26 [EDITADO]

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‼️ AVISO: Este capítulo, desde mi punto de vista, es bastante triste. Casi derramo algunas lágrimas en el momento que lo escribí. ‼️

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Marco toma nuestro equipaje y lo acomoda en el jet para que podamos partir y volver a California.

—Sube, dea —Bruno señala la escalera y sube detrás de mí.

Elijo un lugar junto a la ventana y me acomodo allí. El italiano aparece poco después para sentarse junto a mí.

Siento como sostiene mi mano entre la suya y besa mi dorso para luego verme a los ojos con sinceridad.

Vuelvo mi vista a la ventanilla y observo como el jet despega lentamente. Dustin y Luca están sentados delante de nosotros, mientras que Darren y Brant están detrás.

Darren acompañó a mi padre al hospital para llevar a Olivia y de paso le curaron la nueva herida de bala.

—¿En que piensas, dea? —acaricia mi mejilla y niego—. Estás muy callada —volteo y fijo mi mirada en la suya.

—¿Y si no funciona, italiano? —él suspira.

—Vamos a hacer lo que sea necesario para que funcione, ¿si? —busca una respuesta en mi mirada.

—Está bien —susurro.

—Ahora nos tenemos que centrar en volver a California y visitar al médico —asiento lentamente—. Todo irá bien —besa mis labios con delicadeza.

—Dejen de romanticismo —se queja Luca y reímos.

|| ... ||

—Esto puede que moleste un poco pero haré lo posible para que sea lo menos incómodo para usted —Bruno besa mi frente.

—Adelante, doctora —suspiro y aprieto la mano de Bruno.

—Tranquila, estoy a tu lado, dea —musita él en mi oído.

La doctora comienza a hacer la extracción del feto totalmente concentrada.

Siento como si algo se rompiese dentro de mí, las ganas de llorar no puedo contenerlas y las lágrimas caen lentamente por mis mejillas.

Bruno limpia las lágrimas de mi rostro y me observa triste, estamos los dos más que destrozados.

—Listo —menciona la doctora—. ¿Les gustaría ver al bebé? —con Bruno intercambiamos miradas.

—Sí, doctora —ella nos entrega al pequeño bebé y lo sostengo con total cuidado.

—Era una niña —musita ella—. Los dejaré un momento a solas —abandona la habitación.

Bruno acaricia la cabecita de la diminuta bebé. Le observo y tiene lágrimas en los ojos.

—Estoy seguro que iba a ser hermosa como tú —siento como más lágrimas caen por mis mejillas.

—Ella siempre va a ser nuestra pequeña princesa —susurro sin dejar de ver a la bebé—. Lamento no haber logrado esto —Bruno niega.

PERDICIÓN © #3 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora