Kayla caminaba con tranquilidad, tenía tiempo de sobra para llegar al instituto.
-Vaya, vaya. Mira lo que me trajo el viento, una chica bonita. –siseó con sarcasmo una voz masculina, haciendo que Kayla se girase y frunciese el ceño.
Apoyado contra una pared estaba Brendon Edwards, alto, musculoso, con unos penetrantes ojos negros como su pelo y una sonrisa torcida y ladeada. En su mano derecha reposaba un cigarrillo encendido.
Todo en él decía a gritos: ¡Peligro!
-Vaya, vaya. Mira que me trajo el viento, un pequeño y molesto idiota. –respondió Kayla automáticamente, llevaban comportándose así el uno con el otro desde la guardería, él decía algo, ella contratacaba y se enzarzaban en una larga y, según algunos, cómica discusión.
Era una rutina a la que ambos se habían acostumbrado con el paso de los años.
-Auch, eso duele, linda. –dijo él con falsa pena, llevándose una mano al corazón y la otra, con el cigarrillo, a la boca.
-¿Cuándo dejarás de intentar ligar conmigo? –preguntó ella rodando los ojos con fastidio.
-¿Crees que ligo contigo? –preguntó Brendon, sus ojos brillando con burla.
-¿Acaso no lo haces? –contestó ella con escepticismo.
-Nena, si quisiera ligar contigo, te habrías dado cuenta hace mucho. –dijo él dándole una calada a su cigarrillo.
-¿Así? ¿Por qué?
-Porque ya habrías caído rendida a mis pies. –dijo Brendon separándose de la pared, tiró el cigarrillo y lo pisó para apagarlo.
-JA. Deja que lo dude. –se burló Kayla, la sola idea le resultaba ridícula e imposible.
-¿No crees que sea capaz de conquistarte? –preguntó él frunciendo el ceño, mientras se acercaba a ella, al parecer su orgullo había sido herido y a Kayla no le podía importar menos.
-Por si lo olvidas, tengo novio. –le recordó Kayla moviendo la cabeza como diciendo, vaya chico más tonto.
-Eso no tiene que ver, puedo conquistarte tengas novio o no. –contestó Brendon sin dudarlo, lo decía con tanta seguridad que Kayla casi dudó, casi.
-Sigue soñando, Edwards. –bufó ella girándose, pero no pudo seguir avanzando, en menos de un segundo se encontraba apretujada contra el fuerte pecho de Brendon, que la había hecho girarse y la miraba con intensidad a los ojos.
-Me lo tomaré como un reto, Hunted. –susurró el chico con voz grave, haciendo que Kayla tragara saliva con nerviosismo. –A partir de hoy, mi meta será que caigas loquita por mí y creme, cuando me propongo algo, siempre, absolutamente siempre, lo consigo. –murmuró Brendon cerca de su oído antes de soltarla y alejarse de ella caminando con tranquilidad, como si no hubiera pasado nada.
-¿Qué?-medio chilló Kayla cuando recuperó la voz y salió de su estupefacción.
-¡Mándale recuerdos de mi parte a tu noviecito y dile que no es nada personal! –exclamó Brendon sin girarse a verla. Kayla estaba segura de que el muy maldito estaba sonriendo como un condenado.
-.-.-.-.-.-.-.
Kayla decidió olvidarse de lo que había dicho Edwards, seguramente solo había querido ponerla nerviosa y pronto se olvidaría de todo.
Sacudiendo la cabeza, se deshizo del recuerdo de Edwards. No iba a dejar que le amargase el día.
-Hola, cariño. –murmuró una dulce y cálida voz en su oído, haciendo que al instante sonriera.
YOU ARE READING
Beso de medianoche
RomanceKayla siempre ha tenido una vida amorosa bastante normal, por no decir nula. Pero entonces se consigue un novio y los chicos parecen fijarse por primera vez en ella. Su novio, Jason, es romántico, atento y encantador, el novio que toda chica desearí...