Capítulo 7

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Rubius contactó a Mangel para que salieran juntos esa noche, Mangel accedió al instante, sabía que había algo detrás de esa petición y estaba seguro que tenía algo que ver con un intento de olvidarse de Samuel.

Cualquiera que fuera el motivo, era obvio que Rubén no se encontraba bien. Su teoría fue confirmada cuando al llegar al antro en el que habían quedado, Rubius ya estaba medio tomado, sonriendo a medio mundo y siendo el mejor amigo de cualquiera que se le acercase a pedirle una foto.

-Eh, lo siento pero me llevaré a este chico -interrumpió Mangel al grupo de personas que hablaban con Rubius.

-¡Mangel! únete a nosotros -el peliblanco lo rodeó con el brazo, acercándolo a la barra donde una ronda de bebidas ya había sido preparada.

-Rubiuh, acepté a venir contigo porque tenemos que hablar.

-Claro, hablaremos ahora, pero primero debes ambientarte, te vez bastante serio para estar en una fiesta.

Mangel sabía que su amigo no estaba dispuesto a la persuasión, así que lo dejo hacer lo que quisiese; ya tendrían tiempo de hablar. Solo pasó una hora antes de que Rubius estuviera completamente ebrio, dispuesto a cualquier cosa y obedeciendo a Mangel en irse de ahí. A pesar de su estado aún podía caminar, lento pero constante, así que Mangel solo lo seguía, ambos chicos caminando por la madrugada, a través de las calles oscuras y vacías.

Fue el momento perfecto para que Mangel comenzara a preguntar, aprovechándose de su estado vulnerable y sincero.

-Rubius -llamó Mangel, el peliblanco se detuvo, mirando hacia arriba, como pidiendo al cielo que todos sus problemas desaparecieran.

-Sé perfectamente lo que quieres saber y está bien, estoy dispuesto a hablar sobre ese asunto, pero solo por una última vez, después de esta conversación no tienes permitido tocar el tema de nuevo, ¿entendido?

Los ojos de Rubius brillaban, una mirada resplandeciente y al mismo tiempo carente de sentimientos: vacía e infausta. La mirada de alguien que no encuentra una razón para seguir luchando por alguien.

-Supongo que será mejor que lo olvides del todo -dijo Mangel antes de seguir caminando, olvidando todas las preguntas que quería hacer.

-Es tu última oportunidad -dijo Rubius desde atrás.

-Y la tuya también -al voltearse, su amigo lo miraba con confusión, sin entender muy bien a qué se refería, así que Mangel dio más pistas. -Te ayudaré.

Después de un rato analizando las palabras de Mangel, Rubius comprendió todo. Junto con la lucidez llegó una apuñalada más al corazón.

-Entiendo.

***

"No, no fuimos nada".

A pesar de pensar eso, las palabras no salían de su boca. Tampoco quería mentirle a Samuel, porque lo había prometido, así que la única salida que tenía era contestar con ambigüedad.

-¿Por qué no intentas recordarlo? -dijo Willy sin mirarlo.

-Ya está, de nuevo evades las preguntas -su tono sonaba molesto, lo cual sorprendió a Willy. En todo el tiempo que había estado con Samuel, desde su accidente, nunca había mostrado demasiado sus emociones, lo cual le preocupaba bastante; ahora que de repente parecía molesto, Willy fue un poco feliz.

-Hay cosas que es mejor olvidar -el morocho miraba el líquido en su copa.

-Qué respuesta tan tonta, es como si estuvieras agradecido de que no pudiera recordar -ahora era evidente: Samuel estaba molesto. Guillermo lo miró, su ceño fruncido y una mueca más adorable que temible, no pudo evitar sonreír internamente.

Lo que recuerda de mí || RUBEGETTAWhere stories live. Discover now