【XXVI】

2.6K 449 293
                                    

Capítulo 26: Sadao Ryuu, alguien poco social.

"Papi te comprará un ruiseñor, te voy a dar el mundo entero, te compraré un anillo de diamantes, cantaré por ti, voy a hacer cualquier cosa por ti para ver tu sonrisa, y si ese ruiseñor no canta y ese anillo no brilla, voy a romperle el cuello a e...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Papi te comprará un ruiseñor, te voy a dar el mundo entero, te compraré un anillo de diamantes, cantaré por ti, voy a hacer cualquier cosa por ti para ver tu sonrisa, y si ese ruiseñor no canta y ese anillo no brilla, voy a romperle el cuello a ese pájaro,
volveré al joyero que me vendió el anillo y le haré comer cada quilate
¡No jodas con papá!"





          Cuando un padre ama a sus hijos se separa en dos tipos, en uno que compraría el mundo entero para dárselos y aquel que destruiría al mundo con tal de protegerlos, Sadao Ryuu pertenecía a ambos lados.

Madrugó para, en la hora exacta, ir a despertar a su hijo menor. El menor despertó muy fácil de su sueño, pero la fatiga era mayor al no haber dormido las horas que siempre duerme, por lo que adormilado seguía a su padre con su mano sosteniendo la playera de este.

Ryuu lo llevó al baño para que haga su rutina, mientras su hijo hacia eso fue a prepararle una taza de café tibio con muy poca leche para despertarlo, también endulzó a gusto y justo cuando iba a dejarlo en la mesa, el menor llegó bostezando aún con algo de sueño.

En el autobús podrás seguir durmiendo. — lo alienta con una suave acaricia en sus cabellos, el menor acercó más su cabeza para seguir recibiendo esas acaricias que lo alentaban a seguir durmiendo y por eso Ryuu apartó la mano. — Ten, desayuna algo.

—Está caliente.

Ni siquiera lo probaste. — se queja el mayor, el menor hizo un puchero y con algo de molestia pasó la bebida a una taza fría y se la dió a su hijo. — ¿Mejor?

—Sigue caliente.

Golpeó su puño en la palma de su mano, está brilló y dejó caer en la bebida dos cubos de hielo. Miró con ojos entrecerrados a su hijo cuando esté revolvió un poco, luego bebió y al ver la sonrisa de este suspiró aliviado. Ambos se sentaron para desayunar algo juntos, o bueno, en realidad era Ryuu haciéndole tostadas a Shoto y este feliz las comía a todas.

El menor al acabar se fue a cepillar los dientes, su padre lavó y limpió todo y cuando ambos estuvieron listos salieron afuera de la casa, cerraron con llave y subieron al auto, con el silencio y tranquilidad de la noche.

El viaje fue tanto silencioso como tranquilo, Shoto se distraía contando las casas que veía por la ventana mientras su padre conducía con la mirada fija en el camino, recordó algo de pronto, así que volteó la cabeza para ver el perfil de su padre.

—Natsuo me dió condones. — le avisa de golpe, Ryuu frenó en seco justo en un semáforo en rojo y miró de reojo a su hijo. — ¿Está mal que me los quede?

𝐇𝐞𝐫𝐨𝐞 || ʙɴʜᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora