XV +18

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"— Hhah...—"

"—  ¡Q-qué bien se siente!—"

El chico escuchaba una modificación a los suspiros habituales que su compañera exhalaba por él, se extrañó por los siguientes dos movimientos, hasta que la sensación de placer que le producía el roce de la entrepierna de la señorita, comenzaba a envolverlo.

Se sentía progresivamente más idiotizado, esta vez se sentía distinto.

Tumbado sobre lo que parecía un colchón, tenía la mirada perdida en el techo. Por regla evitaba mirar a la ojiverde para no estimular de más su imaginación y, por consiguiente, terminar pronto el encuentro. Así que se aferraba cada vez más al tendido que vestía la cama, conformándose con la imagen de ella en movimiento por el rabillo del ojo.

A juzgar por el color de las paredes, se sentía ajeno al lugar, sin embargo, si estaba allí con ella, debía ser la habitación de la misma.

"— ¡A-ahh...! Haag... ¡AH! Ah....!—"

"— U-urrrh... ¿E-ect...?—"

Pregunta el peliteñido impresionado, se escuchaba tan dulce como ella, pero con ese toque sugestivo – juguetón que por alguna razón tuvo que aprender de videos para adultos en la internet, nunca escuchó algo igual viniendo de ella. Eso le indicaba que estaba gozándolo, le sensibilizaba más y más darse cuenta lo mucho que expresaba la ojiverde.

La presión se convertía cada segundo como una dosis de éxtasis a modo de vaivén creciente. Se sentía bastante cerca de llegar a su clímax , pero le impedía era la desinformación de su compañera.

Algo lo hacía callar, estaba sintiéndose como nunca, tanto que este mismo placer le cancelaba los pensamientos. No era capaz de pensar si quiera, tenía una ejecución repetitiva en su cabeza y, era venirse sin ninguna medida. La situación merecía dejarlo salir todo y cometer un desastre.

"— ¿T-te gusta ... sen-tir mi...? ¡Aah—ah! ¿M mi interior...?—"

"— ...Ah-ah... ¿Q-que-e...?—"

Ecta suelta una risilla provocadora y pausa su cabalgata, sentada, cubriendo totalmente el falo de su compañero.

Como respuesta clara al gesto, Izeth recoge los dedos de sus pies, apretó su mandíbula siseando. Realmente estaba convencido de que Ecta estaba haciendo un buen trabajo torturándole.

"— Hm-hm... —"

Ecta le mira de medio lado con una sonrisa pícara, a lo que movía su cadera en círculos sin levantarse. Masajeaba el miembro de Izeth de lado a lado desde una corta distancia.

El peliteñido se aferra al tendido del colchón, intentando soportar aquel movimiento que lo enjuiciaba.

"— No... no, Aahh-hah...n-no lo hagas así...—"

Gimió como súplica.

"— ¿Por qué nooo...?—"

Contestó la señorita moviendo ligeramente la cadera.

"—E...es- estoy muy cerca...—"

Susurró, a lo que en un arrebato, presionó con fuerza su cadera contra la de Ecta para detener y regular su excitación.

RED | PASADO: ¿En serio?Where stories live. Discover now