El bienestar de los alumnos de la UA se ve en peligro cuando un nuevo grupo llamado "La liga de Villanos" ataca sin compasión a los alumnos de la clase 1-A. El festival deportivo está a la vuelta de la esquina y Nedzu sabe que solo un hombre es capa...
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Cuando la Liga de Villanos consiguió nuevos miembros, todos tenían un objetivo claro y diferente, aceptación social era una razón que los unía a todos, pero Shigaraki notó que faltaba un elemento especial para pegar todas las piezas. Necesita a un adulto que vele por la seguridad y bienestar de todos, una figura paterna, un simple apoyo emocional que los haga fuertes a todos.
Esa fue su excusa, realmente Shigaraki espera ser salvado por esa persona.
Escoger a Ryuu Sadao no fue aleatorio, fue elegido específicamente porque a todos les transmite aquello que Shigaraki quiere. Todos lo vieron con sus hijos, todos saben su historia, todos quieren saber cómo obtener aquello de forma sana y solamente un héroe puede salvarlos a ellos de la oscuridad.
—Sadao Ryuu despertó. — le avisa Kurogiri a su jefe.
—Mhm. Ya era hora. — murmura con ese tono carente de emociones. — ¿Hiciste lo que te pedí?
—Si, respondí todos los mensajes como si lo hiciera él. Nadie sospecha que desapareció. — le avisa mostrando el teléfono del héroe.
—Bien.
Shigaraki se levantó de su lugar en aquella "taberna", un lugar realmente pequeño para que todos estén ahí como reunión, pero era la fachada de la fachada. Shigaraki cruzó una puerta con un portal de Kurogiri que lo transportó al verdadero refugio, una casa en las montañas, apartada de toda sociedad, un lugar realmente tranquilo y pacífico.
Los villanos nuevos en la Liga se encontraban ahí. Magne, Spinner y Mr. Compress se encontraban jugando a las cartas y a un lado de ellos Mustard bebía tranquilo una taza de té, Dabi paseaba por el bosque mientras Twice lo seguía con un parloteo en busca de hacer conversación y Toga solamente se encontraba sentada en la ventana, observando el hermoso cielo azul en el cual las aves volaban.
—Que hermoso... — murmura embelesada.
—Hola a todos. — saluda el jefe una vez pasó. Todos le devolvieron el saludo con diferentes tonos. — ¿Salió de la habitación?
—No, sigue ahí adentro... Creo, no ha hecho ni un solo ruido desde que lo trajeron, ni siquiera cuando Kurogiri estuvo ahí. — avisa la rubia con un pequeño puchero. — ¿Está vivo?
—Lo averiguaremos... — comenta abriendo la puerta.
Se metió confiado, rápidamente tuvo que levantar su mano para desintegrar un agresivo ataque de hielo que fue en su dirección. Miró con fastidio al héroe que estaba sentado en la única silla de la habitación, de brazos cruzados y un rostro de enojo, parecía demasiado tranquilo, eso a Tomura le fastidiaba porque parecía decirle "Esto no es nada, puedo huir fácil."
