CAPÍTULO 25-PRIMERA PARTE: EL CORAZÓN DE DIOS

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Frio.

Lo primero que Luo Binghe sintió fue el inmenso frio debajo de su cuerpo.

Sus ojos se abrieron para encontrar la profundidad de un cielo tan azul como el mar mismo.

Luo Binghe se sentó solo para encontrar ante él un inmenso bosque rodeando un campo verde y hermoso lleno de lirios blancos como las túnicas que estaba usando.

A su lado había un pequeño niño que estaba tarareando una canción. Su voz era dulce y angelical como la de un ruiseñor.

Luo Binghe miró a aquel niño, el mismo que estaba vestido de blanco como aquellas flores. En su cuello había un collar de plata con una mariposa tallada sobre una pieza de madera. Su cabello negro y ondulado se movió con la brisa.

Sus bonitos ojos negros miraron el cielo con una inocencia que conmovió a Luo Binghe y la sonrisa fue inevitable.

Había una paz inexplicable en este lugar, algo inentendible que hacía que Luo Binghe se sitiera tan libre del cansancio que lo perseguía durante ese largo viaje por aquel lugar desconocido. Algo que hacía que el estrés por pelear constantemente por sobrevivir se volviera nada.

Y Luo Binghe se sintió a salvo.

Sobre el cielo cientos de cuervos volaron, pero Luo Binghe no sintió temor alguno.

Era hermoso, aquel cielo era muy hermoso.

Como la voz de ese cachorro.

¿Cuánto tiempo había pasado en el Reino Demoniaco?

¿Cuántas luchas sin sentido?

Luo Binghe se sentía en paz ahora, pero no podía negar que quería volver a casa.

Deseaba volver a ver a su Ning-Shijie, escuchar más consejos de Liu-Shimei y sobre todo...

Quería volver a ver a Shizun.

Los ojos de Luo Binghe bajaron para encontrar las manos del cachorro haciendo una corona de flores con pequeños tréboles y flores rojas. Sus pequeñas manos trabajaron arduamente en aquello como si fuera lo más importante en ese mundo y Luo Binghe no pudo hacer otra cosa más que observar.

Cuando el niño terminó su canción la corona de flores también estaba lista.

Los ojos de Luo Binghe miraron atentos como el cachorro que no parecía sobrepasar los tres años se levantó de su lugar y caminó titubeante hasta llegar frente a él, su sonrisa era tan hermosa como la de Shizun y sus ojos brillaron dulces como los del omega, como en una especie de petición.

El Omega y el Emperador: El Gran Omega Inmortal(Fanfic BingQiu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora