7.- Buitres

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Era un día soleado en el rancho de "Los Manzanos", cuando Tomasa, la fiel ama de llaves de la familia Obregón, regresaba de los establos con una cubeta de leche recién ordeñada

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Era un día soleado en el rancho de "Los Manzanos", cuando Tomasa, la fiel ama de llaves de la familia Obregón, regresaba de los establos con una cubeta de leche recién ordeñada.

Antes de entrar a la cocina, por la puerta trasera, la mujer apenas alcanzó a escuchar la voz de Diego Obregón, que decía: ...aunque para conseguirla tengas que ser su amante...

Luego de esas palabras, Tomasa se sorprendió al ver que Julián, quien discutía con Diego, le dio al semental dos sonoras bofetadas que lo dejaron mudo.

Julián vociferó: eres el más vil de los hombres Diego Obregón... eres el peor canalla que he conocido en toda mi vida...

El pelicafé no pudo articular palabra al percatarse que de los bellos ojos azules del enfermero brotaban lágrimas de coraje e impotencia.

No queriendo mostrar su vulnerabilidad ante el varón, Julián se alejó corriendo mientras que Diego solo atinó a sobarse las mejillas enrojecidas por los golpes.

Segundos después, el semental se fue de la cocina, sin darse cuenta que detrás de la puerta que llevaba a las caballerizas y los establos, Tomasa había presenciado esa lamentable escena.

Corriendo, Julián llegó hasta el gran árbol de manzanas ubicado en la colina a la que llevaba todas las mañanas a don Serafín.

Dándole un golpe al tronco, el rubio se dijo a sí mismo: te odio Diego Obregón... eres un cerdo al pensar algo tan aberrante... eres igual a todos los hombres, un bruto, un animal que piensa que los donceles solo somos objetos de placer...

Julián se limpió con rabia las lágrimas de su rostro y expresó con firmeza: pero yo no tengo por qué seguir aguantando esto... no tengo por qué soportar a Diego, ni a ninguno de LOS SEMENTALES...

En esos momentos, Tomasa entraba con una jarra de agua a la recámara de don Serafín, quien preguntó: ¿y Julián? Se supone que él fue a buscarme agua y no ha regresado...

Tomasa: sí, lo vi hace un rato en la cocina... quizás se fue a su cuarto...

Serafín: ¿estás segura? Es que me preocupa que alguno de mis nietos lo moleste...

Con una ligera sonrisa, la mujer comentó: pues no sufra tanto porque Julián sabe defenderse muy bien...

Serafín: ¿a qué te refieres?

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