Capítulo 6

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Capítulo 6

-¿Color favorito? -preguntó Brendon colocando sus manos detrás de su cabeza y mirando al cielo azul que se abría ante ellos.

Kayla estaba sentada en el césped, cerca del cuerpo de Brendon que estaba tumbado cual largo era sobre la hierba verde. Viéndolo así, Brendon parecía increíblemente tranquilo y no la tormenta inquieta que solía ser.

-Verde.-contestó la chica metiéndose un mechón de pelo tras la oreja.-¿No vas a apuntarlo o algo? ¿Cómo se supone que harás tu parte del trabajo si no escribes mis respuestas?

-Tengo esto.-contestó él señalando su cabeza y con los ojos cerrados. -Con mi memoria es más que suficiente.

-Ya, claro.-bufó Kayla escribiendo algo en la libreta que tenía consigo.

-¿Qué escribes? Ni siquiera me has preguntado nada aún. -preguntó Brendon con curiosidad, abriendo los ojos para verla, pero achicándolos un poco por el sol.

-"Edwards es idiota, estoy segura de que el profesor estará de acuerdo conmigo"-leyó Kayla con total seriedad, sin ápice de broma en su voz o en su cara.

-No creo que hayas sido capaz de escribir eso. -se burló Brendon incorporándose para quedar sentado.

-Oh, sí que he sido capaz. -se rio ella releyendo mentalmente lo que había escrito.

-Con lo niña buena que eres tú...no lo creo. -la picó él, a sabiendas de que la molestaría. -Eres una santurrona, mucho hablar pero poco actuar.-añadió con tranquilidad, pero riéndose internamente de la cara de indignación de Kayla.

-¡Pues que sepas que sí que lo he puesto! ¡Idiota! -exclamó ofendida,tirándole la libreta a la cara. Más tarde agradecería que el parque estuviera prácticamente desierto a esas horas y que nadie pudiese ver su ataque de indignación.

-¡Auch! -se quejó Brendon sobándose la mandíbula y mirándola mal. -Para ser una santurrona eres muy agresiva.

-¡Eres imposible! -se quejó ella alzando sus brazos al cielo. -¿Por qué, dios? ¿Por qué me odias?

-Serás capulla.-masculló Brendon leyendo lo que había escrito en la libreta- Sí que fuiste capaz de ponerlo. Espera...¿¡Se supone que este monicreque al que están comiendo los cocodrilos soy yo!? -Brendon la miró con el ceño fruncido.

-Sí, eres tú.-reconoció Kayla sin ningún pudor.

-Ohh, estás siendo una chica muy mala, Hunted. Me temo que debo castigarte.-antes de que Kayla pudiera responder o protestar, Brendon se había abalanzado sobre ella y la atacaba con cosquillas.

-¡Oh dios!-exclamó Kayla mientras se reía a carcajada limpia. -¡Para! ¡Para!¡Me muero!

-Deberías haberlo pensado antes, pequeña endemoniada. -le murmuró Brendon al oído, con cierto aire seductor, que hizo que Kayla se estremeciera, mientras seguía riendo sin poder parar.

-¡Por favor!¡Para! -volvía a suplicar ella entre risas.

Brendon sujetó sus muñecas, mientras ella intentaba recuperarse de su ataque derisa, y colocó sus brazos por encima de su cabeza, dejando inmovilizada a la chica.

Kayla pronto se dio cuenta de que Brendon estaba prácticamente encima de ella, las camisetas de ambos se habían subido un poco y Kayla podía sentir la piel caliente de Brendon contra la suya.

-Ahora estás a mi merced, preciosa. -le susurró Brendon con una malvada sonrisa mientras dejaba sus rostros a escasos centímetros.

Kayla sabía que tenía que moverse, que tenía que apartarlo de un empujón o algo, pero no era capaz de moverse y no solo por el hecho de que la estuviera inmovilizando, sino porque su cuerpo parecía no querer reaccionar, como si el toque de Brendon la petrificara.

Beso de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora