XIV

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"— Ha sido un buen negocio, no te amargues.—"

"—¿Y esa cara?¿No te gustaban las flacuchentas? Jajajaja.—"

"—Puedes odiar a papá y a nosotros si deseas, pero... quizás en un futuro nos agradecerás.—"

"— ¿Cómo te fue?—".

"— ...Revelador.—".

"— Tuve la oportunidad de hablar con ella días antes. Quería convencerme de que era tímida y reservada, pero lo saltarina1 lo traía en la cara. Jaja. ¿Me equivoco?—"

"— Eh...sí. Bueno... exactamente así no fue, pero sí fingía. Por lo menos... esta fue directa.—"

"— No es la mejor dama que he conseguido para ti, hijo, pero sí lo es comparada a las anteriores...—"

"— Creo que... si me lo hubieras dejado a mí, hubiera conseguido algo mejor.—"

"— Izeth... estamos en tiempos difíciles. Dudo que hubieras hecho algo mejor que lo que te ofrecí. Es más... Si todo sale bien...—"

"— Viejo, mira... no más. Quiero... que esto por lo menos... sea lo menos organizado posible... ¿Bien? Ya sé lo básico, ya sé como debo ser... la tolerancia y... en fin. No quiero saber los 'tales beneficios' que recibo, no me importa. Hazme sólo ese favor.—"

Izeth, a raíz de su corto historial sentimental, podía decir con una gradual seguridad que, se conocía mejor. Aceptaba la naturaleza de sus reacciones y conductas; sobre todo por la última y más fresca experiencia, la que mejor sabor de boca le ha dejado.

Por lo menos, si se iba a condenar a alguien que no deseaba, quería simular la naturalidad con la que conoció estas nuevas sensaciones, desconociendo la organización detrás del siniestro, le ayudaría a digerir mejor el momento y no se aburriría tan pronto.

Después de salir de casa esa noche, se encomendó a poner todos su pensamientos en su lugar. Requería de por lo menos, encontrarle una solución a todas las nuevas trancas que, una vez más, su familia le imponía.

Había sucedido tanto en ese día, que parecía un muerto viviente, era incapaz de expresar emoción.

No le sorprendía que era aún la hora y no extrañara a su compañera de dudosa edad. Esperaba estar más inquieto a esa hora por querer comunicarse con ella, como cualquier persona detrás de una relación no formalizada que tuviera cierto apego. De cierta manera, le molestaba este mecanismo de defensa que más bien parecía un mal hábito. Inhibía la capacidad de sentir algo, ya que sabía que si le prestaba atención, se sentiría mal.

Sabía que sus sentimientos estaban allí, pero era incapaz de reconocerlos, estaban circulando cosas más impactantes en ese momento. El pasado de su familia, el volver a ser vendido por su padre, la falta de palabra de este mismo, los cómplices en los que creía vivir su misma ignorancia y, en definitiva, la nueva integrante oficial de la casa, Ristina.

El quererle textear a su estimada, se veía opacado al pensar cómo explicarle su ausencia, sabía que ella no iba a conformarse con un 'Mi teléfono se descargó'.

Evidentemente su teléfono había muerto para esas horas del día. Le provocaba no volver a encenderlo. De hecho, ni quería saber qué sucedería con Ecta, ni de volver asistir a clases, ni cruzarse por el vecindario donde vive.

Una gran parte de su mente estaba perturbada. Por otro lado, trabajaba duro creando sus soluciones.

Planeaba fingir, ya era un experto ocultando emociones, "— ¿Qué podría salir mal?—". Pensó para sí mismo, dándose ánimos para volverlo hacer en grande. Creó una situación hipotética pero rápida en su mente: ocultar su compromiso arreglado con la pelirroja, cumplir su deber dentro de la colonia sin mayores influencias y continuar su vida de adolescente despreocupado. Evitaría pelear con su padre, se tragaría sus palabras para no generar discordancia.  Al primer desliz con su unión y solicitaría el final del acuerdo.

RED | PASADO: ¿En serio?Where stories live. Discover now