Capítulo 25: ¿Ese soy yo?

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La brisa fresca empezó apenas el sol se puso, y la luna iluminó el lugar, en el palacio cada uno seguía su rutina de noche, mientras que, en el azotea, dos jóvenes seguían aun recostados en el suelo como hace varias horas atrás.

–hoy es nuestra graduación, princesa– menciono el joven al escuchar la campana de las doce, bajando su mirada hacia un lado, sobre la pequeña cabeza que se apoyaba sobre su pecho –perdón...– susurro al aire viendo las estrellas

Esa pequeña cabecita se movió levantándose, la joven rasco sus ojos antes de verlo, moviendo su cabeza hacia un costado, alejando sus manos de él, sea lo que sea que lo está afectando, Nelaria quería escucharlo de su boca, no quería enterarse gracias a sus dones.

–Xinxet me dijo que no me confesarías absolutamente nada tuyo, ya que yo fui uno de los culpables de que estés de esta manera, aunque no entendí todo, yo...no sé, quiero pedirte perdón– pero la menor tan solo negó –es complicada nuestra relación pero...

–Nau, no es complicada, es imposible– eso le dolió y no lo oculto –príncipe Nau, con eso ya deberías saber que es imposible, y eso que te dijo Xin, olvídalo, tu no eras tu

–¿Cómo es que yo no era yo? Nelaria, entiendo que no pienses que lo que nos pasa sea imposible, y puede ser así, pero al menos déjame ser ese lugar seguro, ese lugar donde puedes venir a llorar tus penas, déjame hacer eso por ti– menciono tomando sus manos, sintiendo una tristeza que lo invadía

Era tan solo el lazo del núcleo que lo hacía sentir lo mismo que la menor, Nau sin esperar respuesta, tomo con una de sus manos el pequeño rostro de la joven, logrando por primera vez en mucho tiempo, que esos ojos negros cambien a un verde brilloso que solo lo veían a él.

–¿Qué es un Tríhibrido?– pregunto sin saber de dónde se le vino a la cabeza, pero sentía que debía preguntarlo

–Tríhibrido, un hijo que mantiene tiene tres diferentes sangres en su cuerpo, tan distintas que no llegan a mezclarse jamás, se creía que no existía ya que los primeros no lograban sobrevivir, su cuerpo no aguantaba...

En sus años de vida, Nau conocía a los híbridos gracias a las enseñanzas de su pueblo, sabía que eran un pecado unir más de dos tipos de sangre en un nuevo ser, pero él lo consideraba sencillamente absurdo culpar a alguien por nacer así.

–¿y tú que eres?

–soy una de ellos– sollozo, siendo Nau quien limpio cada una de las lágrimas que corrían por aquel rostro –soy un 25% celestina, otro 25% oceánica y un pequeño gran 50% siciliana, soy una princesa de tres reinos completamente diferentes... ese es mi secreto, Nau...– hablo antes de volver a quebrarse

Nau tan solo la envolvió de nuevo entre sus brazos, suponía que era un tema complicado, pues claro que lo era, lo entendería si fuera una persona normal, pero ella, una princesa de tres reinos, la condenaron a ser infeliz toda su vida.

–mama tenia razón– susurro alejándose tan solo un poco del pechó él –soy pecando andante, soy un monstruo que respira, soy el error que no debió sobrevivir esa noche...

–no Nela, ¿pero qué dices?– dio Nau tomándola del rostro, obligándola a que lo vea

Esos ojos verdes que pasaban a ser rojizos, mientras que su alma se partía en dos, ni su padre que lo podría llegar a odiar le había dicho eso, aun no podía creer que esa mujer le había dicho semejante cosa.

–Nela, te equivocas, eres increíble y única– pero la menor tan solo negó –créeme, no eres un error, eres la coincidencia que el destino más esperada

Unas ultimas lagrimas cayeron de sus ojos, antes de que ella misma las limpiara, ahora no era Nelaria la que lloraba, sino Nau, esos ojos caramelos eran cubierto por gotas silenciosas, provocando un cierta risa nostálgica por parte de la joven.

My Sky | La Leyenda del Guardian y La Estrella | 1° Saga HerederosWhere stories live. Discover now