XVIII

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¿Qué esperas para saludarme?—

"— ¿Entonces me viste y no lo hiciste?—"

— Volviste y ni respondiste ninguno de mis textos—

"— Nada. La verdad no tengo palabras ni la cara para textearte—"

¿Tu familia?—

"— Sí. Lo lamento mucho...—"

Fueron los primeros textos que en días no volvían a enviarse los jovencitos. Ambos durante clases, se intentaban comunicar; pero sabían que el recreo era el único momento para hacerlo sin interrupciones.

La clase antes del recreo era la predilecta por muchos: deportes. La señorita de ojos oliva, se en encontraba practicando su deporte favorito, el atletismo. Ya que por su baja estatura y condición familiar no le permitían inscribirse a otros deportes que afectaran a su feminidad.

— Muy bien Avsil, sé que puedes superar la marca sobre los trescientos metros. En sus marcas... lista...¡Fuera!Indicó la coach de atletismo.

Tan pronto escuchó el indicador, Ecta salió disparada como un torpedo sobre la pista. No tardo mucho mantenerse cerca a la marca que su coach mencionaba. Cerró fuertemente los ojos mientras concentraba el trabajo en sus piernas y la amortiguación del choque en sus tobillos que venía de la punta de sus pies. Regulaba la manera en la que estresaba sus músculos con la respiración, tratando de no disminuir su ritmo, hasta que comenzó a sentir que corría sobre las nubes.

«¿Lo estoy logrando?». Pensó mientras sostenía la aceleración.

Entre abrió un ojo para confirmar su trayecto, pero haberlo hecho, quizás no fue una buena idea. Su visión se empañetó en seguida y esa sensación de caminar sobre las nubes, no era una muy buena señal.

Sintió un escalofrío en su espina dorsal y allí fue, cuando sus párpados apagaron la luz del día.


***


«Me siento muy mal... mi cabeza duele mucho, tengo escalofríos...

¿Dónde estoy?

¿No estaba corriendo?...

Me siento hinchada...

¿Qué rayos me está sucediendo?

¿No estaré comiendo lo suficiente?

¿Fue mala idea sobre exigirme hoy en deportes?».

— Hey...—

Escuchó una voz en el fondo.

«¿Ah? ¿Qué pasa?... siento como si estuviera recostada».

— ¿...Snaky?—

«...Esa es la voz de...».


—...¿Q...ué?...—. Susurró anémica la oji verde

— Te caíste... o eso fue lo que escuché...—

— H-hm...¿Dónde estoy?—. Preguntó intentando abrir los ojos, pero la luz fluorescente de la sala le cegaba, logrando ver a medias a su compañero.—¡Ah! Ay...—.Exclamó con dolor después de mover su pierna izquierda, que dada a la velocidad a la que iba, sufrió algunas raspaduras en sus extremidades.

— ¿En serio me caí?—. Preguntó pudiendo ya esclarecer un poco más su vista, admirando la preocupada imagen del peliteñido

—Sí...— dijo mientras le acomodaba los mechones desordenados de su frente, aprovechándose para acariciarle su cabeza—. ¿No pudiste hacer un mejor desastre?—

RED | PASADO: ¿En serio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora