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Mia observaba la casa al frente suyo con un nudo en la boca del estómago, sin poder creer lo que estaba sucediendo. Nunca pensó que iba a llegar tan lejos con sus viajes, nunca tuvo nada planeado, simplemente fluía al ritmo de lo que iba sucediendo, nunca había sentido ese tan famoso vacío que, según los machistas, las mujeres sienten al llegar a determinado punto de su vida, nunca había tenido esa “necesidad femenina" de tener hijos, nunca había armado un plan de vida, le gustaba su vida, le gustaba vivir y le parecía curioso los recuerdos que uno va creando con el tiempo, así que simplemente dejaba un espacio en blanco que se iba llenando por sí solo. Y ahí estaba. Parada justo en el punto en que, esta vez, tenía la capacidad de decidir lo que iba a pasar en ese espacio en blanco.

Y, con lágrimas en los ojos, pensó en que hace tan sólo unos meses atrás de verdad había creído que lo único que podía cambiar su vida para bien era un viaje, una huida de su pasado, hace unos meses de verdad creyó que su vida ahí había finalizado y que tendría que obligarse a abandonar el lugar que tan feliz le había hecho y buscar el mismo sentimiento en otras partes. Pero le alegraba que no lo hubiera hecho.

Porque de hacerlo no estaría junto a Bruno a punto de adoptar un estilo de vida desconocido, nuevo y que, probablemente, sería difícil de llevar a cabo, pero estaba dispuesta a tomar ese riesgo, toda su vida se había enfrentado a situaciones difíciles que las tomaba como un entrenamiento de la vida. 

Bruno la observaba con una media sonrisa, no quiso interrumpirla, sabía que se estaba preparando mentalmente, sabía que el brillo que había en sus ojos era más que simples lágrimas, entendía que aún era difícil para ella, veía la manera en que las comisuras de sus labios se elevaban con un temblor y un leve rubor en sus mejillas se presentaba. Incluso para él era difícil enfrentarse a la situación, aún teniendo la aprobación de su familia los nervios no desaparecían. Y era casi irónico, porque él de verdad estaba dispuesto a morir en soledad, y ahora… 

Mia sintió su mano ser tomada con suavidad, bajó su vista hasta donde el pulgar de Bruno acariciaba su mano con tranquilidad, brindándole su apoyo. Se sentía tonta por querer llorar, pero últimamente todo estaba siendo tan repentino para ella que las emociones terminaban desbordando, no iba a volver a soltarlo, la próxima vez se despertaría a tiempo. 

- Cuando estés lista. - dijo Bruno.

Mia lo observó con una sonrisa pequeña, y rió por lo bajo sintiendo las lágrimas resbalar por sus mejillas, él sonrió y murmuró un “ven aquí” para posteriormente rodearla con sus brazos, acariciando su cabello. 

- No tenés idea de lo mucho que me alivia haber venido, bonito. - murmuró en su oído.

- A mi también me alegra que quieras tomar esta decisión. 

Mia sonrió. - También eso, pero… lo decía por, ya sabés, haberme mudado acá. Fue lo mejor que pude haber hecho. 

- Sí, es cierto. - dijo con una sonrisa.

- ¿Listo? 

Bruno observó con una sonrisa a la pelinegra que se había separado con los ojos brillosos, y rió por lo bajo mientras asentía y tomaba su mano.

- Yo debería preguntar eso, pero sí, lo estoy. ¿Y tú? 

- Sí… pero estoy nerviosa. 

- No tendrías por qué estarlo, los niños te adoran, después de todo. - murmuró acariciando su mejilla. 

Mia asintió, se miraron y respiraron hondo, asintiendo a la vez para después subir unos pocos escalones y enfrentarse a la puerta de madera. Mia tocó tres veces.

La puerta se abrió de a poco, dejando ver a una señora cerca de sus sesenta años, quien los observaba con una sonrisa mientras limpiaba sus manos en un delantal.

- Hola, no esperaba su cita tan temprano - dijo abriendo más la puerta, indicando con una mano que pasaran. -. Pasen, niños, son bienvenidos, en seguida llamo a los pequeños, están en sus cuartos preparándose.

Mia observó a Bruno con las cejas arqueadas, este la miró con una sonrisa de disculpa mientras se rascaba la nuca. Ya tenía todo planeado, sonrió de lado al darse cuenta de esto. 

