25.- Corazón galopante

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¡NUEVO CAPÍTULO!

LLEGÓ SU DOSIS SEMANAL DE LOS SEMENTALES

DISFRÚTENLO Y RECUERDEN QUE SI QUIEREN MÁS CAPÍTULOS, SOLO TIENEN QUE DAR ESTRELLA Y COMENTAR.
🤠🤠🤠

Era más de medianoche cuando Daniel entró a la habitación que compartía con Mauro, su marido, sorprendiéndose de no encontrar al menor de LOS SEMENTALES

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Era más de medianoche cuando Daniel entró a la habitación que compartía con Mauro, su marido, sorprendiéndose de no encontrar al menor de LOS SEMENTALES.

Daniel: ¿Mauro? ¿estás en el baño? ¿Mauro?

Solo el silencio respondía las preguntas del ojiavellana, quien no pudo evitar poner una cara de enfado al percatarse que su marido había aprovechado su ausencia para irse de juerga.

El doncel recordó que antes de salir con Julián y Martín, escuchó que Diego y Mauro irían a la cantina, pero Diego ya estaba en el rancho, entonces, ¿dónde estaba Mauro?

Rápidamente, Daniel se dirigió a la habitación de Diego, pero no lo encontró, pues el musculoso semental aún continuaba en la habitación de Julián.

"Ahhhh, Diego, hazme el amor... quiero ser tuyo, ahhh"

Esas eran las palabras que Julián le decía a Diego, quien enloquecido de lujuria besaba apasionadamente el cuello del ojiazul mientras que con sus manos recorría las sensuales curvas del doncel.

Julián gemía por las atrevidas caricias sin percatarse de lo que realmente estaba pasando... el pelirrubio se encontraba en absoluto estado de ebriedad y no era consciente de lo que hacía, ni lo que decía.

Pero Diego sí estaba 100 por ciento consciente, sin embargo sus deseos febriles lo dominaban, llevaba tanto tiempo esperando este momento... desde que conoció a Julián, deseó hacerlo suyo, pero el doncel se le negó como ningún otro se le había negado nunca.

Diego sentía que su erección rompería su pantalón si no liberaba su hombría cuanto antes... en esos momentos, la mente del semental estaba nublada por la excitación... sus instintos primitivos lo dominaban y lo único que anhelaba era adentrarse en Julián, desfogarse y descargar su simiente en el doncel que amaba.

Diego estaba por arrancarle la ropa a Julián cuando golpes en la puerta lo detuvieron.

La voz de Daniel sacó al semental ojinegro del éxtasis en que se encontraba.

Daniel: ¡Diego! ¿estás aquí? ¿Diego?

Los golpes de Dani en la puerta del cuarto de Julián cesaron cuando el varón abrió, saliendo con rostro desencajado.

Los SementalesWhere stories live. Discover now