24 [EDITADO]

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Subimos al coche de Dustin y desde aquí se puede ver como mi hermano y Bruno suben a un coche para luego ponerse en marcha.

—Síguelos discretamente —le ordeno a Dustin.

—Es estúpido hacer eso, poginet —lo observo mientras alzo una ceja—. Tengo la ubicación de donde irán, tenemos todo bajo control —me acomodo en mi asiento y suspiro.

Trato de mentalizarme y tranquilizarme para que todo salga lo mejor posible y nadie salga herido, excepto mi tío y mi padre.

Dustin coloca el coche en marcha y sigue las indicaciones de la voz de la mujer del GPS.

En cuanto me percato de la calle por la cual estamos volteo a verle.

—¿Estás seguro de que es la dirección correcta? —paso saliva.

—Tu querido esposo me la envió, poginet —responde sin quitar la vista de la carretera.

*Que no sea el lugar que estoy pensando, que no sea el lugar que estoy pensando, por favor.*

Golpeo mis uñas sobre mi pierna nerviosa.

He perdido la cuenta del tiempo que llevamos aquí dentro en busca de la maldita dirección. Cada vez estoy más segura de que es a ese lugar el destino.

De un momento a otro el coche se estaciona a una esquina del camino.

—¿Por qué detienes el coche? —volteo a observarle.

—Porque si llegamos en coche, se darán cuenta de que hay alguien más allí y no es plan de que crean que alguien los descubrió —explica con tranquilidad—. Tú sabes que podría acabar mal si eso sucede —alza su ceja izquierda.

—Bien, vamos —suspiro y bajo del coche para luego observar mis alrededores.

—Según mi GPS estamos a unas pocas cuadras... —dice no muy seguro.

Pese a la poca iluminación que hay aquí logro ver algo extraño al costado de un letrero que había allí, camino sin dudarlo, me coloco en cuclillas y tomo eso.

Al sostenerlo en el aire y verlo mi mente se inunda en un recuerdo.

|| Flashback... ||

Me muevo nerviosa en el coche y mi padre me observa furioso.

—Te dije que te estés quieta, mocosa —ruge.

—No quiero estar aquí, quiero a mi mamá —sollozo abrazando a mi oso de peluche con fuerza.

—¡TU MADRE ESTÁ MUERTA! —grita y golpea el volante con violencia.

—Mi mami no está muerta, ella debe volver conmigo —susurro con lágrimas en mis mejillas.

Siento la mano de mi padre golpear con fuerza mi mejilla, lo cual provoca que más lágrimas escapen de mis ojos.

—Yo no criaré a una chiquilla malcriada —detiene el coche de forma brusca provocando que mi cabeza se golpee contra el cristal.

Se voltea hacia mí y me observa con verdadera rabia en su mirada.

—Se acabó, dame ese maldito peluche —trata de quitarlo de mis manos pero empeño todas mis fuerzas en cuidar que no me lo arrebate—. ¡No seas idiota, mocosa! —me golpea nuevamente y logra quitarme mi peluche.

PERDICIÓN © #3 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora