⚠: Estrés, mención de explotación laboral(?), male!reader.
Pronombres usados: He/him (Él)
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- A lo largo de tu vida, siempre serías el buen tipo, nunca causarías problemas, nunca te meterías en peleas, en realidad, odiabas la violencia, después de todo, mamá siempre decía "Trata a los demás como quieres que te traten", y algunos, se aprovecharon de tu naturaleza amable; Trabajaste hasta que te dolieron los huesos y soportaste abusos verbales aparentemente interminables por parte de aquellos que se consideraban a sí mismos con un poder superior, todo este tormento se acumuló sobre tus hombros y afectó tu cuerpo y tu juicio. Todos los días era la misma maldita cosa trabajando para la misma gente de mierda, algunos simplemente no saben cuándo dejar de hurgar en el oso. Fue una palabra, una sola palabra, lo que hizo que les respondieras y antes de que se dieran cuenta, fueron borrados de la faz de la Tierra.
- Cuando te mudaste tratando de alejarte del caos, no esperabas que te siguiera, porque ahora vivías con el hombre que hizo de Haddonfield Illinois un infierno en la Tierra; Michael Audrey Myers.
- Durante el tiempo que estuvieron juntos nunca le habías hablado de ellos, y nunca quisiste hacerlo, tú eras su novio perfecto e inocente que nunca podía hacer nada malo. Todo estaba bien y los dos eran felices a su manera, así que ¿Por qué arruinarlo?
- Bueno, parece que tu nueva vida pronto comenzaría a desmoronarse una vez más. Era un día normal en el motel que manejabas a las afueras de la ciudad, siempre que la gente fuera amable, todo estaba bien, hasta que algunas personas decidieron presionar tus botones, y así, esas mismas tendencias que expiraste hace mucho tiempo regresaron para perseguirte.
- Michael nunca te molestaba cuando trabajabas, se quedaba dentro de tu oficina y esperaba que regresaras, pero por ahora sentía curiosidad por cierta caja que estaba envuelta en una tela negra y atada con una cuerda. ¿Qué podrías estar escondiendo allí? Se acercó a la caja y la abrió, dentro estaba llena de documentos de otras personas, certificados de nacimiento, identificaciones, registros de seguimiento, cualquier cosa que pudieran haber necesitado para identificar su existencia, todos ellos manchados con huellas dactilares ensangrentadas.
- ¡No podían ser tuyos, no eras capaz de matar a nadie! ¿Correcto? Tú, su frágil y educado amante que no podía soportar ver sangre y mucho menos un cuerpo sin vida. Su línea de pensamiento se detuvo por completo al pensar en ti asesinando a alguien. No eras como él. No podías... o tal vez si podías.
- La rabia burbujeó dentro de ti, anhelando deshacerte de ellos y sus hipócritas sonrisas de mierda- "no, no otra vez, nunca, no, no, no,..." La palabra corrió por tu cabeza para distraerte de los impulsos antes de que pudieras hacer algo de lo que puedas arrepentirte. Corriste de regreso a tu oficina, temblando de miedo por lo que podrías hacer, solo para ser recibido por un Michael congelado en su lugar, sosteniendo los documentos en sus manos.
- Fue entonces cuando las lágrimas comenzaron a caer inconscientemente por tus mejillas. "No quise hacer eso", dijiste con voz ronca. "Fueron horribles conmigo. ¡No pude soportarlo más!" Murmuraste avergonzado y escondiendo tu rostro entre tus manos "Tenía que hacerlo, Michael, no había otra salida"
- Dos fuertes manos sujetaron tus hombros mientras sus ojos te examinaban ¿Estaba en shock? Sí, él no esperaba que hicieras nada como él, pero tus sentimientos parecían más válidos. Se quitó la máscara, dejándote mirar su rostro por primera vez y te abrazó con fuerza. No sabía qué hicieron o dijeron esas personas, pero de cualquier manera deben haberlo merecido
- Te soltó y te miró fijamente con sus ojos azules, sacó su cuchillo y en esa misma mano tomó la tuya y apretó el cuchillo entre los dos "Ahora mismo necesitas esto más que yo" susurró, enviando un escalofrío por toda tu columna.
