Capítulo VIII Idioma

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  Sarcos... Sarcos... Sarcos

     Nao item igeo sage...

  Desperté aturdida debido a los suaves susurros que sentía haber escuchado en mis sueños pero que con el paso de los segundos se volvían más fuertes contra mi audición, me senté en la cama y coloqué ambas manos sombre mis oídos y escondí mi cabeza entre mis piernas al notar que los murmullos se alejaban pero volvían a los segundos, eran como señales paralelas.

    Igeo sarcos nom ego bonum...

  Me sobresalté al escuchar una risa a los lejos y después un fuerte escalofrío recorrer mi espina dorsal provocando que moviera mis hombros inconscientemente como si estuviera quitándome algo de encima, sentí una presencia en mi habitación, cerca de la ventana, una mirada sobre mí y una leve fuerza contra mi cuerpo.

  Mi mente no podía estar tranquila en ese momento, solo pensaba en una sola cosa, ¿qué estaba sucediendo en mi habitación? ¿Estoy soñando despierta? Tal vez las pesadillas se vuelven tan fuertes que las sientes en carne propia cuando la noche anterior ha sido dura de conciliar.

  A los segundos escuché la puerta de mi habitación siendo abierta junto a un gruñido, en ese momento cualquier carga que estuviera sobre mí había desaparecido y la habitación ya no se sentía tensa, ahora parecía estar tranquila y con un ligero toque de libertad en el aire que respiraba.

  Sentí a mi pequeña bola de pelos subirse a la cama y acercarse a mí recostando su cabeza sobre mi hombro, destapé mis oídos y levanté un poco la cabeza apoyándola en mis rodillas, escuché una pequeña queja por su parte sacándome una leve sonrisa llevando mi mano hacía él acariciándolo.

+Lo sé, yo también sentí algo raro aquí hace unos segundos, pero ya pasó gracias a que estás conmigo –Jugué con sus orejitas– eres el mejor compañero del mundo

  Dejé un pequeño besos sobre su frente recibiendo por su parte lamidas contra mi cara, reí y a los segundos escuché la voz de mi madre desde la cocina.

+Alysa! Es hora de comer, despierta, tienes clases en una hora

+Baja, yo te alcanzo

  No puso mucha resistencia al hacerme caso, hermanito siempre fue muy obediente y cumplía con cada cosa que le pedías, así que no dudó en bajar de la cama y salir de la habitación directo a la cocina a devorar su desayuno.

  Me levanté y caminé despacio por mi habitación hasta llegar a la ventana, no sentía nada en este lugar, como si todo hubiera sido solo un mal sueño. 

  Podría estar segura de que no había nada aquí, pero eso no me permitía estar tranquila el resto del día.

  Tomé fuerte la cortina y la cerré de un tirón tapando la vista de la ventana, tal vez el día de hoy no debe estar tan visible el interior, el exterior algunas veces es muy raro con lo desconocido.

  Solté un pequeño suspiro y busqué mi ropa comenzando a vestirme para ir a la mis clases, ya tenía pensado que haría después de ellas, pero primero necesitaba sobrevivir a la primera jordana del día o al menos evitar que la curiosidad mate al gato antes de tiempo.

  ...

  Bajé a la cocina al terminar de arreglarme y tomar mis cosas para irme, escuché la voz de mi madre como la de mi padre hablando sobre el trabajo como cualquier otra mañana, o eso parecía hasta que escuché otra voz unirse a ellos en la conversación.

Genial, lo que faltaba para iniciar mejor el día.

  Suspiré y me senté comenzando a comer sin prestarle mucha atención a la conversación que había entre ellos, mi mente solo viajaba en los recuerdos de mi habitación hace unos minutos, había escuchado un lenguaje que no reconocía de algún lugar, solo parecía reconocer una palabra de todas las que aquella voz susurraba de manera intensa.

Winter Falls [Lee Know]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora