Capítulo 18

162 22 2
                                    

Al día siguiente de su revisión médica, Samuel reunió a casi todos los chicos en casa de Willy, debía tener una idea básica sobre su pasada relación con Rubén antes de decidirse en entrar a la misteriosa habitación que miraba cada noche.

-¿Ustedes también ignoran por qué estamos aquí? –preguntó Fargan a Alex y Luzu a su lado.

-Me sorprendió bastante que de repente me casi ordenara venir a casa de Willy, no pensé que reuniría a todos –comentó Luzu como respuesta a Fargan.

-Alex, ¿tú sabes algo? –Fargan preguntó al menor, pero este parecía no estar prestando atención a nada de lo que pasaba a su alrededor, su cabeza estaba en otro lado, llena de culpa y arrepentimiento.

"¿Y si no le hubiera mentido? Tal vez no habría tomado la decisión de irse".

-¡Alex! –Fargan lo sacó de sus pensamientos. -¿Estás bien?

-Aaah, sí, solo... pensaba en la razón por que Vegetta nos ha reunido aquí hoy.

Los chicos dejaron de hablar, Samuel, junto con Willy, entraron a la sala, seguido de un silencio incomodo que el castaño se dispuso a romper después de que Willy tomara asiento junto a los demás.

-Perdonen por haberlos reunido tan urgentemente –su voz sonaba sincera, como si se avergonzara de generarle problemas a sus amigos. –Es solo que ustedes son los únicos que pueden ayudarme ahora.

Ninguno habló, dando a entender que Samuel podía seguir hablando.

-En la última cita con el doctor, dijo que no hay forma de que recupere mis recuerdos a menos que haya algún "detonante" y aún con eso no es seguro que vuelvan. Necesito maximizar las posibilidades.

-No entiendo a qué te refieres –dijo Willy hablando por todos. Después de la cita el día anterior, Samuel se había mantenido callado, cuando Willy le preguntó acerca de su condición Samuel solo respondió con un simple "todo está bien". Después de eso no volvieron a hablar en todo el día.

-Me refiero a que sé que Doblas y yo éramos pareja antes del accidente.

La impactante noticia solo llegó hasta tres personas, por un momento llegaron a pensar que Samuel por fin había recordado, así que voltearon a mirarlo con un brillo singular en los ojos y con una sorpresa obvia impresa en el rostro.

Alex era el único que, a pesar de estar sorprendido al oír esas palabras, en realidad solo quería darle un puñetazo en la cara y decirle que había sido demasiado tarde.

-Eso significa... ¿lo recuerdas? –preguntó Luzu con un hilo de esperanza.

La mirada de Samuel se clavó en algún punto infinito; una sonrisa amarga apareció en su rostro. –No.

Las ganas de golpear a Samuel incrementaron en Alexby.

-No... no estoy entendiendo –sinceró Fargan confundido.

-Ha visto una foto y le he dicho la verdad, aunque según tengo entendido, alguien ya se había adelantado –contestó Willy atacando con una indirecta a cierto chico.

-Respecto a eso, perdón por no haber creído en ti, Alex –dijo Samuel dirigiendo su mirada al menor.

-Ya. No sirve de nada ahora –esa disculpa se sentía como una apuñalada por la espalda, Alex era un remolino de emociones negativas en ese momento.

Samuel se dio cuenta del temperamento del menor, así que no dijo nada más y continuó con el tema principal. –Los he reunido aquí porque son las personas más cercanas a mí, así que supongo algo deben saber acerca de mi relación con Rubén. Necesito que me cuenten todo lo que sepan.

El silencio se apoderó de todo el lugar.

***

Después de un rato en el que nadie hablaba y en el que todos ocultaban su rostro con la mirada baja, Samuel se desesperó y terminó con ese silencio.

-¿Por qué nadie dice nada? ¿Era una relación secreta o algo por el estilo? –su voz se escuchaba desesperada y llena de tristeza. Se sentía traicionado de nuevo.

-No se trata de eso, Vegettita –dijo Luzu poniéndose de pie y acercándose al castaño. –Sabíamos sobre su relación; eran una pareja muy linda y ejemplar, pero... Después del accidente, prometimos que no tocaríamos ese tema de nuevo. Al escuchar las palabras de Willy creo que alguien rompió ese acuerdo, lo que sea que esa persona te haya dicho es verdad y es lo único que conocemos, nada más.

Los puños de Samuel se apretaron con impotencia. Sus ojos vacilantes y su pecho oprimido. Si ni siquiera sus amigos querían ayudarlo ¿entonces a donde más podía acudir?

-Si te sirve de algo –Fargan se acercó junto a Luzu. –Hubo viajes, fiestas, eventos... Pero siempre fueron muy reservados al salir en público, así que lo único que podemos decirte (porque es lo único que sabemos) es que SÍ, eran una pareja, aunque no demostraban mucho afecto en público. Tal vez Rubius era más empalagoso y un tanto más impulsivo, pero también fue muy reservado. Hubo besos y mimos que veíamos cuando estábamos en lugares más privados y entre gente de confianza, así que podían permitírselo, pero no sabemos más. Lo siento, Samu.

Fargan tenía razón, ellos no conocían los detalles, sabían sobre su relación de una manera superficial, nada especifico. Había sido una idea muy estúpida preguntarles a ellos.

Sus esperanzas de nuevo caían a un pozo profundo.

Eso pensaba hasta que una nueva idea llegó. Tal vez no había sido un desperdicio reunirlos a todos.

-¿Dónde está? –preguntó Samuel con urgencia.

-¿Qué?

-¿Dónde está él?

-Eso... -Luzu miró a Willy, como esperando su aprobación para contestar. Fargan hizo lo mismo, pero antes de que Willy pudiera dar su aprobación, o no, Alexby interrumpió.

-Ni lo pienses –dijo el menor enfrentando a Samuel. –No puedes recordarle, ya te has encontrado con él en otras ocasiones y nada ha pasado, no puedo permitirte que sigas usándolo como tu objeto de pruebas; ya está lo suficientemente dañado y lastimado por tu culpa.

Las duras palabras de Alexby eran las mismas palabras que él se había estado repitiendo después de saber la verdad. Cierto, era una horrible persona, de lo peor, un ser humano despreciable que olvidó y lastimó a la persona que más amaba, pero creía que aún existía la posibilidad de arreglar las cosas.

Si él y Rubén estaban destinados a no estar juntos, entonces debía comprobarlo por su cuenta.

-Está bien, no me digan, investigaré yo mismo –Samuel estaba a punto de salir cuando la voz susurrante de Alex lo detuvo.

-Se va del país –lo dijo por lo bajó, pero sonaba como un grito desesperado.

-¿Qué? –No solo Samuel estaba sorprendido, el resto de las personas tampoco estaban enteradas.

-¿Por qué se va? –preguntó Samuel retrocediendo los pasos que había avanzado. Alex se mantenía callado, desesperando al resto. -¿Es por mí?

-Algunas veces las personas no necesitan una razón para querer desconectarse de todo... Algunas veces solo se trata de ellas luchando consigo mismas. 

Lo que recuerda de mí || RUBEGETTADove le storie prendono vita. Scoprilo ora