Ambos agradecieron a la señora y avanzaron con timidez hasta la sala de estar tras la indicación de la dueña de la casa, quien subió al segundo piso a buscar a los niños. Mia suspiró nerviosa, tomando asiento en el sillón. Bruno, al notar sus nervios, se arrodilló frente a ella y tomó sus manos, conectando sus miradas, le sonrió con suavidad.

- Todo va estar bien, linda. Pero si te arrepientes sólo dime y nos vamos ¿bien?

Mia sonrió. - No me voy a arrepentir, bonito... Sólo espero que le agrade a los niños. 

Bruno sonrió enternecido y le dio un beso en su frente, logrando calmar un poco los nervios de la mujer. 

- Sé que te van a amar, todo va a estar bien, ya vas a ver. - dijo, sentándose a su lado.

Mia asintió con una sonrisa, intentando que las lágrimas no le ganen. Estaba muy emocionada. Soltó un jadeo al ver cuatro niños bajando de las escaleras con calma, el más pequeño era cargado por la señora, ambos se pararon casi de un salto. La anciana sonrió al verlos tan nerviosos y que, aún así, sincronizaban sus movimientos sin darse cuenta. 

Los niños se posicionaron frente a ambos adultos con una sonrisa pequeña. Había tres niños y una niña. La niña tenía el cabello de color negro, era largo y con ondas que apenas se formaban, llevaba un vestido de color blanco y no parecía tener más de cinco años, sonreía con timidez y observaba a Mia con ojos de asombro, lo cual generaba que la pelinegra también la observara con asombro y una pequeña sonrisa. Un niño tenía el cabello castaño y lo tenía peinado hacia arriba, al igual que los otros tres niños llevaba un traje de color blanco, era el más alto de todos y no parecía tener más de ocho años, sonreía con la mirada cargada de esperanza al ver a ambos adultos. El tercer niño era algo más bajo que la niña, tenía el cabello rizado de color negro y no parecía tener más de cuatro años, sus ojos brillaron al ver a Bruno y sonrió con alegría al ver que este le había devuelto la sonrisa, el pequeño volteó a ver a la anciana emocionado, causando que los adultos se hayan reído por lo bajo. El último niño era el más pequeño de los varones, parecía tener apenas cuatro años, quizas menos, y sus ojitos brillaban con la naturaleza de un pequeño de tal edad descubriendo algo nuevo. 

- Ella es Sam, de nombre completo Samantha - la niña los saludó a ambos con timidez, los adultos le devolvieron el saludo casi con la misma timidez, lo cual a la anciana le parecía gracioso y a la vez una escena bonita de ver -. El más alto se llama Tomás - el niño los saludó con la mano alegremente, causando risas en ambos -. El niño de cabello rizado se llama Oliver - el pequeño se acercó con timidez a ambos, los adultos se miraron entre sí y se agacharon a su altura dirigiéndole una sonrisa amable, el niño sonrió con emoción y de repente se encontraba abrazando a ambos, quedando colgando al ser tan pequeño. Mia y Bruno sonrieron con ternura y le devolvieron el abrazo, luego el niño se alejó con rapidez y se escondió tras la niña, causando risas en los adultos -. Es algo tímido… Y, el más pequeño, se llama Luca. - el niño, al escuchar el nombre, levantó su cabeza y observó a la anciana.

Mia y Bruno se miraron entre sí, sin saber qué decir.

Ambos caían en cuenta que los cuatro niños, salvo el más pequeño que apenas y entendía lo que estaba sucediendo, estaban demasiados esperanzados por conseguir un nuevo hogar, y eso los hacía sentir como si estuvieran jugando con sus sentimientos. Sabían que aún si adoptaran a dos de ellos, los otros niños quedarían destrozados, y les dolía. Pero no es como si pudieran ser padres primerizos de cuatro criaturas a la vez, era imposible.

La anciana, al verlos tan indecisos, observó a los niños y luego a ellos. 

- Si lo prefieren, pueden salir con los niños a dar una vuelta y ver cuál creen que es el indicado para formar una familia. - les sonrió con amabilidad.

Mia observó a Bruno, quien la observaba como preguntando si podían y asintió con una sonrisa. 

- Creo que va a ser lo mejor. - dijo Bruno, con una sonrisa.

***

Buenas sjjs diganme qué les pareció porfas😩 y también, a los que escucharon la playlist qué les pareció?

Gracias por leer!!<3

~> Lu.

Tímido • Bruno MadrigalHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin