Capítulo 1

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Rubén despertó a las nueve de la mañana, acostumbrarse a los horarios de Samuel era muy difícil; este hombre se despertaba a las seis de la mañana, salía a correr o al gimnasio, regresaba, se duchaba y preparaba el desayuno, todo esto mientras Rubén dormía cómodamente.

Sus horarios habían sido un tema cuando decidieron mudarse juntos. El castaño acostumbrada despertar hasta medio día, desayunar y volver a dormir hasta que era hora de comer de nuevo, entonces pasaba toda la tarde jugando o a veces hacía alguna cosa productiva como ir a alguna junta o hacer las compras. Samuel obviamente no aceptaba esos malos hábitos y, aunque lo amaba muchísimo, tampoco quería tener un niño mimado y caprichoso viviendo con él, así que con el tiempo logró que Rubius despertase más temprano (aún muy tarde para él, pero ya era un avance), desayunaban y hablaban sobre las cosas que harían en el día. Ambos se iban a sus respectivas actividades, a veces quedaban para comer juntos, otras solos o fuera de casa.

Su vida tenía por fin un orden, que en ocasiones contaba con algunos inconvenientes por peleas pequeñas, pero al final todo volvía a ser igual.

A su nariz llegó el olor a huevos, bacon y café, con el cabello desordenado y los ojos aún cansados, se arrastró hasta la cocina. Ahí estaba Samuel terminando de cocinar, su cabello todavía estaba mojado haciendo que las gotas se escurrieran hasta el cuello de su camisa, ese día estaba especialmente arreglado desde temprano.

La camisa se apretaba sobre sus brazos y su abdomen, envidiaba ese cuerpo trabajado de su novio, él por más que intentaba ganar peso para formar músculos, nunca lo había logrado.

-Tengo una junta de Mad Lions con Willy, seguramente no llegaré para la cena, ¿puedes sobrevivir? -dijo Samuel pasándole un plato con el desayuno.

-No me subestimes, sé llamar para pedir pizza -guiñó Rubius, Vegetta rodó los ojos.

-Deja de comer comida basura todo el tiempo, la última vez que entré en tu habitación estaba lleno de envolturas de golosinas -Rubén bajó la mirada tratando de evitar el regaño. -No sé qué haré contigo, prepararé un poco de comida para que solo tengas que calentarla en el micro, puedes hacer eso, ¿no?

-¡Ay como me cuida mi Samu! -Rubén se levantó de su silla y caminó hasta donde estaba Vegetta, entonces lo abrazó recargando su mentón en el brazo del mayor.

-Sí sí, quita, tengo muchas cosas que hacer hoy.

-Siempre tienes muchas cosas qué hacer, a ver cuándo te das un tiempo para estar con tu hermoso novio.

-Mañana tenemos directo tú y yo en Karmaland. Es como una cita -contestó Vegetta a punto de salir de la casa.

-Claro, Karmaland... -susurró Rubén algo decepcionado.

-Me voy, príncipe, te quiero -la puerta se cerró, dejando al peliblanco solo.

***

Pasaban de las diez de la noche, Rubén había estado jugando toda la tarde, estaba cansado de las luces brillantes de los juegos así que fue hasta la sala para ver alguna serie o anime interesante. Sin darse cuenta, se quedó dormido.

Se despertó de golpe por el sonido de su móvil, en la pantalla se leía "Guillermo", antes de contestar, verificó la hora, 00:30, miró alrededor para confirmar que Samuel aún no había llegado; después de un tiempo, contestó.

-Joder, por fin contestas -la voz de Willy sonaba muy alterada.

-¿Qué pasa? Estaba durmiendo, ¿aún no termina su reunión?

-Al diablo con la reunión, hubo un accidente, Samuel está en el hospital.

-¿Qué? -de repente todos sus sentidos se activaron de nuevo. -Pero... ¿qué pasó?

-Te envío ubicación, cuando llegues te cuento todo.

Y colgó.

Un escalofrío recorrió su espalda, pudo sentir el sudor deslizarse desde su frente hasta el cuello. Con rapidez tomó las llaves, una chaqueta y salió hasta el hospital.

