UNA HISTORIA DE AMOR...

ABANDONADA....

Diez años habían pasado desde que su amada Sophia había perecido.

Una vez más se encontró contemplando la fotografía de su amada Sophia.

Suspiró, tomo otro trago.

– Si siguieras viva todo sería diferente – dijo mirando la fotografía.

Se levantó de su sillón y miró hacía el jardín, debajo del frondoso manzano estaba su hija sentada.

Silencie, como ahora la llamaban todos se veía tan triste desde que su abuela Amalia falleciera.

Con Grace las cosas habían empeorado desde que la niña había vuelta a la mansión.

Sus hermanas la trataban como a una sirvienta.

Su Nina ya no era feliz.

No podía regresar el tiempo y mandarla con sus verdaderos abuelos maternos, si ella descubría que Grace no era su verdadera madre la pequeña no querría regresar a la mansión.

EN EL JARDÍN....

Enora, Miracle y Gena caminaban hacia Silencie.

– Hola sirvienta– dijo Miracle llegando a Silence – dame ese columpio– dijo empujándola por detrás,  Silence cayó sobre el pasto, apoyando sus manos sobre este.

– Levántate pordiosera!– dijo Gena mirándola desde arriba – traenos  agua fresca y galletas dulce, rápido!– dijo chasqueando sus dedos.

– No mi lady – dijo Antía interviniendo – usted no debe ser sirvienta de sus hermanas– Silence la miro y sin emitir palabra alguna sonrió.

– Tranquila Antía, yo iré por el agua, al fin que no me cuesta nada – las hermanas miraban a Silence y reían.

Holden quien había visto todo desde el estudio salió al pequeño balcón y saltando por encima de la reja de encamino hacia sus hijas.

– Que creen que hacen? – cuestionó iracundo.

– Jugando padre– dijo Enora con su dulce voz.

– Esos no son juegos, traten a su hermana con respeto.

Las tres hermanas se miraron asombradas.

– Porqué nos hablas de esa manera, ella se ofreció para ir por el agua fresca.

Las otras dos asintieron vigorosamente.

– Si padre, la huérfana se ofreció.

– Ella no es ninguna huerfa, es su hermana– las tres hermanas se miraron.

– No padre, sabemos que no es nuestra hermana, antes no vivía con nosotras, tu la trajiste cuando quedó sola en el mundo, cuando la abuela Amalia falleció.

Holden bufo molestó.

– Es su hermana, y deben tratarla como tal, no quiero ver más ese trato hacia ella – las tres asintieron demostrando obediencia.

Holden se retiró dejando a sus hijas.

Silencie regreso con el agua y las galletas.

– Mira muda, si no quieres tener problemas con nosotras, debes hacer lo que te ordenemos.

Silenciosa la niña de cabellos color fuego asintío.

– Di algo, muda.

Las tres sonrieron.

ASHBURG MORTINER HOUSE...

– Haz sabido algo de tu nieta?– cuestionó Anelice a Aurora.

– Nada, lo único que he sabido a lo largo de estos años es que Holden la dejo con su madre, ya que la condesa la maltrataba.