Capitulo 3: Reencuentro

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Como todos los años, Nelaria debería deleitar a sus desconocidos invitados y el pueblo que la vería a través de una pantalla con algunos de sus talentos, ¿Ar se enojaría si ella toca la flauta para todos? Lo más probable es que si, y eso no le importaba pues era la única vez en el año que el emperador no podría prohibirle nada.

Por culpa del miedo que el emperador tenía a lo desconocido cerro sus puestas y las de Oceanía a todo el mundo, exiliando a los chamanes con la excusa que solo los guardianes podrían mantener la magia con ellos y prohibiendo la música con miedo a que algún miembro siciliano llegue a tomar venganza.

–como si fuera que todos pueden manipular con cualquier melodía– susurro está viendo su flauta mientras caminaba por el enorme pasillo

Los guardias no dejaban de sacar su mirada sobre el pequeño instrumento bordo, temían que fuesen castigados por el emperador en persona por perimir que alguien tenga un instrumento consigo, pero era su hija quien lo llevaba, ¿eso sería ilegal?

–¡Nela!– esa voz hizo que su paso se detenga y los guardias desenvainen sus espadas apuntando a quien ofendió a la princesa

Un joven muchacho un poco más alto que la princesa tiro su espada al suelo y levanto sus manos mostrándolas junto a su identificación, uno de los guardias la tono y se aseguró que fuera real, era tan solo el tedioso protocoló que en todas las fiestas a puertas abiertas se llevaba.

Tardaron unos cuantos minutos en confirmar quien era el joven, y cuando lo hicieron, cada guardia que acompañaba a la princesa se tuvieron que disculpar y permitir que el chico se acercará a la princesa ya que estaban ofendiendo a uno de los protectores personales de su alteza.

–perdónalos San...– pero el joven negó con sus manos

–entiendo que es el protocoló– admitió retomando la caminata a su lado –¿pero no crees que esto es exagerado?– le susurró al oído y está sin dudarlo asintió –¿Quién viene?

–ni idea, pero sé que Ar se molestara muchísimo conmigo ya que no recibí a ningún invitado

–pues empieza a imaginarte, porque él no puede saber quién te visito– dijo refiriéndose al padre de la princesa ya que era el único que podía obligarla a sacarse la horquilla

Santiago o como Nelaria le decía, "San" era uno de sus únicos amigos, fue el hijo de un criado que vendieron a cambio de la libertad, un día Ar vio potencial en él, lo adopto como un futuro protector más para su nieta pero al ser solo unos años mayor que la princesa, la amistad surgió naturalmente.

–bueno Nela, hasta aquí te acompañaremos, avisare al emperador, tu espera aquí– le dijo San cuando se detuvieron frente a la enorme entrada –guardias, ustedes me acompañan– menciono con un tono serio pero guiñándole luego el ojo a su amiga

Como todos los años, Nelaria esperaría hasta que la anuncien, cruzaría toda la alfombra blanca luego subiría al pequeño escenario en medio del salón para mostrar lo que preparo, terminaría, bajaría y hablaría con gente que no reconocía hasta que sea la hora de irse a dormir, divertido, ¿no? Pues este año su padre lo mejoro un poco.

–¿eh?

Sintió sus ojos empezar a picar junto con una pequeña comezón sobre su nuca, a lo lejos por un pasillo que conectaba a aquella entrada, una figura más grande que ella se acercaba a un paso un poco apresurado, ella apretó su mano contra su flauta ya que su castigo la empezó a quemar, como si fuera que estaba forzando sus barreras del castigo, pero no movió ni un centímetro.

Se mantuvo firme por si esa figura se trataba de alguna amenaza directa hacia ella aunque este no se veía intimidante antes sus brillantes ojos, sorprendida la persona paso como si nada aun lado de ella sin voltear hacia atrás antes de que una jaqueca la atacara.

My Sky | La Leyenda del Guardian y La Estrella | 1° Saga HerederosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora