Winter Falls [Lee Know]

Capítulo IV Inicia la Primera Ronda

   Dejé caer mi cabeza contra la mesa sintiendo a los segundos las lamidas de una pequeña bola de pelos a mi lado, solté una pequeña risa y llevé mi mano hacía él acariciando su suave pelaje lleno de pequeños rizos. Llevaba toda la tarde sentada en frente de la mesa de la sala con un lápiz en mi mano un lienzo sobre la mesa que esperaba ser trazado por líneas que formaran cualquier cosa que fuera digna de colgar en alguna pared de mi casa, preferiblemente en mi la habitación al final del pasillo, la cual hace unos años había tomado como un pequeño museo al cual nombre como “Rincón de los Recuerdos” debido a que me gusta resguardarme en él cuando siento que tengo algún problema que resolver, me tumbo sobre un pucho un Puff y comienzo a dejar que mi mente vuele imaginando cómo está decorada la habitación. Veo mis cuadros, una ventana con los bordes blancos como la nieve y de un tamaño proporcional a  la habitación, paredes de una tonalidad morado pluma, un pequeño candelabro colgando del medio de la habitación con bombillos en forma de espiral.

  Algo muy lindo de imaginar y hermoso de ver, pero desgraciadamente no todos tenemos la oportunidad de ver el mundo con nuestros propios ojos.

  Volví a la realidad al escuchar la puerta ser abierta junto a las voces de mis padres más un tercer acompañante o lo que parecían ser  dos acompañantes.

+Alysa –La voz de mi madre llamando hacía las escaleras puso en alerta a mi cachorro quien se bajó de la mesa y se colocó a mi lado en el suelo-

+En la sala –Tomé mi lápiz junto a mi lienzo cerrándolo-

+Oh, estás aquí

  Entraron a la sala permitiéndome escuchar como dejaban caer bolsas al suelo seguido de dos cuerpos contra el sillón en el cual reposaba mi espalda.

+Hola cariño –Mi madre dejó un pequeño beso en mi frente acomodándose en el sillón-

+¿Cómo está mi pequeña hermanita? –La dulce voz de mi hermana provocó una sonrisa en mí-

+Lor!

+¿Pensaste que no volvería para verte?

+¿La verdad? Sí

+Alysa –Susurró mi madre en tono desaprobación-

+Oh, la pequeña Alysa siempre es tan divertida

  Esa voz… Todo era dulce hasta que escuchabas la agria voz de la pareja de Lor, un hombre que pasaba los 30 años llevándole 5 años a mi hermana quien acababa de graduarse de la universidad como veterinaria y consiguió empleo en la clínica de aquel hombre quien parecía haber estado encantando con ella, o más bien desesperado al no encontrar alguien que pudiera ayudarlo en su negocio. Lor, alguien tan pura e inocente que se deja llevar por muchas ideas sin concretar que quiere, espero que nada te cueste caro hermanita.

+Me voy a mi habitación –Me levanté-

+¿Qué? Pero acabamos de llegar, ¿No quieres pasar un rato de hermanas? Tenemos un mes sin vernos

+Tres meses –Corregí- si quieres ve a mi habitación, yo estaré dibujando

+¿Dibujas? No pensé que alguien como tú lo hiciera –Comentó aquel hombre con algo de gracia en su voz-

+Amor…

+Espera Lor, ¿A qué quiere referirse? –Me crucé de brazos-

+Nada, nada, Es solo que Lor me comentó sobre tu condición y creí que una persona con esa discapacidad sería incapaz de tomar un lápiz y hacer algo

+Amor, no creo que se coherente…

+Cállate Lor 

+¿No crees que es una falta de respeto callar a tu hermana?