una niña preciosa que se llama Vega. Dicen que en honor a su viaje a Las Vegas. Para ellos supuso mucho. O eso dicen. Son muy herméticos con ese viaje.

Yo estoy encantado porque mi hermano ha tirado la casa por la ventana y nos ha traído a todos una semana a Hawái. ¡Esto es el puto paraíso! Vamos a ir vestidos todos muy informales y a la vez elegantes. Concepto que Lola se ha inventado y que mis hermanas, todas ellas han entendido a la perfección. Yo me he dejado llevar sin más.

Alissa, la hija de mi ex, Blanca, ha venido conmigo. Lola dice que es parte de la familia, y aunque siempre me muestro reticente a estar con la niña, la verdad, es que la adoro. Me da pena que su madre sea tan... despegada y siempre la deje tirada o sola con sus cuidadoras. Mis hijos que son a la vez sus hermanos también la adoran. Y siempre la involucran en sus cosas.

— Estás preciosa hoy, Alissa. — la niña me sonríe. Y da una vuelta con el vestido que mi cuñada Lolita le ha comprado para la ocasión. Blanco. Porque, eso sí, todos vamos de Blanco.

Llaman a la puerta de mi habitación y abro. Bryan se encuentra del otro lado con Alfonso y Andrés. Pelayo y su mujer Marta no han podido venir, poque a pesar de que no querían perdérselo, están embarazados. Muy embarazados. Vamos que a la mujer le queda un mes o así. Cosas de la vida.

— ¡Chicos! Vais geniales — nos damos el típico abrazo de colegas.

— Esta princesa sí que va espectacular — mi hermano coje a Alissa y le da varias vueltas mientras la niña se ríe.

Vamos al lugar donde hemos quedado todos. Casi todas las chicas ya están. Javi y Lola están en la playa donde se celebra la ceremonia. Iremos en barco. Por lo visto para ellos es especial casarse aquí. Debo reconocer, que soy anti bodas. Pero este sitio es espectacular. Saludo a mis hermanas, todas preciosas con vestidos vaporosos y blancos, con encajes y sus pelos al viento. Mi madre está preciosa y no hace más que hablar con el padre de Lola. Lola está preocupada con este tema. No tengo claro el pasado de su padre, pero después de que drogaron a su hija se instaló en el pueblo y es el camarero de la cafetería de mi hijo Enzo. Y ha hecho muy buenas migas con mi madre. Lola siempre tuerce el morro cuando los ve reír o tomarse algo juntos. Yo estoy descubriendo una madre jovial, llena de vida y con ganas de seguir adelante.

De entre la gente sale Samantha Narváez. Es... bueno, amiga de Lola. O eso dice. La verdad es que la novia de Bryan, que intenta olvidar a su ex mujer, en los brazos de otra que bueno, digamos que le consuela. Sam está preciosa. Bueno siempre lo está. Alta, atlética, melena larga y morena. Siempre va perfectamente pintada y arreglada y hoy, no podía ser la excepción. Hace unos tres años pasamos una noche de locura y desenfreno juntos. Y reconozco que es la única mujer que me ha hecho sentir... cosas. Aunque nunca lo hemos hablado, ni lo hemos repetido, desde que vive con Bryan en el pueblo de al lado al mío, la veo muy a menudo. Se unen a menudo a las reuniones de los domingos en familia. Y bueno, al menos uno distrae la vista cuando ella está delante.

— ¡Chicos! — se acerca y besa a Bryan en los labios. A todos los efectos pueden parecer una pareja de lo más normal, pero en la realidad, tienen una relación... abierta. Vamos que Bryan tiene carta blanca para acostarse con otras mujeres y Sam con quien quiera también — Estáis todos guapísimos — sus ojos se enganchan en los míos apenas dos segundos, pero son los justos y necesarios para acalorarme. Siempre es lo mismo. Le guiño un ojo disimulando mi interés no correspondido por ella. Y listo.

Enséñame a volarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora