Autor: hannibals-favourite-meal (on TUMBLR) Género: Smut. Lectora femenina. Advertencias: Breeding kink (fetiche con la idea de embarazar), sexo sin protección, size kink (fetiche con la diferencia de tamaños), creampie (acabar adentro).
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La lluvia había sido implacable durante la semana pasada, golpeando constantemente las ventanas y provocando un reconfortante ruido blanco en toda la casa. Hoyt había decidido después del segundo día consecutivo de aguacero que se refugiaría en la estación, diciendo que necesitaba espacio lejos de su hermano y su 'puta' pero sabías que era porque Luda Mae no le dejaba fumar en la casa. , incluso si el porche estuvo temporalmente fuera de servicio debido a la lluvia.
Sinceramente, estabas contenta con toda la situación, dado que la mayoría de tus trabajos implicaban estar todo el día en el jardín o ayudando en la gasolinera y tu marido pasaba la mayor parte de su tiempo libre en el sótano, finalmente tuviste la oportunidad de simplemente relajarte junto a él.
Tarareaste mientras sacabas la ropa de la secadora que de alguna manera convenciste a la familia para que comprara, colocando cada prenda con amor en tu canasta. "Oh, no." Murmuraste, recogiendo el gorro rosa que habías tejido y que evidentemente había terminado en la secadora por accidente. Ahora tenía una cuarta parte del tamaño que tenía cuando lo hiciste por primera vez con la ayuda de tu suegra.
Suspirando, lo colocaste en la parte superior de la pila antes de apoyar la canasta en tu cadera y subir las escaleras. "[T/N], ¿está lavada la ropa?" El último escalón crujió al pisarlo.
"Sí, señora. Aunque accidentalmente encogí el sombrero que hicimos”. Te acercaste a la mujer mayor con el ahora pequeño sombrero después de dejar el cesto de la ropa sucia sobre la mesa del comedor. Luda Mae sonrió lo más suavemente que pudo mientras lo tomaba de tus manos.
"Mira eso, apenas es lo suficientemente grande para un bebé". Ella miró desde el sombrero hacia ti. “¿Cuándo me darán Thomas y tú algunos nietos? Eso sería perfecto.. Saben que ustedes dos tienen el deber de mantener viva esta familia”. El calor subió a tus mejillas ante la idea de llevar al bebé de Thomas.
No era raro que Luda Mae sugiriera una expansión de la familia Hewitt, especialmente desde su boda hace casi un año, pero no lo habías considerado seriamente hasta hace poco. Imaginar al gigante de tu marido sobre ti, bombeándote una y otra vez, obligándote a correrte en su grueso pene mientras te embarazaba, era demasiado y si pensabas en ello por más de un minuto, empaparías tu bragas.
Te aclaraste la garganta y apartaste la vista con torpeza. “Realmente no hemos hablado de eso. En realidad, no estoy segura de si Tommy quiere tener hijos”. Hubo una pausa, luego la abrumadora presencia de tu marido apareció detrás de tí. Miraste por encima del hombro y te encontraste con sus grandes ojos azules.
