💭"Lo que sucede en las minas, se queda en las minas."
Autor: vaporwavebeach-writes (on TUMBLR) Género: Smut. Lector neutro. Advertencias: Consentimiento BASTANTE dudoso, sentimientos confusos y de culpa, fear play (juego de miedo), sexo sin protección, amenaza (no verbal).
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No había tiempo para recuperar el aliento.
No estabas segur_ de cuánto tiempo habías estado corriendo y ni siquiera sabías adónde podías ir. Estas minas eran como un laberinto. El aire se volvía más ligero cuanto más bajabas. El agotamiento y la disminución gradual de la calidad del oxígeno forman un dúo mortal, pero no podrías pensar en eso ahora.
Todos tus amigos estaban muertos; al menos eso es lo que has empezado a aceptar.
Al llegar a otro callejón sin salida frente a ti, los pesados pasos del minero asesino resonaban en la distancia.
De espaldas a la pared, te pones de pie, sintiéndote completamente impotente. A la vuelta de la esquina del oscuro pozo de la mina, aparece Harry Warden, la leyenda urbana de la ciudad.
A medida que se acerca, su pico ensangrentado aparece a la vista. Recuerdas cómo hace apenas una hora se coló en los cráneos de tus compañeros. Los gritos resuenan en tu cerebro. La imagen de la luz que se va de sus ojos mientras la sangre y los órganos se acumulan a tu alrededor queda grabada para siempre en tu memoria.
Sientes que te levantan del suelo, el cuello de tu camisa arrugada entre sus manos enguantadas.
No se puede ver nada detrás de los ojos vacíos y oscurecidos de su máscara antipolvo. Te quedas sin aire cuando te golpea contra las paredes irregulares del túnel.
Te ves obligad_ a inhalar profundamente los vapores nocivos de la mina, lo que hace que tu cerebro se vuelva confuso cuando las manos del minero te agarran de la cintura y viajan por debajo de tu camisa.
Dejaste escapar un suave jadeo que no estabas del todo segur_ si fue por miedo o excitación. Has estado corriendo en estas minas durante tanto tiempo que ya no sabías qué sentir.
Por un lado, te sentías asustad_, sol_, traumatizad_; definitivamente necesitabas algo de terapia después de una situación tan terrible como ésta, sin querer nada más que empujarlo lejos de ti y salir corriendo de los túneles.
Por otro lado, te sentías completamente enamorad_ mientras te permitías que un maníaco que empuñaba un pico te tocara, con una curiosidad morbosa por ver hasta dónde estabas dispuest_ a llegar.
Tu cerebro estaba funcionando completamente descontrolado. Ya no sabías lo que querías. Tal vez la mala calidad del aire y los vapores estaban alterando tu cabeza, mezclando el terror, la confusión, la adrenalina y la lujuria que luchaban por cómo debería reaccionar tu cuerpo.
Se podían escuchar fuertes gruñidos y respiración ahogada a través de su máscara.
Estaba increíblemente cerca de ti, el calor del otro hacía que los ya compactos túneles mineros parecieran una olla a presión. La fricción involuntaria (¿realmente involuntaria?) entre ustedes los distrajo de sus pensamientos.
No se sentía bien disfrutar esto, especialmente después de presenciar algo tan violento y grotesco, pero eso no importó una vez que Harry Warden se bajó la cremallera de los pantalones, liberando su dolorido pene.
Cuando sentiste que te bajaba forzosamente los pantalones, intentas empujarte de las paredes, pero te encuentras con su pico, goteando ese fresco carmesí, a un lado de tu cuello.
Lo miras aterrorizad_, pero extremadamente desesperad_. "No quiero morir". Susurras.
Harry retrocede, blandiendo el pico. Te estremeces violentamente, gritando de terror cuando el pico se clava en la pared a tu lado. Antes de darte tiempo para que te calmes del miedo, Harry Warden se empuja dentro de ti, goteando y ansioso.
Gimes de éxtasis cuando su grueso pene te penetra tan rápido. Te agarras de sus anchos hombros para estabilizarte. Los gemidos estrangulados y desesperados desde el interior de su máscara se abren paso en tu mente, mezclándose con los gritos y súplicas de tus amigos que estaban siendo asesinados violentamente.
Te asustó saber lo excitad_ que estabas. Tus amigos estaban muertos y aquí estabas tú, siendo follad_ estúpidamente por el hombre que los mató.
Y te gustaba, eso era lo peor.
Tu orgasmo choca contra ti, poderosa e inesperadamente. Te estremeces ante el minero, quien descuidadamente continúa empujándote, no muy lejos de su propia liberación.
Ahora puedes agregar semen a la sangre y el polvo que mancharon tu ropa mientras él sale de tu interior y dispara su carga sobre tí, su pecho yendo de arriba hacia abajo rápidamente mientras jadeaba.
Tus ropas contaminadas eran ahora el menor de tus problemas en comparación con tu mente contaminada.
La idea de lo que acaba de pasar finalmente comienza a hundirte. No estabas asustad_ ni disgustad_, sino más bien asustad_ y disgustad_ por el hecho de no sentirte así en absoluto.
No sabías qué pasaría después, pero había una cosa que seguirías diciéndote a ti mism_ en lo que te quedara de vida: Lo que sucede en las minas, se queda en las minas.
