Capítulo III Juego

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Cerca de las afueras de la ciudad el atardecer se veía pronto de caer y con ello los jóvenes volverían a sus respectivas casas... O eso se creía

Un pequeño suspiro que parecía cortar al aire fue expulsado por la boca de una de los cuatro jóvenes que se encontraban en aquella habitacion, el chico de largos mechones de cabello negro se recostó contra el respaldar de la silla llevando su vista con algo de desespero hacía los rincones de la habitación, como si alguien los estuviera observando en ese preciso momento.

Por otro lado el chico de cabello castaño con la estatura más baja entre los cuatro, no despegaba su vista de la persona sentada frente a él, la cual no despegaba la mirada del objeto sostenido por su mano derecha. El tercer chico, alto y de cabello castaño oscuro peinado hacía abajo, caminaba despacio hacía la mesa tomando un pergamino que se encontraba dentro de una pequeña caja sellado por un listo morado, se sentó en la silla junto a la lámpara leyendo nuevamente el contenido del papel quemado en los bordes, parecía que había pasado por varias manos al igual que varias veces bajo tierra, pero su contenido aún seguía intacto.

El chico de largos mechones dirigió su mirada hacía su amigo, el cuarto chico que se encontraba en la habitación, quien no despachaba su vista de aquel dado dando vueltas en sus dedos índice y pulgar, parecía buscar una respuesta en cada lado de este, la cual no sería encontrada fácilmente.

Este chico de cabello castaño peinado hacía atrás cayendo un poco hacía los lados tenía su mente trabajando sin descanso desde el primer día, buscaba pistas y piezas para armas su rompecabezas mental y responder sus preguntas, pero cuando encontraba una respuesta también encontraba una nueva incógnita; si alrededor ahora estaba lleno de puertas que parecían no tener salida.

+Esto es estúpido -Comentó el más bajo de ellos llamando la atención de solo dos personas-

+¿Y qué propones? -Preguntó con curiosidad el segundo más alto dejando el pergamino de nuevo en su sitio-

+Dejar todo esto

+Esa fue nuestra idea desde un principio, pero se negaron -comentó el chico de cabello negro-

+Podríamos hacerlo, tenemos tiempo -intervinó el menor de la sala-

+No podemos -Habló el castaño llamando la atención de los tres, colocó el dado en su sitio dejando caer su espalda contra el respaldar de la silla soltando un largo suspiro que puso en alerta a sus compañeros, sabían que algo estaba pasando por su mente, fuera bueno o malo, debían estar preparados para las palabras del mayor en ese momento– ¿Saben la diferencia entre un juego de mesa y la vida?

  Los tres chicos intercambiaron miradas entre sí sin tener una respuesta concisa hacía esa pregunta, dirigieron su mirada hacia el mayor dando a entender que no tenían algo que responder dándole paso a continuar.

+El juego de mesa es algo que juegas por diversión y acaba cuando la diversión desaparece. La vida es algo que vives por obligación, pero la continúas por diversión hasta que esta desaparece con el pasar de los años, es como un juego, sigues mientras es divertido y cuando ya no lo es pierdes.

  El mayor miró a los chicos a su lado quienes lo miraban analizando las palabras que acababan de salir de él.

+En el juego de mesa pierdes por un mal movimiento, en la vida mueres por una mala acción; en las dos pierdes. Diferentes comparaciones, pero tienen el mismo final aunque el camino sea diferente.

+Eso significa... –Comenzó el menor de todos, pero fue interrumpido a los segundos por el segundo mayor entre ellos–

+Estamos condenados

Winter Falls [Lee Know]Where stories live. Discover now