Autor: spooky-luvur (on TUMBLR) Género: ? Lector masculino. Advertencias: CONTENIDO SUGERENTE, consentimiento dudoso, violencia, obsesión/acoso, no se dice qué Ghostface es así que imagínense cualquier Ghostface hombre que quieran.
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Suena la campana por enésima vez. Como parte de tu juego, haces una suposición en tu cabeza. ¿Otra vieja panza cervecera? ¿O tal vez un niño que apesta a marihuana y tendrás que pedirle una identificación? Son más comunes de lo que le gustaría pensar.
Escuchas el chirrido de los zapatos de cuero contra el suelo, sin molestarte en levantar la vista de tu teléfono hasta que los pasos se detienen frente a ti.
"¿Le puedo ayudar en algo?"
"¿Algo más interesante que yo?"
El tono del hombre hace que finalmente desvíes tu atención. No es gordo ni calvo ni lo suficientemente joven como para exigir preguntas. Él te está mirando, con las manos metidas con indiferencia en los bolsillos de su chaqueta. No es una mirada mala: al trabajar en esta horrible gasolinera ya has tenido suficientes personas para saber la diferencia. La frente suave y los ojos brillantes son suficientes para decirte que no está enojado y que no está dispuesto a gritarte porque las bombas no funcionan.
Al menos no todavía.
Te sonrojas un poco ante la llamada y deslizas torpemente el dispositivo en tu bolsillo. Afortunadamente, esta noche eres solo tú, así que no habrá ningún compañero de trabajo molesto que te delate por esto.
"Lo siento", le dices, tratando de parecer al menos un poco profesional. "Noche lenta, supongo".
Los labios del hombre se arquean pero no sonríe del todo. Te preguntas si realmente está molesto por eso antes de señalar el estante detrás de ti.
"Dame la caja roja. Tengo que parecer genial y misterioso para todas las personas que se lanzan hacia mí".
Dejas escapar un 'ja' ante su broma y él sonríe. Te giras para tomar un paquete de cigarrillos, lo colocas sobre el mostrador y él saca algo de dinero en efectivo para pagarlo. No es inusual, pero por lo general a las personas de su edad les encanta hacer alarde de sus elegantes tarjetas de crédito para demostrar que las tienen o alguna otra razón de mierda para mostrarte el brillante trozo de plástico. Normalmente le sigue una frase de mierda para ligar.
"No es muy bueno para ti", intentas bromear. El hombre levanta la ceja e inmediatamente desearías tener un arma detrás del mostrador para dispararte.
"Lo sé", dice. "¿Alguna vez te has enganchado a algo? Puede ser muy difícil separarse". Él da una especie de sonrisa irónica que te deja inquieto donde estás parado.
