22 [EDITADO]

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—¿Tú sabes algo, Dustin? —suelto totalmente seria.

—Siendo sincero, no me fue informado nada —le observo de forma analizadora.

Veo cada unas de las fotografías donde aparece mi padre, Dedrik y Olivia.

—¿Por qué Bruno no me habló sobre estas fotografías? —suspiro y guardo las fotografías dentro del sobre.

—No lo sé —balbucea Dustin.

—¿Estás diciendo la verdad, francés? —asiente.

—Lo único de lo que estoy seguro es que si Bruno no te lo contó, es por alguna buena razón —asiento lentamente—. ¿Estás convencida de lo que te estoy diciendo, poginet? —lo observo fijamente.

—No, tampoco de lo que me ha dicho Bruno —relamo mis labios.

—¿Qué estás pensando hacer? —niego.

—Voy a esperar a que el italiano llegue y hablaré con él —le oigo suspirar y se levanta.

—Eso acabará en discusión y lo sabes, poginet  —asiento lentamente.

—Es lo más probable, sí —acomodo mi cabello—. Bruno está mintiendo y estoy más que convencida —Dustin coloca su mano sobre mi hombro.

—¿Necesitarás ayuda con los niños? —muerdo mi labio.

—Quizás sí, no me gustaría que nos escuchen pelear —él asienten—. No quiero que estén lejos de mí en este momento pero Bruno ya me saco de las casillas —me quejo.

—Es Bruno, poginet —ambos asentimos—. Espero que lo que sea que esté haciendo valga la mentira —yo elevo mis cejas—. Voy por mis sobrinos —asiento y sale.

Me siento mala madre cada vez que Dustin tiene que llevarse a los niños porque deberían estar junto a su madre a cada momento y yo los estoy alejando por temas en los cuales no tendrían que estar involucrados.

Puedo oír como Dustin habla con los niños para luego subir a sus habitaciones, supongo que a buscar ropa o no sé.

Vuelvo a sentarme frente al escritorio y comienzo a abrir todos los cajones para buscar alguna cosa que me ayude a descubrir algo.

—¿Qué escondes, Bruno? —suspiro leyendo cada jodido papel que encuentro.

Hay uno de los cajones que está cerrado con llave, hasta el momento no había encontrado nada raro más que las fotografías de antes.

Saco una horquilla de mi cabello y me las ingenio para abrir la cerradura del dichoso cajón. Al abrirlo no encuentro más nada que me ayude, hay armas y algún que otro fajo de dinero.

—Esto no puede ser —suspiro frustrada—. Algo tiene que haber aquí —continúo removiendo dentro del cajón y descubro que hay un fondo falso en el cajón así que lo saco y hay papeles con diferentes ubicaciones.

Tomo cada papel y comienzo a leer, la mayoría de las ubicaciones están en Moscú, Rusia.

—¿Por qué tiene esto? —dejo los papeles sobre el escritorio y vuelvo mi atención al cajón.

Continúo buscando en el escondite que tenía en él y encuentro más papeles junto con fotografías.

—¿Qué mierda? —suelto con el corazón a una velocidad inexplicable.

PERDICIÓN © #3 [✓]Where stories live. Discover now