Capítulo 6

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Después de instalarse en la casa de Willy, Samuel durmió toda la tarde. Al final había sido Willy quien movió todas las cosas pues Samuel no pudo soportar el quedarse ni un minuto más en lo que fue su hogar. En verdad era una cosa extraña, Willy estaba seguro de que un lugar tan importante para él, le haría recordar al menos un par de cosas, más importante aún, recordar a Rubén, pero nada de eso pasó, era como si una especie de barrera estuviera actuando en contra de él para que no pudiera recordar nada sobre su relación con Doblas.

Por ahora, el objetivo principal consistía en tratar de ayudar a su mejor amigo a volver a sonreír.

***

Un nuevo día había comenzado, por primera vez desde el accidente, despertaba en un lugar que no era el hospital; la cama era cómoda y amplia, con la iluminación perfecta y decorada con un estilo neutro agradable a la vista, sin embargo, ese sentimiento de nostalgia seguía presente, atormentándolo e impidiéndole adaptarse a su nueva normalidad.

Sin ganas de nada, se arrastró hasta la cocina, donde Willy terminaba de preparar el desayuno.

-Buenos días, Samu ¿dormiste bien?

-Sí, eso creo.

-Y... ¿te encuentras mejor? ¿estás cansado?

-No lo sé, es algo extraño de describir, es como si estuviera cansado pero al mismo tiempo quisiera salir corriendo.

Las palabras salieron sin ningún tipo de filtro, llegando hasta Willy como una apuñalada al corazón.

"Samuel definitivamente no está bien". –Pensé en que tal vez hoy podríamos salir a pasear un poco por la ciudad, eso puede ayudarte a recordar algo.

Vegetta levantó la vista, encontrándose con un Willy sonriente, con una mirada llena de gentileza y preocupación. Fue en ese momento en el que supo que la persona delante de él estaría dispuesta a hacer lo que fuese necesario para ayudarlo a volver.

"¿Por qué haces esto? ¿No es injusto para ti? Solo he podido recordar algunas cosas sobre ti y tú aun así actúas de esta forma. Willy, ¿qué tan cercanos fuimos?"

-Hagamos eso –contestó Samuel con un intento de sonrisa.

***

El nuevo departamento de Rubius estaba en una zona alejada del centro de la ciudad, en dirección opuesta a su anterior casa con Vegetta. Se trataba de una especie de mecanismo de defensa en donde por ningún motivo quería encontrarse con él, ni siquiera por casualidad.

Los problemas llegaron después de la mudanza. Ahora que no tenía nada en que distraerse, pensamientos y recuerdos se hicieron presentes, causando una necesidad ilógica de escarbar en esos momentos que lo hicieron feliz. Tomó su celular, primero entrando a sus mensajes, su última conversación con Vegeta había sido sobre el lugar en donde se encontrarían, nada especialmente significativo, una conversación simple de: "¿dónde estás?" "en la entrada, apura, tontito". En realidad no había mucho ahí, sus mensajes siempre fueron cortos con la información necesaria. Así que borrar todos esos mensajes no fue tan difícil.

Entonces entró a la galería.

La mitad de fotos en su celular eran sobre él y Samuel en viajes, fotos tontas tomadas por el bobeito, selfies con filtros extraños, fotos que tomaba cuando Samuel estaba distraído, infinidad de recuerdos de ellos juntos; las primeras vacaciones que tuvieron, conciertos a los que obligaba a ir a Samuel, el viaje a Disneyland; y otras fotografías más casuales capturando momentos de su vida cotidiana: viendo películas juntos, salidas a comer en restaurantes de comida rápida, fotos de Samuel cocinando, caminando por una calle cualquiera... Cada foto contenía un significado diferente, de momentos diferentes pero igual de felices. Ahora todo eso solo era recordado por él, para Samuel, nada de eso había pasado.

Rubius había seleccionado todas y cada una de las fotos tomadas desde que comenzó su relación con Samuel, incluso en las que el castaño no aparecía, mientras fuera tomada dentro de esos dos años debía ser eliminada. Cualquier cosa que tuviera que ver con Samuel de Luque debía ser eliminada.

Una parte de él quería apretar el botón de eliminar, otra, aún tenía la esperanza de que Samuel le recordaría. Al final su razón le hizo apretar el botón, haciendo desaparecer para siempre todos esos recuerdos.

"Será difícil sacarlo de mi cabeza, pero al menos es un avance". Mientras trataba de convencerse en haber hecho lo correcto, las últimas lágrimas dedicadas a esa persona rodaron por sus mejillas.

Esa noche, saldría de fiesta.

***

Pasear por la ciudad no ayudó mucho a hacerlo recordar, pero se sentía más relajado y mucho menos triste. Willy se había encargado de llevarlo a algunos lugares interesantes, casi turísticos, y otros más dedicados al ocio. Un día cansado, pero lo suficientemente entretenido para hacerle olvidar por un rato la sensación de nostalgia creciente dentro de él.

El final del día fue una cena en un restaurante algo costoso, donde el ambiente relajado daba pie a la conversación profunda que Vegetta tanto quería.

-Willy –llamó Vegetta.

-¿Pasa algo?

-Quiero preguntarte algunas cosas.

Guillermo estaba consciente de que a medida que el tiempo pasara, Samuel tendría más dudas sobre cosas que aún no lograba recordar, así que dio una advertencia antes de que si quiera pensara en preguntarle sobre cierta persona. –Solo puedo responder acerca de nuestro pasado o tal vez sobre algunas cosas extras referentes a tu vida pública, no hablaré en nombre de nadie.

-Tranquilo, definitivamente es sobre nosotros, no tiene nada que ver con nadie más.

-Si ese es el caso, puedes preguntar lo que quieras.

-Esta mañana, cuando desperté y noté que estaba en tu casa... Algunos recuerdos llegaron.

-¿Qué recuerdos? –Guillermo intentó sonar lo más normal posible, aunque dentro de él era una montaña de nervios.

-Tú y yo, ¿vivimos juntos un tiempo?

"¿Recuerda eso? ¿Qué tanto recuerda? En ese tiempo pasaron muchas cosas controversiales, necesito saber qué es exactamente lo que recuerda".

-Vivimos juntos, fue poco tiempo, es raro que recuerdes eso.

-Fue una suposición, la verdad es que no estaba muy seguro de preguntar. Cuando desperté sentí una especie de dejá vu, donde ambos nos encontrábamos en la cocina, tú preparabas el desayuno y yo... es confuso lo que pasa después.

-Entiendo, no debes forzarte a recordar, poco a poco volverán todos esos recuerdos.

-Tengo una última pregunta, pero debes ser totalmente sincero.

-Siempre lo he sido, mientras se trate de ti –"Mentira, soy un mentiroso, fui un cobarde que ni siquiera pudo ser sincero con sus sentimientos".

-Bien, entonces... por favor aclárame, ¿tú y yo éramos pareja?

-...

Lo que recuerda de mí || RUBEGETTAWhere stories live. Discover now