"Joder, pero si es de madrugada" pensó cuando se encontró con tráfico. Al avanzar en el auto se dio cuenta de la causa del tráfico: una camioneta se había estampado contra otro auto que parecía bastante familiar. Cuanto más miraba más pálida se tornaba su piel; ese era el auto de Vegetta.

Se quedó paralizado un momento, la camioneta no parecía tener muchos daños, pero el auto... Estaba casi destrozado, apenas reconocible.

***

Había pasado más de una hora desde que Guillermo habló con Rubén y con todos sus amigos cercanos. Aún le temblaban las manos, él había visto todo. Ambos regresaban de una junta sobre un proyecto futuro (ahora tan incierto), cada quien en su respectivo auto, iban en la misma dirección pues sus casas quedaban juntas, todo estaba tranquilo y apenas había coches en la calle cuando... Una camioneta se había pasado un alto y se estampó con el Smart de Samuel.

Las escenas siguientes habían sido muy borrosas, se había bajado de su auto, corrió hasta la parte del piloto mientras los de la camioneta, al parecer en estado de ebriedad, se fugaban. El cuerpo de Samuel había salido disparado contra la ventana a pesar del cinturón de seguridad, su cabeza sangraba demasiado, apenas haciendo visible sus facciones. Poco después llegó la ambulancia.

-Joder, tío, traté de llegar lo más rápido posible, ¿cómo está Vegetta? -el primero en llegar había sido Fargan, llevaba puesto un pijama con unas pantuflas enormes en forma de garras; en otro momento sería muy divertido burlarse de su apariencia.

-No lo sé, me informaron que entraría a quirófano, ya pasó casi una hora y no han salido.

-¿Fue muy fuerte? -Fargan solo sabía algunos detalles, no fue hasta que vio la expresión de Willy que supo que se trataba de algo muy serio.

Ambos se sentaron en la sala de espera, el tic tac del reloj era lo único que se escuchaba.

-¿A quiénes avisaste?

-A ti, Rubén, Luzu, Auron, Alex, Lolito, Mangel y a sus padres. Sus padres vendrán tal vez mañana, todos los vuelos estaban llenos, los demás avisaron que llegarían lo más pronto posible.

-Deberías dormir un rato, te vez fatal, prometo que si pasa algo yo te avisaré.

-No quiero -contestó tajante Willy.

-Pero...

-¡QUE ES MI MEJOR AMIGO, FARGAN! -las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.

***

Los siguientes en llegar fueron Luzu y Auron, ambos vivían juntos por lo que no era extraño, todos sabían sobre la relación que tenían así que no fue raro verlos abrazarse el uno al otro después de escuchar lo que había ocurrido.

El siguiente fue Alex, que al ver el ambiente deprimente se dirigió a Fargan para que él le contara todo lo que había pasado, además que Willy se veía fatal y pensó que sería cansado para él tanto física como mentalmente contar una y otra vez la historia.

Cuando pasaron dos horas, al fin estaban casi todos en la sala de espera, el único que faltaba era Rubén.

-¿Seguro que le informaste? -preguntó Mangel extrañado de la ausencia de su mejor amigo.

-Seguro, Mangel, ¿por qué lo dudas? Fue al primero al que le hablé -la voz de Willy se escuchaba fastidiada. "Ese bastardo, dónde mierda está, ¡qué es tu novio!" pensó Willy apretando el puño.

***

Rubius había estacionado su auto frente a un 7eleven, donde compró un six de cerveza. Había quedado muy shockeado después de ver el auto del amor de su vida hecho un desastre. No quería llegar al hospital, no quería escuchar noticias, malas noticias, pero al mismo tiempo quería saber de él, correr y abrazarlo, sea cual sea su estado, solo quería estar junto a él. "Coño, Samuel, ¿ahora quién mierda va a decirme que algo no es simétrico, o que soy un vago, o... quién va a decirme que me ama?" Sollozos y sollozos que duraron casi toda la madrugada.

Cuando despertó el sol recién salía, trató de revisar la hora, pero su móvil se había quedado sin batería. Su cabeza punzaba, todo el dolor que había tratado de olvidar hace un rato era su realidad en ese momento. 

Lo que recuerda de mí || RUBEGETTAWhere stories live. Discover now