Capítulo 15

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Capítulo 15

-Kayla Hunted -le susurró una voz grave y bonita al oído haciendo que diese un salto sorprendida y que se girase para ver al chico que le había hablado.

-Jordan Michelson. -dijo Kayla con una leve sonrisa. -Me han dicho que estuviste espiando a Meredith y a mi hermano mientras tenían una cita.

-Bueno, tu hermano no tiene muy buena fama precisamente. -contestó Jordán con tono solemne.

-Mi hermano es un niño de 12 años. -repuso Kayla alzando una ceja con incredulidad. -¿Qué clase de fama puede tener?

-Oí que una vez hizo que el pelo de cierta chica que yo conozco se pusiera de un verde moco. -se burló Jordan, mientras empezaban a caminar por el pasillo abarrotado de gente, hacia su siguiente clase.

-Ouch. Eso ha dolido. -Kayla puso cara de dolor fingido y notó como el brazo de Jordan se posaba tranquila y suavemente sobre sus hombros, de una forma natural con la que Kayla se sentía totalmente cómoda.

-Estoy seguro que hasta con el pelo verde estabas preciosa. -sonrió Jordan encantadoramente haciendo que Kayla se sonrojase profundamente. Dios, ¿algún día dejaría de sonrojarse por sus comentarios?

-Aquaman puedes dejar a Kay-Kay sola por más de 5 segundos, nadie va a violarla. -Edwards apareció poniéndose entre Kayla y Jordan y apartando, en el proceso, el brazo de Jordan de los hombros de Kayla. -Además si es consentido no es violación. -aclaró guiñándole un ojo a Kayla y haciendo que esta rodase los ojos.

-Eres idiota, Edwards. -bufó ella.

-Es obvio que está loca por mí. -le dijo Edwards a Jordan haciéndolo reír. -No te rías tanto, chico que va a acabar en la friendzone.

-Lo que tú digas, chico que seguramente acabará en la cárcel. -replicó Jordan sin perder la sonrisa.

-Me caes mal, sirenita. -anunció Edwards mirándolo con los ojos entrecerrados.

-Tengo un vídeo tuyo borracho diciendo que soy guapo y que quieres abrazarme. -le dijo Jordan sonriendo con malicia.

-¡Me dijiste que lo habías borrado! -exclamó Edwards sorprendido e indignado, mientras Kayla abría los ojos con sorpresa.

¿Por qué narices existía ese vídeo y por qué Jordan nunca se lo había enseñado?

-Bueno, obviamente no lo borré. -dijo Jordan con tranquilidad encogiéndose de hombros. Dicho esto se giró y se acercó a Kayla. -Nos vemos en el próximo cambio de clase, Kayla Hunted. -murmuró con voz baja, lo cual lo hacía aún más atractivo si es que eso era humanamente posible. Y acto seguido le dio un suave beso en los labios que no duró más de tres segundos, antes de irse con rapidez, antes de que ella, o mejor dicho, Edwards pudiera reaccionar.

-¡Serás bastardo! ¡En mis propias narices! ¡Te vas a enterar, maldito idiota que se cree Percy Jackson! -empezó a gritarle Edwards a Jordan ante la atónita mirada de Kayla. -Nos vemos después, rubia, voy a matar a ese molusco. -y dicho esto se fue en busca de Jordan.

Kayla se quedó en su sitio, demasiado sorprendida. Normalmente Jordan no era de los que besaban así de la nada y en público, era más de besos estando solos y cuando surgía en un momento específico. Suspiró como una tonta colegiala, Jordan era el sueño de cualquier chica y sin embargo...no se decidía a decirle que quería estar con él. Lo cual no tenía sentido porque se moría de ganas por besarlo y hacer mucho más que solo besarlo.

-¡Kayla! -le gritó Elisa mientras se acercaba a ella, estaba claramente alterada y respiraba agitadamente por la carrera que debía de hacer hecho para llegar rápido.

-Hey. -la saludó Kayla mirándola con diversión.

-¡Está aquí! -exclamó Elisa con fuerza sin preocuparse por saludarla.

-¿Quién? -preguntó Kayla frunciendo el ceño con confusión.

-¡Jason! -respondió dejando a Kayla estupefacta.

-¿Qué? ¿Cómo? Pero si aún estaba en el hospital.

-Pues debieron de darle el alta porque lo vi con mis propios ojos. Estaba yendo al gimnasio. -contestó Elisa con seguridad.

Kayla no perdió el tiempo y salió corriendo hacia el gimnasio. Le daba totalmente igual perder clase o que le echaran la bronca por ello. Llevaba más de un mes sin ver a Jason, puesto que el chico se había negado a recibir visitas. Aunque según le había contado Rose, finalmente había accedido a verlas a ella y a Miranda.

Kayla podía sentir su corazón acelerado por la carrera y por Jason. ¿Cómo estaría? ¿Seguiría sin hablar apenas? ¿Estaría furioso o triste? ¿Querría verla o le gritaría que se fuese?

Finalmente llegó al gimnasio, no tardó en darse cuenta de que Jason debía de estar en el despacho del entrenador ya que todos los jugadores del equipo estaban en la puerta. Obviamente estaban esperando a que Jason saliera.

Mark Quetin no tardó en percatarse de su presencia y con una sonrisa triste se le acercó.

-Tú tampoco sabías que iba a volver ya, ¿no? -le preguntó él y Kayla pudo notar cierto tono dolido en su voz.

-No. -negó ella con la cabeza y suspirando. -No quiso verme ni una sola vez.

-A mi tampoco. -Mark dedicó una rápida mirada a la puerta del despacho y después volvió a mirarla -Está hablando con el entrenador para decirle que deja el equipo. -Kayla lo miró con pena al darse cuenta de como Mark apretaba los puños con fuerza. -No es justo. Él ama esta mierda. Y por culpa de un idiota tiene que dejarlo.

Kayla le tocó un brazo con gesto consolador.

-Lo hecho hecho está. No te tortures con algo que no podemos cambiar. -le dijo Kayla con voz suave.

Mark dejó de apretar los puños y asintió. Tenía razón y lo sabía, aunque eso no lo hiciese menos injusto.

Kayla volvió a mirar hacia él despacho y vio como la puerta se abría.

Y ahí estaba Jason, el Jason que conocía desde hacía años y el que había sido su primer beso y su primer novio. La única diferencia es que este Jason estaba más pálido, usaba muletas y no sonreía. Parecía envuelto por un aura de tristeza que le puso en un puño el corazón a Kayla.

Beso de medianocheWhere stories live. Discover now