INFORTUNIO

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Arribaron a Londres, Sophia abrió los ojos al ver la enorme propiedad ante ella.

– Viviremos aquí?– John asintío sonriente.

– Si, como comerciante debo vivir decorosamente, no lo crees– Sophia asintío eufórica.

Era una propiedad de paredes blancas y techos azules, con una reja y un jardín delantero.

John abrió la reja y escoltó a Sophia hasta dentro, el jardín era amplió y hermoso. Muy buen cuidado.

– Tendré mucho trabajo– dijo Sophia imaginando que debía limpiar ella sola esta casa tan grande.

– Si, tendrás mucho trabajo dirigiendo a la servidumbre.

Sophia lo miro y nego mientras sonreía.

– No, como se te ocurre!,  jamás he tenido sirvienta.

– Sirvientas, por lo menos son tres.

Sophia sonrojada llevo una mano a su mejilla.

Atravesaron el jardín, la puerta principal se abrió, y en la estancia había una fila de empleados.

El ama de llaves, la señora Coppel era amable.

– Bienvenida a casa señora Mortimer– Sophia con todo el recato de decoró sonrió a la señora.

– Gracias– dijo complacida.

– Les presento a la servidumbre.

Comenzó a decir los nombre de la cocinera, sirvienta y una doncella y un jardinero.

Sophia asintío, los sirvientes se retiraron, ella y John subieron escoltados por la señora Coppel a la segunda planta.

– Señor Mortimer, está será su recámara.

Sophia suspiro alivia al saber que no compartirían recamara.

John miro a su mujer la cual echaba un vistazo a la recamara de su marido.

– Señora Mortimer está es su recámara – dijo llevandola a la recamara de enfrente.

– Está preciosa– la señora Coppel hizo una reverencia y salió de la recamara.

Cerro la puerta y sonriente se tiró sobre la cama. De trasladarse a Londres lo que más le había gustado era el no tener que compartir cama con su esposo.

PLATE MANOR, MANSIÓN LONDINENSE DE LOS CONDES DE ASHFORD.

– No puedes seguir así– le dijo la condesa a su hijo.

– Así como madre!– la miro sin ese brillo en la mirada que antes lo caracterizaba.

– En el pasado, añorando algo que nunca va a ser– Amalia suspiró– se que este tiempo ha sido una tortura– coloco su mano sobre la de Holden – pero debes amar a Grace– él sonrió sin gracias alguna.

– Es fácil para tu decirlo, amaste a padre desde que lo conociste, como puedes pensar que al corazón se el impone algo y el obedece de inmediato!– bufo molestó.

Amalia no supo que decir, Holden había dejado a un lado su amor por cumplir con el título.

– Sacrifique mi felicidad por darle gusto a ustedes, al menos deja que sea infeliz a mi manera– tomo el contenido de su copa de una sola vez, Amalia sintió como su alma dolía por la desdicha de su hijo.

Michael era feliz casado con la mujer que él había escogido y Michelle vivía enamorada de su esposo, el hombre que había ganado su corazón.

– Cuando vuelva a tener a Sophia entre mis brazos seré feliz de nuevo– vertio el contenido de la copa en su boca.

UNA HISTORIA DE AMOR...Where stories live. Discover now