Epílogo
-Oh por dios, Brendon. Date prisa, vamos a llegar tarde. -se quejó Kayla mientras se miraba una última vez en el espejo para comprobar que estuviese bien.
-No soy yo quien quiso estar en plan cucharita durante un quarto de hora. -replicó Brendon mientras abría su armario y buscaba unos pantalones para ponerse.
-Ni se te ocurra echarme la culpa. ¡Y te encanta hacer la cucharita! -sentenció Kayla mientras se giraba para ver a Brendon, tragó saliva al ver que aún no se había puesto una camiseta y sus abdominales estaban totalmente a la vista. Kayla suspiró sintiendo como se derretía mientras se preguntaba si alguna vez se haría inmune a esos abdominales.
No le hizo falta mucho tiempo para saber que la repuesta era no.
- ¿En serio crees que va a salir bien? -preguntó Brendon poniéndose una camiseta y pasándose una mano por el pelo para peinárselo.
-Bueno, ¿qué puede ser lo peor que pase? ¿Qué Elisa y Jasper se maten? ¿Qué mi hermano prenda fuego a algo? ¿Qué mi madre nos regale otra caja de condones? -de repente el pánico inundó a Kayla, demasiadas cosas podían salir mal. ¿Por qué narices se le había ocurrido organizar una cena juntando a sus amigos y a sus familias? Solo podía acabar de una manera: desastre absoluto.
-Oye, reconoce que al regalo de tu madre le dimos utilizad, rubia- sonrió Brendon acercándose a su novia. -Y no nos vendría mal otra caja, a este paso me vas a arruinar.
-Eres tú el adicto al sexo, no yo. -se burló Kayla pasando sus brazos alrededor de su cuello.
-Como si te quejases cuando este adicto al sexo quiere acción. -respondió Brendon rodando los ojos pero sin dejar de sonreír.
- ¿Crees que Jason vendrá? -preguntó Kayla poniéndose seria.
-Estamos hablando sobre sexo y mencionas a tu ex, ¿cómo debo tomármelo? -bromeó Brendon.
-Brendon. -regañó Kayla.
-Está bien, lo siento. -dijo Brendon poniéndose serio. -No te preocupes por él, es mayorcito, sabe cuidarse.
-Eso espero. -murmuró Kayla.
-.-.-.-.-
La cena había ido mejor de lo que espera. Es cierto que Kayla había tenido que evitar que Elisa le tirara un plato a la cabeza a Jasper, pero por suerte Jason había aparecido y en seguida Elisa se centró en intentar que Jason hablara e ignoró olímpicamente a Jasper, el cual no estaba muy contento con ello, porque no tenía a quien molestar. Finalmente Jasper había acaba hablando con Max sobre cómo hacer trampas al póker y demás cosas, que Kayla sospechaba, eran ilegales.
Kayla sonrió pensando en sus amigos, aunque no podía evitar sentir tristeza al pensar en Jordan, él también debería estar ahí y no en un estúpido internado militar.
Apoyó sus manos en la barandilla mientras miraba al cielo, ya era medianoche, la luna estaba en todo su esplendor y las estrellas brillaban con fuerza. Era una noche preciosa.
Sintió como unas manos se deslizaban con suavidad por su cadera y una genuina sonrisa boba apareció en su cara mientras se giraba para quedar cara a cara con Brendon.
-Estás preciosa. -dijo Brendon mirándola con adoración.
-Tú no estás mal. -contestó ella haciéndolo reír.
-Te quiero, Kay-Kay. -murmuró Brendon con seriedad.
-Yo también te quiero, Edie. -contestó Kayla antes de que Brendon la besara con calma y dulzura mientras la luna los iluminaba.
Era un perfecto beso de medianoche.
YOU ARE READING
Beso de medianoche
RomanceKayla siempre ha tenido una vida amorosa bastante normal, por no decir nula. Pero entonces se consigue un novio y los chicos parecen fijarse por primera vez en ella. Su novio, Jason, es romántico, atento y encantador, el novio que toda chica desearí...