XIX

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—Buenos días hijo. ¿Ya estás listo?— dijo Olger, con un periódico bajo el brazo y enderezando la rústica silla de pino.

— No. Iba por mi desayuno— respondió Izeth dirigiéndose al frigorífico, que tenía el tamaño para abastecer una numerosa familia.

El experimentado patrón, sorbe con cuidado del expresso que ya tenía un rato servido sobre la mesa, mientras ojeaba por el periódico en búsqueda de algún titular interesante que merezca su atención, sin descuidar la presencia de su hijo menor en la primera planta de la casa.

Izeth había elegido desayunar una rebanada de pan con la mermelada que más le llamó la atención, le dio dos mordiscos apresurados y completó bebiendo directamente de la jarra de café. Todas estas tareas las ejecutaba de pie, mientras estaba metido en su móvil.

—¿Por qué no desayunas ajuiciado conmigo?— preguntó llamándole su autoridad.

El joven, sin despegar la mirada del teléfono, le complace la sugerencia, sentándose del otro extremo de la mesa.

—Anoche traje croissants de la panadería, están muy buenos, llévate unos—, motivado a corregir la alimentación del menor aclara:— Eso no es un desayuno.

—Ah. No los vi, es que no me gusta cocinar— respondió el menor intentando sonar agradecido.

—Ja, ja. A mi tampoco me gustó cocinar de joven... si olía bien y era comestible, seguramente no me mataría — comentó divertido el mayor.

—Pienso lo mismo— dijo escondiendo una risa con la boca llena—. No te quejes después.

—Sí, cuando comencé a tener vida fue cuando verdaderamente empecé alimentarme bien...

—Querrás decir: cuando comenzaste con mi madre.

—Bueno... también, pero me refería a—, ríe—; Sí... bueno, Alexandra.

El patrón se reservó la corrección. Podía hablar libremente su vida pasada con sus hijos mayores, pero con el menor, siempre le generaba discusiones, desde niño celó y defendió la relación con su madre. Escuchar que tuvo otras mujeres lo colocaban en una posición de siempre recordarle que Alexa, era mejor que cualquier otra pareja que hubiera tenido en el pasado.

—¿...Supiste lo que les paso a nuestros vecinos?— comenta dejando a un lado el periódico local para ahora tomar el que tenía a su otro costado, el periódico del portavoz de la organización.

—Sí. Al parecer eran...¿Desviados es que le dicen?.

Olger asiente con la cabeza.

—La información la confirmaron ayer, nos enviaron un comunicado interno a los líderes de colonia para rectificar que esté todo en orden con los miembros de cada una... lo haremos esta noche, entonces espero no tengas planes...

—Va...—. Intenta no rodar los ojos—, Jainer me dijo que fueron muy silenciosos.

—Al parecer hicieron un par de trabajos de recolección de información, pero no lograron involucrarse del todo a la GAFH—, le alcanza el periódico del portavoz de la organización—. Tampoco sabemos qué tipo de secta era esta...

Izeth ojea los titulares con mediano interés, recordando que Jainer, le puso la piel de gallina con respecto a una fiesta que se salió de control hace varios meses.

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