CAPÍTULO 10: ESTE MAESTRO SE ENCAMINA A SU DESTINO

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El celo era un verdadero dolor en el culo.

Solo que en realidad era en otro lugar al que Shen Qingqiu todavía se estaba acostumbrando.

El dolor atravesaba todo su cuerpo, así como sus propias caderas y estómago. Era como si un autobús lo hubiera tropellado y hubiera caído sentado sobre las vías de un tren, tan solo para que sus caderas fueran destruidas por el paso de los andenes sobre él.

Era horrible en verdad, pero no tan horrible como tener la libido al máximo nivel.

Era tan vergonzoso.

En algún momento el tener que hacerse cargo de ese cuerpo para ayudarle a encontrar liberación fue necesario, aunque solo tuvo el valor de concentrarse únicamente en lo que le era familiar.

Suficiente tenía con el conocimiento de saber que tenía una extraña vulva entre las piernas para que esta se abriera como una bonita flor en primavera y secretara líquidos transparentes de asquerosa apariencia; como si fuera algo alienígena.

Tan vergonzoso.

Lo único que aliviaba un poco aquella molestia que le daba el celo era el agradable abrazo de las raíces y las brillantes hojas de abedul, junto a las juguetonas varitas de canela que se destilaban como un agradable té. Calmando su omega interno con la presencia familiar de Luo Binghe, que había quedado plasmada en el perfume sobre aquellas suaves almohadas.

Y Shen Qingqiu no pudo más que disfrutar de aquella sensación de alivio instalada en su corazón.

Ese discípulo era muy gentil con él. Shen Qingqiu no había dormido tan bien en meses como lo hizo después de que el calor terminó y pudo descansar de verdad con su cabeza sobre aquellas almohadas.

Cuando Shen Qingqiu despertó se quedó en cama un poco más, disfrutando de la suavidad de la almohada entre sus brazos.

Y sin poder evitarlo sus ojos se dirigieron a la puerta de la habitación.

Luo Binghe no entraría a su puerta aun, seguía en su viaje de regreso tras su misión.

Pero lo que llamó la atención de Shen Qingqiu en ese punto en especial no fue la ausencia de Luo Binghe, sino más bien pensar que junto en ese punto cuando la puerta se abría, la habitación de la sala de estar estaba a la vista.

Y ahí estaba la estatua de ese dios.

"―... mandaré al diablo las reglas de esta sociedad y voy a quebrar este maldito sistema"

Mandar al diablo al sistema.

Mandar al demonio al omegaverse.

Cambiar al mundo.

El Omega y el Emperador: El Gran Omega Inmortal(Fanfic BingQiu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora